13 junio 2012

DISCOS

THE SOUNDTRACK OF OUR LIVES. Throw It To The Universe.

Presunta despedida.

The Soundtrack of Our Lives son ese grupo entrañable que le gusta a todo el mundo, bien a los amigos de lo añejo o a los frikis de lo moderno, bien a los poperos o a los obsesos del rock duro, gustan a los padres y a sus hijos, y a aquellos amigos despistados que en cuestiones de música cero patatero. Podría decirse que los suecos son un grupo universal; curioso que esta frase case tan bien con el título de su último trabajo (no estaba preparado, lo juro). Lo primero que tiene “Throw It To The Universe” (2012) es una portada genuina y de rabiosa actualidad. Curiosamente, detrás de esa imagen de reivindicación básica social descansa uno de los discos quizá más relajados y contemplativos de la banda. En esta entrega Ebbott Lundberg y sus compañeros se han decantado por su lado más soft, esa luminosa y encantadora faceta de trovadores melódicos neohippies. Canciones que suenan cercanas y  casi familiares, contenidas para no rebasar el límite de aquella épica que desarrollaban antaño en temas que parecían calcinarse en medio de bidones de gasolina. Lo más cercano a la épica que hay aquí es “Faster Than The Speed of Light”, y se quedaría en un nivel 7 contando de 1 a 10. Lo predominante son medios tiempos e himnos mántricos, y en tales artes estos tipos son unos gurús, como lo demuestran las deliciosas y cuasiperfectas “Waiting for The Lawnmowers”, “Reality Show”, “Solar Circus” y “Shine On (There´s Another Day Until Tomorrow)”, o esa “Where´s The Rock” con trompeta mariachi incluida. Se dice, se comenta, se rumorea que después de este disco se darán un buen descanso para relajar cuerpos y mentes: en tal caso, no podría haber carta de despedida más cálida, apropiada y natural.

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