10 diciembre 2011

DESCUBRIENDO A...

FAUN FABLES

Bajo el onírico nombre de Faun Fables se reencarna una mujer que debió vivir otra vida en otra época. Su nombre es Dawn McCarthy y viene del más allá musical, de los campos vírgenes, de la era del peyote, con un símbolo de la paz colgado del cuello. El proyecto gravita en torno a ella, aunque cada vez es más notorio el papel de Nils Frykdal, tanto en la composición como en sus espectáculos. Y es que Faun Fables no es solo música: es un concepto de arte integral, sonidos, poesía, imagen e interpretación. Es una nube que surca el cielo dejando una lluvia que a veces reconforta y otras inquieta.

Musicalmente el agua mana de fuentes como las canciones tradicionales de los Apalaches, el folk de Fairport Convention, The Incredible String Band o The Pentagle, el rock intensivo de Jefferson Airplane o Shocking Blue y las elegías teatrales de Édit Piaf o Juliette Gréco. La espléndida voz de la señorita McCarthy ayuda bastante a rescatar los mitos; una voz que en ocasiones recuerda a la de otra mujer de talento sublime y temperamento añejo: Jesse Sykes. El resultado es el reflejo de sus influencias: sonidos vetustos, otra resurrección, otro flash-back por obra y gracia de la máquina del tiempo. Y este es de verdad: coloca un disco de Faun Fables entre los mejores de los 60 y nadie notará la diferencia.

Con “Light of A Vaster Dark” (2010) la banda (o dúo o mujer) logra casi la perfección. Un absoluto e inspiradísimo disco conceptual dedicado a las cuatro estaciones, aunque nada tenga que ver con Vivaldi. Atrás en el tiempo quedan “The Transit Rider” (2006), concebido como banda sonora para performance en vivo, el flamígero “Family Álbum” (2004) con su espectacular versión de “Eternal” (Brigitte Fontaine), el asfixiante “Mother Twilight” (2004) y el amateur “Early Song” (99). Baste decir que todos estos discos se grabaron para Drag City, ese sabio y juicioso sello capaz de acoger en sus brazos a gente como Will Oldham, Six Organs of Admittance, Bill Callahan, Silver Jews, The Red Krayola, Loose Fur o Espers.



2 comentarios:

jesus dijo...

Has encendido mi curiosidad , todavía ano los he escuchado en disco ; los ví en el centro cultural de Huesca acompañando a Will Oldham y me parecieron un pelín excentricos pero cercanos , familiares , casi domésticos ; la voz de Dawn me parece clave para que The Letting Go de Will resulte tan mágico ; una gran voz sin duda y muy especia, sobre todo enfundada en esos impoisibles vestidos recién sacados de la serie La Cadsa de la Pradera ....

Saludos.

Mary dijo...

Pues sí, excéntricos son un rato. Y he de decir que sus discos no son nada fáciles. Es preciso haber buceado mucho en la música de los 60 para llegar a comprenderlos del todo. Pero son diferentes, y eso me gusta. Saludos!