THE SOUNDTRACK OF OUR LIVES. Throw It To The Universe.
Presunta
despedida.
The
Soundtrack of Our Lives son ese grupo entrañable que le
gusta a todo el mundo, bien a los amigos de lo añejo o a los frikis de lo
moderno, bien a los poperos o a los obsesos del rock duro, gustan a los padres
y a sus hijos, y a aquellos amigos despistados que en cuestiones de música cero
patatero. Podría decirse que los suecos son un grupo universal; curioso que
esta frase case tan bien con el título de su último trabajo (no estaba
preparado, lo juro). Lo primero que tiene “Throw It To The Universe”
(2012) es una portada genuina y de rabiosa actualidad. Curiosamente, detrás de
esa imagen de reivindicación básica social descansa uno de los discos quizá más
relajados y contemplativos de la banda. En esta entrega Ebbott Lundberg
y sus compañeros se han decantado por su lado más soft, esa luminosa y
encantadora faceta de trovadores melódicos neohippies. Canciones que suenan
cercanas y casi familiares, contenidas
para no rebasar el límite de aquella épica que desarrollaban antaño en temas
que parecían calcinarse en medio de bidones de gasolina. Lo más cercano a la
épica que hay aquí es “Faster Than The Speed of Light”, y se quedaría en
un nivel 7 contando de 1 a 10. Lo predominante son medios tiempos e himnos
mántricos, y en tales artes estos tipos son unos gurús, como lo demuestran las
deliciosas y cuasiperfectas “Waiting for The Lawnmowers”, “Reality
Show”, “Solar Circus” y “Shine On (There´s Another Day Until
Tomorrow)”, o esa “Where´s The Rock” con trompeta mariachi incluida.
Se dice, se comenta, se rumorea que después de este disco se darán un buen
descanso para relajar cuerpos y mentes: en tal caso, no podría haber carta de
despedida más cálida, apropiada y natural.
No hay comentarios:
Publicar un comentario