20 octubre 2014

CONCIERTOS: YANN TIERSEN + BLACK ENGLISH

Madrid. La Riviera. 18-10-2014.

La tercera fase llega hasta el infinito.
 

Pues sí, he aquí al maestro. Su bombillita brilla más que las otras, por algo será. “Infinity” (2014) vestido de largo. Casi al completo. Pero ya no suena a fríos glaciares; suena a una calidez casi familiar. Si hablo de Yann tengo que dejar a un lado la ironía y el chascarrillo, pues de un músico de su categoría solo se puede escribir desde la admiración, desde el más profundo de los respetos. Sí, un músico. Ya lo dije en otra ocasión: es músico, del verbo ser. Y atrás quedará su leyenda de enfant terrible, bohemio, esquivo y antisistema, pues en el escenario es solo eso, un músico. Sin pose, sin ínfulas, sin cuento, sin tonterías. Este es su trabajo. Y a eso se dedica, a trabajar. Hasta nueve instrumentos pasaron por sus manos el sábado: piano, guitarra acústica (de doce cuerdas), guitarra eléctrica, vibráfono, violín, melódica, toy piano, flauta y sintetizador. Y de vez en cuando da las gracias. Como si hiciera falta. Somos nosotros los que estamos sinceramente agradecidos.

Pero dotes y aptitudes aparte, Yann (de nuevo flaco como un palo) goza de un activo que proporciona crédito asegurado: ese cuarteto extraordinario y rotatorio que lo acompaña formando un mecano de piezas intercambiables. Una mini-delegación de Naciones Unidas formada por el francés Lionel Laquerriere, los británicos Neil Turpin y Robin Allender y el escandinavo Ólavur Jákupsson. Magníficos allegados en una elegante y sutil batalla contra los arquetipos en la que no hay ganador ni perdedor, solo una vestimenta sonora tejida de sueños. Y de esos sueños nacen otros, y hoy quieres tener a mano una máquina del tiempo para echar marcha atrás, regresar al dieciocho de octubre a las nueve y media de la noche y empezar de nuevo desde el principio. ¿Y por qué? Pues porque nada de aquello se volverá a repetir, ya nunca será igual. El hombre de las sorpresas, el mago y la chistera. Aunque ya sabíamos lo que iba a tocar volvió a hacernos caer en la trampa. Naturalmente. Y así, canciones como “Palestine”, “Rue des Cascades” o “Till The End” se convirtieron en versiones de sí mismas, danzando por otros caminos. Y “A Midsummer Evening” se presentó con una deliciosa, conmovedora y desnuda coral a cinco voces cantada alrededor de una hoguera. Y “Dark Stuff” se detuvo justo cuando no debía, dejando para otro día su romántico desenlace. Y sí, había que estar allí para vivirlo, porque probablemente esto ya no suceda jamás. Llegarán otros días, estas piezas se colarán en otros repertorios, pero el tempo y la paleta de colores no serán los mismos. Como le ha ocurrido a la “La Crise” (qué título tan apropiado para estos tiempos), que dejó atrás sus nudos voltaicos para transformarse en un armonioso crescendo trazado en meticulosos capítulos, recordando su concepción original. 

Y para los cabezotas y desincronizados que siguen suspirando por Amélie (sorprende que todavía queden tantos), bueno, pues ahí van “La Dispute” y “Sur Le Fil” fielmente recreadas. Y es que Yann a fin de cuentas ni es malo ni es tonto. Inevitable la clásica mención honorífica a “Sur Le Fil”, fija en sus múltiples giras, pues pegado a su violín es cuando verdaderamente se luce. Y aquí se luce de una manera insultante. La exhibición requirió en esta ocasión una pausa calculada hasta que el fervor a destiempo amainó. Antes ese violín (el de Warren Ellis es el de los infiernos, este sería el de los cielos) ya había dibujado la espina dorsal de dos temas que en directo y con la gran voz de Ólavur Jákupsson suenan colosales: “Chapter 19” y “The Gutter”. También había navegado sobre las sumisas olas de “Steinn” y “Gronjord”. Y después rugió, se volvió loco, volcó su cólera contra el mundo en esos escasos dos minutos que dura “Le Quartier”.

Pero si el violín es el sol, el piano es la luna. Y Yann lo recupera ahora, entre otras cosas para lanzar una ojeada furtiva a las eméritas fases previas, rescatando las mencionadas “Rue des Cascades” y “La Dispute”, o para reconocer con “La Longue Route” (o “The Long Road”) que sus bandas sonoras no son su crucifixión, sino otro valioso sumando. Y no podía faltar tampoco el pequeño homenaje a la edad de oro del synth-pop, más contenido que en su anterior gira, servido casi al final de la partida con “The Crossing”, “Vanishing Point” y “Lights”. Soledad y compañía, calma y estruendo, luces y sombras. Suaves voces cogidas de la mano e instrumentos con huéspedes cambiantes. El completo universo tierseniano manifestado en su amplísima gama de matices y con la dignidad reforzada, en una onírica y emocionante hora y media que, para justicia necesaria, debería haberse dilatado algo más. Y ahora que el bretón ha llegado hasta el infinito, ¿cuál será el siguiente paso? ¿Qué viene a continuación? Deseando estamos descubrirlo. Un acicate como cualquier otro para mantener la guardia y seguir respirando.

SETLIST: “Meteorites (Intro)”, “Slippery Stones”, “Ar Maen Bihan”, “A Midsummer Evening”, “Palestine”, “Dark Stuff”, “La Dispute”, “La Crise”, “Steinn”, “In Our Minds”, “Chapter 19”, “Rue des Cascades”, “Gronjord”, “The Gutter”, “The Crossing”, “Vanishing Point”, “Lights”; “La Longue Route”, “Sur Le Fil”, “Till The End”; “Le Quartier”.

www.yanntiersen.com

13 octubre 2014

REPORTAJES: YANN TIERSEN, MÚSICA EN IMÁGENES

La segunda fase: electricidad contra el aburrimiento

El antes y el después. Antes de ver a Yann Tiersen por cuarta o quinta vez decidí que debía estudiar y recordar un poco, aun consciente de que con este músico ninguna de esas acciones vale para nada. Sus canciones son como la arcilla del alfarero: manipulables, moldeables. Y como él es un artista adimensional, supercualificado, libérrimo e incorruptible, puede y sabe hacer con ellas lo que quiere. ¿Conocéis a algún músico capaz de dominar todos o casi todos los instrumentos, clásicos o modernos, de viento, cuerda o percusión? ¿Y que además de eso haga cobrar vida a objetos inanimados como una máquina de escribir, la rueda de una bici, una silla o una sartén? Intentar aprenderse toda su creación de memoria es trabajo perdido; siempre habrá al menos una duda, una inquietante y a la vez excitante duda. Habrá un momento en que te rebase, te confunda, te haga perderte; en definitiva, te obsequie con un souvenir, una sorpresa, un incentivo, un banderín contra la matemática y la inercia. Así es él.

Y digo que antes del próximo concierto decidí recordar aquellas otras veces (otros discos, otros directos) y rescatar dos perlas visuales datadas al tiempo que aquel maravilloso álbum llamado “Les Retrouvailles” (2005). Me refiero a esos dos documentales obra de Aurélie du Boys: “La Traversée” y “On Tour”. En el primero se evidencia todo el proceso de creación del disco. Esas íntimas y meticulosas ideas primitivas y solitarias, las tomas de su esqueleto en la isla de Ouessant (remoto y salvaje santuario de Tiersen, su madriguera en el finisterre francés). La puesta de largo de las composiciones con los primeros músicos en el Hotel Vauban de Brest, su ciudad natal. La adición y mezcla de metales y voces en los estudios Davout de París, con las visitas de sus ilustres invitados (Dominique A, Miossec, Jane Birkin, Stuart Staples, Liz Fraser) y el parto definitivo y feliz en Abbey Road. Un documento especial, bellísimo, un juego entre la música y la imagen, el blanco y negro y el color, la broma y la melancolía. “Uno se pregunta como artista lo que va a producir como objeto. Hasta ahora cada canción acababa en un soporte audible. Hoy en día se convierte en un fichero”. Duda razonable de Yann mientras un vinilo de Cocteau Twins gira en el plato. Nota adicional: “La Traversée” también contiene ese delicioso minimetraje animado creado para la canción “Le Train”, injustamente olvidada en el listado final del álbum (sí encontró su hueco en directo, en una versión tremenda y feroz). En definitiva, qué gran película, qué gran forma de meterse en la casa, en la piel, en el diario, casi en la cabeza de un músico tan excepcional.

On Tour” no es otra cosa que el resultado en la carretera del anterior trabajo, recogiendo y entrelazando imágenes de la gira que llevó a Tiersen y su (espléndida) banda por aquel entonces a lugares tan dispares como Tokio o Beirut. En él queda la memoria de sus varias visitas de 2006 a nuestro país, el despliegue de su magia en lugares (Madrid, Benicasim) por los que tuvimos la suerte de pisar sucumbiendo a una autoridad eléctrica insólita, desterrando manidos clichés y falsos mitos cinematográficos, quedando prendidos de una cuerda que no se ha roto desde entonces. Era la materialización de la segunda fase. Atrás quedaban los tiempos del folclore y el intimismo, de filarmónicas y filmes. Todavía quedan muchos que cuestionan aquellos cambios y que seguirán analizando los subsiguientes con fanático ojo crítico. Pero exigir límites a la inquietud y al ingenio de este hombre es como ponerle puertas al mar. Para él la música es algo abstracto y misterioso, una serie de sonidos combinados que él se encarga de desordenar. Para mí la música es como una forma de traducción de aquellas palabras que no existen. Y Yann Tiersen es, de facto, un gran traductor.

La tercera fase ya está en ciernes, otro paso al frente. Adiós, aristocrático  piano de cola. Adiós, simpático acordeón. Comenzó con la gira de “Dust Lane” (2010) y siguió con la de “Skyline” (2011), con nuevas caras de acompañamiento, polivalentes fichajes, grandes instrumentistas. La mayoría de ellos siguen en filas y ahora el bretón (o llamémoslo mejor “ciudadano del mundo”) ya no es la imperiosa estrella de la fiesta; ahora parece más bien el sapientísimo profesor que se aparta a una esquina de la clase, invitando a sus pupilos a demostrar en la pizarra todo lo que han aprendido. Veremos qué nos ofrece el próximo fin de semana.

09 octubre 2014

RETROSPECTIVAS: YANN TIERSEN "C´etait Ici"

La primera fase: sinfonía, folklore y chanson.


Año de publicación: 2002

Sello: EMI France

Doble álbum en vivo grabado entre el 15 y el 17 de febrero de 2002 en la Cité de la Musique de París, con la colaboración de casi 50 músicos: la Ensemble Orchestral Synaxis, Christine Ott, Marc Sens, Christian Quermalet, Ronan le Bars o Les Têtes Raides, entre otros.

Las voces invitadas: Claire Pichet, Lisa Germano y Dominique A.

Las herramientas del genio: acordeón, piano, violín, melódica, vibráfono, bajo, guitarra y toy piano.

Los momentos álgidos : « La Valse d´Amélie », « Rue de Cascades », « La Terrasse », «Sur Le Fil », « Le Banquet », « Le Moulin », « Le Fromveur », « L´Autre Vals d´Amélie », « Bagatelle », « Monochrome », « Les Bras de Mer », « Le Quartier », « La Crise ».

04 octubre 2014

CANCIONERO: YANN TIERSEN "Monochrome"


Este mes he decidido decicarlo a Yann Tiersen. El 18 de octubre vuelve a aparecer por Madrid y, si las autoridades no lo impiden, allí estaremos. Por los viejos tiempos. Por el reencuentro con este genial músico. Por la ausencia y el silencio que nos envuelven. Por la falta de color de esas vidas que algún día cambiarán.

Monochrome”: común alianza con Dominique A incluida originalmente en el álbum “Le Phare” (97)

Anyway, I can try anything it´s the same circle
That leads to nowhere and I´m tired now
Anyway, I´ve lost my face, my dignity, my look
Everything is gone and I´m tired now

Don´t be scared, I found a good job and I go to work
Everyday on my old bicycle you loved

I am pilling up some unread books under my bed
And I really think I´ll never read again
No concentration, just a white disorder everywhere around me
You know I´m so tired now

Don´t worry, I often go to dinners and parties
With some old friends who care for me, take me back home and stay

Monochrome floors, monochrome walls
Only absence near me, nothing but silence around me
Monochrome flat, monochrome life
Only absence near me, nothing but silence around me

Sometimes I search an event or something to remind me
But I´ve really got nothing in mind
Sometimes I open the windows and listen people
Walking in the down streets, there´s a life out there

Don´t be scared, I found a good job and I go to work
Everyday on my old bicycle you loved

Anyway, I can try anything it´s the same circle
That leads to nowhere and I´m tired now
Anyway, I´ve lost my face, my dignity, my look
Everything is gone and I´m tired now

Don´t worry, I often go to dinners and parties
With some old friends who care for me, take me back home and stay

Monochrome floors, monochrome walls
Only absence near me, nothing but silence around me
Monochrome flat, monochrome life
Only absence near me, nothing but silence around me

03 octubre 2014

DISCOS: BEAR IN HEAVEN "Time Is Over One Day Old"


Publicación: Agosto 2014.

Sello: Dead Oceans

Jon Philpot sigue enganchando y convenciendo.

Cuarto disco y estreno para el selecto sello Dead Oceans, casa de Phosphorescent, Bowerbirds, Akron/Family o The Tallest Man On Earth.

Adictivas: “Autumn”, “Time Between”, “If I Were To Lie”, “Memory Heart”, “Demon” y los dos primeros minutos de “They Dream”.