THE BRIAN JONESTOWN MASSACRE. Aufheben.
Los líderes de la resistencia.
Anton Newcombe sigue en su papel de perro de presa, lanzándose sin
piedad a los tobillos del rival. Si a finales de abril The Dandy Warhols
alumbraban nuevo disco, The Brian Jonestown Massacre contraatacaban una
semana después también con material candente. Premeditado o no, el caso es que
Newcombe ya firma el decimotercer largo de su carrera. Palabras mayores si
tenemos en cuenta que hablamos de un músico que ha llegado a los mismísimos
bordes del abismo en numerosas ocasiones. A los Massacre la etiqueta “banda de
culto” les sienta como un chaleco hecho a medida por el mejor sastre de la
ciudad. Y en este nuevo álbum logran corroborar de nuevo que pertenecen a ese
segmento de la resistencia capaz de enfrentarse incansablemente a la despiadada
maquinaria mediática.
“Aufheben”
(2012) se grabó en Berlín, cosa que por el título uno puede temer al instante.
Pero nada de sonidos marciales e industriales, la empanada mental de Anton
logra ensamblar nuevas y excitantes combinaciones entre el rock psicodélico y
otras músicas del mundo. Con textos en diferentes y a veces extraños idiomas,
drones y distorsiones a mansalva y algún que otro instrumento tradicional, “Aufheben”
se convierte en toda una experiencia sensitiva. Basta escuchar su apertura con
la emulgente y colosal “Panic In Babylon” para entender que este disco
merece la pena. Y así es, psicodelia deliciosamente dulce en “Viholliseni
Maalla”, “Illuminomi” o “The Clouds Are Lies”, psicodelia
nostálgica puramente sixties en “Gaz Hilarant” o “Starway To
The Best Party in The Universe”, psicodelia superpuesta con cantos de
muecín en “Seven Kinds of Wonderful”. Con su título juguetón, “I Want
To Hold Your Other Hand” se antoja un homenaje a los Beatles de “Revolver”
(66), como una hermana melliza de “Tomorrow Never Knows”. Otra cosa
diferente es “Walking Up To Hand Grenades”, episodio bailable que parece
recién salido del catálogo de Tony Wilson y su Factory Records. Llegados
a este punto, curiosísimo resulta que la siguiente se llame “Blue Order/New
Monday”, aunque poco tenga que ver con el grupo de Manchester y su éxito
cenital, o que venga Anton y nos lo explique. O mejor que no nos explique nada,
pues el misterio es el mejor aliado para un disco tan enormemente rico y
manifiestamente tántrico.
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