11 mayo 2011

CONCIERTOS

SOS 4.8. 2011

¿Qué hace una chica como tú en un sitio como este? (SÁBADO)

Segunda jornada de festival y la duda me reconcome desde bien temprano: ¿veremos a PATTI SMITH (foto 1)?. Un paseo hasta el recinto a la hora de la siesta. Allá está la cola frente al auditorio, mucha menos de lo esperado. Cuando la taquillera me hace entrega de la entrada tengo ganas de darle un beso. Conseguido. Porque lo que la mayoría de asistentes al festival no sabe (los que se quedaron fuera por mala suerte, desidia, ignorancia o desinterés) es que se perdieron lo mejor. Poco hace falta decir de ella. Yo ya lo dije casi todo tras su concierto del pasado año en Cartagena. Patti es la historia, pero no el pasado. Es un ancla en el presente, un libro abierto que todos deberíamos leer. Esta vez solo le hizo falta arropar su voz sin nombre con la guitarra de Lenny Kaye y el bajo de Tom Shanahan (éste realizando también pequeños escarceos al piano). Un mínimo esfuerzo para abrir el puño y soltar la magia. Porque esta mujer tiene algo de maga: seduce, hipnotiza y convence. Y tiene sesenta y tantos. A la cita no faltaron “Redondo Beach”, “Ghost Dance”, “Beneath The Southern Cross”, “Dancing Barefoot”, “Pissing In A River”, ni el “Helpless” de Neil Young, ni bromas ni dedicatorias a go-gó (a su marido, a Roberto Bolaño, a Severiano Ballesteros). Tampoco se echó de menos el fervor de la parroquia, de todas las edades, modas y colores, un ritual de entrega incondicional. Solo faltaba encadenar “Free Money”, “Because The Night” y “People Have The Power” (esta última con el cameo entrañable de Antonio Luque) para poner el auditorio del revés, y regresar a petición popular con la gasolina de “Gloria” y “Rock´n´Roll Nigger” para convertirlo en un volcán. Fuerza y emoción todo en uno. Punk y poesía de la mano. Qué grande eres, jodía.

Después de una experiencia así, ¿qué más da quién toque en el exterior?. Sonrisa en la cara, paz en el alma y ánimos arriba para toda la noche. Vamos a ver a WHITE LIES (foto 2), que alguna canción buena tienen aunque sean más de lo mismo: oscuridad pro-Joy Division. Y vaya si van de Joy Division: puesta en escena terrorífica (el negro impera) y poses muy Ian Curtis. Algunos desarrollos épicos impactan pero las dos más demandadas (“To Lose My Life” y “Bigger Than Us”) me dejan como un témpano. Cincuenta minutos escasos y adiós sin tocar la mejor, esa tremenda “Is Love” que hace días se me pegó a la piel como una camiseta mojada. Tras este aperitivo oscuro y sin cambiar de registro llegan EDITORS (foto 3). Hombre, cuánto tiempo sin verte, Tom Smith. Ahora quieren ser Depeche Mode. Duda: ¿cómo harán para combinar sus nuevas manías synth con los pepinazos de antaño?. Pues no les sale mal. Ese comienzo con la superlativa “Camera” (maqueada con teclados, eso si) ya me pone de buen humor. Se lo trabajan, Tom (con gorrilla poco o nada glamurosa) bascula entre teclas y guitarra y la mezcla queda decente. Hasta son capaces de hacer que una canción penosa como “Bricks And Mortar” suene bien. Con los ritmos pseudo-reggae de “Eat Raw Meat=Blood Drool” lo bordan. Aunque el más agudo frenesí viene de la mano de “The Racing Rats”, “Munich” y “Smokers Outside The Hospital Doors”: el pueblo ha hablado. Concierto de nota alta. Bastante alta.

A continuación toca el turno de los esperados SUEDE: un océano de nostalgia, un mar de dudas. Arrancan con “This Hollywood Life”, pírricos, incómodos, lejanos. Es como escuchar música bajo el agua. Faltan toneladas de volumen. Y a Brett Anderson, en efecto, ya no le sobra voz. Pero el tipo ha cargado bien sus pilas y se desgañita a la perfección en medio de ademanes saltimbanquis. “She”, “Trash”, “Filmstar”, “Animal Nitrate”, “We Are The Pigs”, “By The Sea” o “Killing of A Flash Boy” sacan los recuerdos de paseo. De repente me teletransporto, viajo en la máquina del tiempo hacia mi primer gran festival, el FIB del 99. Me veo allí, con doce años menos, enfrente de los Suede de entonces, volviendo a las creencias del brit pop. Todo es igual o al menos lo parece. Todo, menos nosotros. Doce años, Virgen Santa. No sé si siento añoranza, tristeza o rabia. Antes era menos gilipollas y más feliz. Con los ecos sibilantes de “So Young” me alejo y desconecto, confiando en que !!! (foto 4) me devuelvan a la realidad. “Strange Weather, Isn´t It?” quizá sea su disco más mediano, pero ni el tropezón ni las bajas han logrado hacer mella en su directo. Rehecha con piezas nuevas, la banda sigue funcionando como un reloj suizo. Ritmos negros como la pez, punteos imposibles, fogonazos de saxo y trompeta, música que explota en los oídos llevando el sistema locomotor a su máximo rendimiento. Y el espectáculo aeróbico de Nic Offer, como siempre, de traca. Momentos febriles: la fusión de “Jamie, My Intentions Are Bad” y “Must Be The Moon”, el espasmo interminable de “Me And Guiliani Down By The School Yard” (“churuchuchuuu, churuchuchuchuchu” es ya el grito de guerra en sus conciertos) y la fibrosa “Heart of Hearts”. Fin del SOS 4.8 2011 (con permiso de Tiga).

POSTRE DOMINGUERO: La moda de los conciertos matutinos urbanos sigue cobrando protagonismo en muchos festivales. En este el lugar es la Plaza de las Flores. Los Últimos Bañistas y Mujeres pusieron sintonía a la hora del tapeo el sábado, pero no estuvimos. Sr. Chinarro y Standstill lo hicieron el domingo. Al set del sevillano no hubo manera de llegar. Sí al de STANDSTILL (foto 5): lección aguerrida de rock en las entrañas. Nunca es tarde para la música nacional si la dicha es buena.


4 comentarios:

Redacció dijo...

que recuerdos, el fib y suede. Binito post, no creo que vuelva a pisar un macro-festival, eso que guardo buenos recuerdos, ero ahora me tira más la sala y la intimidad.
Saludos

Sueños Sonoros dijo...

Al final pudiste pasar a ver a Patti Smith ¡que suerte!, yo me quedé en la puerta con cara de tonto y esperando que me dejasen pasar. Muy buena crónica Mary.

Mary dijo...

Yo cada vez me siento más fuera de lugar en los festivales, así que cada vez voy a menos. También prefiero la intimidad y las salas, no hay color.

Y síiiiii, pude ver a Patti (después de una horita de cola). Se me saltaban las lágrimas de la alegría.

Rous dijo...

El festival cobró sentido después de ver a Patti Smith..porque el primer día pensé ¿q hago aquí?

Un saludete Mary!!!