26 octubre 2017

CONCIERTOS: MOGWAI

Madrid. La Riviera. 25 de octubre de 2017.


Después de un atracón sin precedentes hace un par de años (concierto en Lisboa, revisión de discos y rarezas, videos de youtube a porrillo), esta nueva cita demandaba no querer saber. Solo un par de audiciones de “Every Country´s Sun” (2017), un disco que no dice casi nada nuevo de ellos. Es inútil ilustrarse sobre qué pueden ofrecer, pues no hay dos conciertos iguales de Mogwai en una misma gira. “Os conozco demasiado bien, no me vais a sorprender” pienso en la tensa espera. ¿O sí? John no está. Martin tampoco. Y Dominic (que nunca ha tenido mucho pelo pero ahora sí, ¿eeein?) se ha transformado en Rasputín. Menos mal que Barry sigue siendo Barry, y Stuart sigue siendo Stuart; si no, hubiera pensado que me había equivocado de fecha o de sala. Pero yo los quería a los cinco. A la pandilla completa de amigotes. A los cinco que he seguido desde jovencita, en las duras y en las maduras. No concibo a Mogwai sin sus tres calvos. Así, 20 Size” (la apertura) transcurre en estado de shock y estupefacción, pero la devastadora e intacta épica de “I´m Jim Morrison, I´m Dead” desvela rotundamente que no hay ni una mínima fisura. Todo está sellado y bien sellado. Investigaciones posteriores me aclaran las dudas: John abandonó el barco hace un tiempo y Martin anda convaleciente de lo suyo. El deceso de Sonic Youth me enseñó la lección de que nada es eterno. Parece mentira que ayer no me acordara.

Pero pese a esos minutos de tambaleo, el affair con los escoceses continúa, porque el amor hacia ellos y hacia tantas de sus canciones es inconmensurable, y ni siquiera un disco trivial puede con él. Ahorran en juguetitos esta vez, apartando a un lado la era digital, se centran en las guitarras y pedales, y construyen nuevos panteones como “Party in the Dark” (su hit más hit), “Battered at a Scramble” y “Old Poisons”, que como punto y aparte nada tiene que envidiar a la tremebunda “Batcat”. Quizá estamos ante los nuevos himnos del futuro, aunque sea tan difícil olvidar los del pasado. Insisten con “Hunted by a Freak” y “Rano Pano”, y es de agradecer. El alma y la fibra. Gran momento ese en el que Barry se levanta, agarra el bajo que le tiende Dominic y decimos al unísono: “¡¡ranopano!!”. O ese otro momento en el que Stuart se sienta y anticipamos extasiados: “¡¡heliconone!!”. Es como cantar gol antes de que la pelota entre. Somos fans de corazón.

Pues eso, “Hunted by a Freak”, “Rano Pano” y “Helicon 1”, degustadas y digeridas tantas veces, repetidas y archisabidas de pe a pa, ahora entra el bajo, ahora el pedal, ahora escampa, ahora estalla, aportan la misma sensación de plenitud y bendición a la cuadragésimotercera vez. Estas canciones alimentan. Me atrevo a decir incluso que engordan. Y lo mismo pasa con “Take Me Somewhere Nice”, la tierna joya que nos permite balbucir lo de “what was that for?” y sacudir ese mono de escolanía que siempre nos entra cuando suenan nuestros grupos favoritos (lo mismo haríamos con “2 Rights Make 1 Wrong” si entendiéramos su galimatías). Me gusta mucho que Stuart cante. En la justa medida para vindicar y no saturar. Y hablando de joyas, “Friend of the Night” no es solo un aparte más del repertorio: es todo un regalo. Un primer bis para comérselos a besos.

Y sabíamos que iban a tocar “Mogwai Fear Satan”. Es otra de las fijas, un emblema de su carrera y sus directos, siempre tan espesa e impetuosa. Relájate y déjate llevar. La cosa va a durar un buen rato. Anoche un silencio histórico envolvió La Riviera durante el dócil interludio. No se oía ni una mosca. Allí nadie se atrevía a pestañear. Hacía tiempo que no vivía algo igual. Yo, fiel defensora del respeto y el sigilo, anoche por un momento vi a Dios. O a Satán, qué más da.

No sé qué mano dirige la empresa de estos muchachos, pero hay una mano, lo sé, que los dota de una emocionante rotundidad. Porque, como la simple existencia, su música es un sube y baja, un aprieta y afloja del que uno va saliendo como buenamente puede. El ímpetu sobrenatural del superhéroe cotidiano, ese que tantas veces se cae y se levanta. Digamos que hay que gozarlos en vivo para entender de qué va el tema, aunque sea solo una vez. En su vigésimo cumpleaños hablé de perseverancia, y quizá ese sea a fin de cuentas el único secreto. Con John o sin John, con Martin o sin Martin, el campo lleva ya mucho tiempo abonado. Que la catarsis y la inmensidad sigan su curso.

El set: “20 Size”, “I´m Jim Morrison, I´m Dead”, “Party in the Dark”, “Take Me Somewhere Nice”, “Crossing the Road Material”, “Hunted by a Freak”, “Battered at a Scramble”, “Rano Pano”, “Helicon 1”, “Every Country´s Sun”, “2 Rights Make 1 Wrong”, “Old Poisons”//”Friend of the Night”, “Mogwai Fear Satan”.