18 mayo 2018

CONCIERTOS: M. WARD

Madrid. Teatro Lara. 16 de mayo de 2018.


Recordábamos a un Matt Ward distinto. Lo recordábamos abrigado, fastuoso, grandilocuente. Pero a veces es necesario conocer la parte desnuda del producto. La parte más íntima y accesible, aquella que se enfrenta cara a cara con la audiencia, de tú a tú. En ese contexto el cantautor californiano es naturalidad e improvisación, cercanía y complicidad. Es la estrella por un día en una sesión de bar a micro abierto. Aquel que desafía los estándares y se desenchufa, se aleja del micrófono poniendo a prueba la acústica de un teatro que rebosa entusiasmo ante tan magnético ataque de frugalidad. Es el caballero que desfila por el escenario sometiendo su guitarra al arbitrio de su voluntad, sin importarle que tal o cual nota suene raspada o arañada. Un psicoanalista que dibuja en los cerebros a Bob Dylan, a Leadbelly, a Buddy Holly o a Johnny Cash. El que se permite chistes, chanzas y autocríticas, o se autoinmola traduciendo versos de “I Get Ideas” al castellano, el que pide perdón, el que agradece, el que quita importancia a lo que da y magnifica lo que recibe. Matt Ward en unplugged es un bardo contemporáneo, un metapoeta de lo mundano. Es el benefactor y el prócer en las exhibiciones vocales de Courtney Jaye, su compañera puntual en escena. Es el hombre que escribe magníficas canciones (“Chinese Translation”, “Hold Time”, “Sad, Sad Song”, “Poison Cup” o “For Begginers”) y el que se adjudica en justa subasta las escritas por otros (“Rave On”). El que pone su inefable y particular grano de arena en esa inmensa playa que es la música popular. Un grande entre los grandes.