PATTI SMITH. Banga.
Pozo de sabiduría.
Ocho años después de
“Trampin´”(2004) –su último álbum de estudio, sin contar el de
versiones- tenemos grandes noticias: Patti Smith ha vuelto, aunque bien
es cierto que nunca se fue. Está a todas horas, en la realidad y en los sueños,
entre las paredes y bajo la luz de la luna, porque su música es un faro que nos
va guiando por esta vida llena de gozos y de sombras. Pues bien, aquí llega “Banga”
(2012), nos frotamos las manos, encendemos las velas, hay que celebrarlo como
es debido. En su nuevo disco la abuela punk se rodea de sus habituales, esos Lenny
Kaye, Tony Shanahan y Jay Dee Daugherty que son ya parte de
su familia, de sus hijos Jesse y Jackson, y también de otros amigos como Tom
Verlaine o Johnny Depp (que sabe tocar la guitarra y la batería,
oigan). “Banga” se grabó en los Electric Lady Studios del Greenwich
Village neoyorquino, ese templo levantado por Jimi Hendrix poco antes de
morir, y donde dicen que su espíritu se instaló para errar a sus anchas por
siempre jamás. Y algo de místico tiene este álbum, quizá porque en la música de
Patti nada es superficial, todo tiene su sentido y todo merece reverencia. Solo
una mujer tan sabia podría inspirarse en el perro de Pilatos, los viajes de Américo
Vespucio o la obra de Gogol para escribir canciones. Y solo una mujer tan
solidaria podría dedicar su recuerdo a la memoria de Amy Winehouse o las
víctimas del tsunami japonés.
Poesía aparte, “Banga”
es un disco completo y absoluto que aglutina casi todos los mejores momentos de
los que nuestra heroína es capaz: momentos de pop minucioso materializados en “Amerigo”
y “April Fool”, de rock categórico en “Banga” y “Fuji-San”,
de soul bruñido en “This Is The Girl” y “Maria”, de folk
legendario en “Nine” y “Seneca”, de exotismo acústico en “Mosaic”,
de jazz seductor y enigmático en “Tarkovsky (The Second Stop Is Jupiter)”,
de recital poético musicado en la eterna “Constantine´s Dream”. ¿Acaso
falta algo?. ¿Una versión quizá?. Pues también la hay, y el acierto es pleno
eligiendo “After The Gold Rush” de Neil Young para cerrar un
álbum magistral, absolutamente a la altura de una reina como ella. La espera
mereció la pena.
No hay comentarios:
Publicar un comentario