24 febrero 2011

DISCOS

THE CAVE SINGERS. No Witch.

Tierra y fuego.

Para los que todavía no lo sepan (que deben ser pocos), The Cave Singers es el proyecto fundado en 2007 por Derek Fudesco, otrora bajista de los extintos Pretty Girls Make Graves. La formación de Seattle lanza en estas fechas su tercer disco, un “No Witch” (2011, Jagjaguwar) que, por si quedaban dudas, los confirma como distinguidos inquilinos en el Olimpo de la nueva americana. Una obra que sigue la estela temática de los anteriores “Invitation Songs” (2007) y “Welcome Joy” (2009) pero alcanza un peldaño más: en ella cortan más madera, rugen con más fuerza y hacen más callo.

Argumentar que este trabajo los convierte en intocables no es una barbaridad. Deslumbrante de principio a fin, recoge los frutos maduros de la tierra fértil, explotando en fragorosas llamaradas apenas arrancan cortes como “Black Leaf” o “No Prosecution If We Bail”. Un majestuoso tratado de country alternativo con radiaciones bluegrass, R&B o gospel. Incluso el pop más transparente se cuela entre las nubes de polvo para modelar maravillas como “Clever Creatures” y hasta Led Zeppelin asoman las narices en las inquietantes “Falls” y “Faze Wave”.

El método es bien simple a la par que efectivo: brillantes secuencias de guitarra sostienen las canciones como columnas vertebrales, unidas al resto de la materia por la inconfundible voz de fumador-recién-levantado de Pete Quirk. A partir de ahí todo es condimentar, y caramba, qué bien condimentan estos tipos. Con violines llenan de magia “Gifts and The Raft” y “Distant Sures”, con una sección de vientos dan un aire dixie a “Swim Club”, con tablas y cascabeles llenan de exótico humo “Outer Realms”, con una melódica calzan “Haller Lake” logrando el perfecto equilibrio, y con una armónica labran los campos vírgenes de “Haystacks”. En un ejercicio único de adaptación de la música de raíces al presente, The Cave Singers alcanzan con este impecable disco su particular El Dorado.

www.thecavesingers.com

Léelo también en: MY FEET IN FLAMES

22 febrero 2011

CANCIONERO

MANFRED MANN. Pretty Flamingo.

Desde Londres, Manfred Mann fueron imprescindibles para entender la filosofía de la música en los primeros 60. Representaron el prototipo de banda cuidadosa de su imagen y su música, tanto la propia como las composiciones ajenas que eligieron para versionar. También fueron representantes de ese elenco de grupos que tomaron el blues como punto de referencia (como The Animals o The Rolling Stones) para luego desarrollar una evolución coherente. La historia de Manfred Mann se divide en dos etapas: la primera, con Paul Jones como vocalista-armonicista, puro soul y R&B en ebullición; la segunda, con Mike D´Abo al frente, más apegada al pop y los ritmos cadenciosos. De comienzos de esta segunda etapa data esta “Pretty Flamingo”, original de Mark Barkan, una de sus canciones más exitosas (número 1 en UK en el 66). Cierto es que la primera etapa fue la mejor, pero el bello flamenco tiende un puente de plata entre ambos periplos. Un gran tema pese a su cursi y manido mensaje. Para saber más cosas sobre Manfred Mann, podéis daros una vuelta por el reportaje al respecto en MY FEET IN FLAMES.

PRETTY FLAMINGO

On our block all of the guys call her flamingo
Cause her hair glows like the sun
And her eyes can light the sky
When she moves she walks so fine like a flamingo
Crimson dress that clings so tight
She's out of reach and out of sight

When she walks by she brightens up the neighbourhood
Oh every guy would make her his if he just couldIf she just would

Some sweet day I'll make her mine, pretty flamingo
Then every guy will envy me
Cause paradise is where I'll be
Pretty flamingo, pretty flamingo

Some day I´ll make her mine,
Yes I will, yes I will, make her mine

19 febrero 2011

DISCOS

PJ HARVEY. Let England Shake.

Dios salve a la Reina.

Que cada nuevo disco de PJ Harvey supone una aventura -más intensa y emocionante cuanto más tiempo transcurre entre el anuncio y el hecho- comienza a convertirse en axioma. Aquí vuelve la doncella camaleónica, la mujer de las mil caras y recursos sin fin, con cosas nuevas bajo el brazo. Si “White Chalk” (2007) hacía correr ríos de tinta, este “Let England Shake” (2010) posee todos los ingredientes para dar igualmente que hablar. Así pues, preparen su arsenal de teorías y adjetivos, afinen sus plumas. Damas y caballeros, una nueva PJ entra en escena.

Solo con escuchar la apertura queda de manifiesto que no estamos ante la bestia parda de “Rid of Me” (93), ni ante el misterioso espectro de “Is This Desire?” (98) ni ante la sexy fustigadora de “Stories from The City, Stories from The Sea” (2000). Tampoco estamos ante la dama victoriana del mencionado “White Chalk” pues, en contra de algunos pronósticos, este álbum solo hereda los atributos intimistas de aquel de forma esporádica. Estamos ante una Polly dúctil y juguetona, que fluctúa entre el rol de maestra y el de pipiola, explotando y dominando la escala de agudos sin despeinarse, clamando por un país en llamas.

Grabado en el escenario más romántico posible (una iglesia decimonónica de su Dorset natal) y con el apoyo y supervisión de los habituales John Parish, Mick Harvey y Flood, este trabajo aporta muchos y ricos nuevos matices en la trayectoria de su autora, empezando por una instrumentación que incorpora como elementos estelares el autoarpa y el saxo. Seduce desde el primer acorde de esa “Let England Shake” que, en clave desenfadada y a golpe de marimba, mete el dedo en la llaga sangrante de la patria. Un viaje monumental y efímero (apenas 40 minutos) a través de la luz y las sombras, testificando sobre una pugna constante entre el pasado y el futuro, entre la vieja y la nueva Polly Jean. “The Last Living Rose”, “In The Dark Places” o “Bitter Branches”, con la guitarra eléctrica como ítem fundamental, siguen emitiendo ondas que resultan familiares. Sin embargo “England”, “Written On The Forehead” y “The Glorious Land” revelan un encomiable empeño descubridor de estructuras y matices, integrando sampleados de música árabe o africana, y hasta un Séptimo de Caballería encajado al milímetro. Pero este disco es mucho más: es también una lucha entre el optimismo y el desgarro, entre el ánimo popular (“The Colour of The Earth”) y el lamento solitario (“Hanging In The Wire”). La extensa “All And Everyone” es un canto al examen de conciencia del mundo, y la soberbia “The Words That Maketh Murder” una oda a la exuberancia pop.

Y así, “Let England Shake” discurre en un auténtico festival para los sentidos. Es una flecha en pleno pecho, una vorágine que te engulle. Es hipnótico, mágico, político y profético. Es rock, pop, shoegaze, folk, ambient, noise, todo a la vez y nada en concreto. Es otra obra maestra, el enésimo acierto de una artista en estado de iluminación perpetua. Un hijo de los dioses flotando en el limbo, recogiendo todas las gotas rebeldes de la música de los tiempos.

www.pjharvey.net

17 febrero 2011

DESCUBRIENDO A...

THE PHENOMENAL HANDCLAP BAND

Este descubrimiento se lo debo a uno de los mejores rastreadores de discos de la blogosfera. Imposible resistirse a indagar tras leer las palabras funky, soul y psicodelia en su (acertadísima, como todas) revisión sobre este combo neoyorquino. Un proyecto comunal fundado en la Gran Manzana por Daniel Collás y Sean Marquand, al que ha asomado la jeta gente tan diversa como Jon Spencer, Bart Davenport, Jaleel Bunton (TV on the Radio) o Aurelio Valle (Calla).

The Phenomenal Handclap Band” (2009) es su primer y único largo. Y cuando digo largo, significa largo. Más de 60 minutos de collage sonoro, con el funk, el acid jazz, el disco, la psicodelia y el rock progresivo como plantillas de trabajo. Como mezclar en una batidora a Sly & The Family Stone, The James Taylor Quartet, The United States of America y los propios TV on the Radio. Canciones como “I Been Born Again”, “Tears” y “The Circle Is Broken” son chicha fresca para cualquier depredador de clásicos. Y aún obviando a los clásicos, plato fino para cuaquiera que tenga la mente abierta y un mínimo de buen gusto.

www.phenomenalhandclapband.com

15 febrero 2011

CANCIONERO

ECHO & THE BUNNYMEN. The Cutter.

Alguien me ha echado una maldición: penarás y sudarás sangre hasta que consigas ver en directo a Echo & The Bunnymen. Y eso que se prodigan lo suyo por estos lares. Por enfermedad, por sobreaforo, por coincidencias horarias o por cancelaciones. Y este año en el Primavera Sound tampoco podrá ser. Lo dicho: maldición. Pero siempre nos quedará “The Cutter”. Exótica, inmortal, poderosa, épica. ¿Cuántas veces nos hemos desgañitado repitiendo eso de “am I the happy loss, will I still recoil”?. Cientos. Podría elegir puñados de canciones de Ian McCulloch y Will Sergeant pero me quedo con esta. Indudable. La canción que nunca falla en una recopilación ochentera. La canción que nunca falla en una DJ session casera. La canción por la que no pasa el tiempo. La canción que hace no grande sino gigante “Porcupine” (83).

THE CUTTER

Who's on the seventh floor brewing alternatives
What's in the bottom drawer waiting for things to give
Spare us the cutter spare us the cutter
Couldn't cut the mustard

Conquering myself until I see another hurdle approaching
Say we can, say we will, not just another drop in the ocean

Come to the free for all with cellotpe and knives
Some of them six feet tall we will escape our lives
Spare us the cutter spare us the cutter
Couldn't cut the mustard

Conquering myself until I see another hurdle approaching
Say we can, say we will, not just another drop in the ocean

Am I the happy loss
Will I still recoil
When the skin is lost
Am I the worthy cross
Will I still be soiled
When the dirt is off

Watch the fingers close when the hands are cold

www.bunnymen.com

14 febrero 2011

DISCOS

MOGWAI. Hardcore Will Never Die, But You Will.

La revolución silenciosa.

Ahora que tan de moda está hablar de revoluciones, los escoceses vuelven a montar un nuevo piquete en su revolución constante y silenciosa. Porque sí, ellos iniciaron una revolución en tiempos en los que la melodía y la palabra fácil eran el pan de cada día, forzando la invención de un vocablo (post-rock) que ya se ha convertido en un clásico de la real academia de la música. Fueron los tiempos en que las guitarras se revelaron como armas para crear ruido y, a la vez, auténtica belleza. Porque como en las revoluciones de claveles o terciopelo, Mogwai no emplean su arsenal para la destrucción. Su música, a veces rota a veces nítida, tan pronto lisérgica como guerrera, sigue suscitando las mismas emociones que antaño. Y en una carrera de largo recorrido que ya abarca 15 años y 7 álbumes (aparte EPs y bandas sonoras), los de Glasgow siguen conservando su nombre, ese respetable nombre ganado a base de trabajo y sin ademán heroico.

Hardcore Will Never Die, But You Will” (2011) es un eslabón lógico dentro de la cadena. Los teclados vuelven a ponerse al lado de las guitarras (esterilidad vs suciedad). Los experimentos vuelven a asomar la frente, como en “Mexican Grand Prix” (recordando las artes de Air) o “George Square Thatcher Death Party” (el vocoder no ha muerto). Los míticos Mogwai de “Young Team” (97) o “Come On Die Young” (99) se reencarnan sutilmente en “Death Rays” o “Too Raging To Cheers”. La electricidad más musculosa y virulenta se desata en “San Pedro”, única afirmación verdaderamente hardcore de todo el disco, logrando un efecto gemelo al de “Glasgow Mega Snake”. Y cierto es que no es el mejor disco de su historia, pero siguen poseyendo un mérito muy concreto: el de conseguir agarrar y mantener el interés rumiando la misma idea durante más de cinco minutos. Ahí están los asombrosos superpoderes de “White Noise”, “Rano Pano” o “You´re Lionel Richie”, tres joyas deslumbrantes a las que apetece echar el lazo en vivo. Porque habrá que verlos en el Primavera Sound, ¿no?.

www.mogwai.co.uk

10 febrero 2011

DESCUBRIENDO A...

VILLAGERS

Voy en el coche y suena una canción. Su nombre: “The Pact (I´ll Be Your Fever)”. Su autor/autores: Villagers. Decido seguir la pista. Y el rastro me lleva a Conor J. O´Brien (no confundir con Conor Oberst), un jovencísimo irlandés muy ducho en el arte del “do it yourself”. Me empapo hasta las trancas de “Becoming A Jackal” (2010), su primer largo tras el EP de presentación “Hollow Kind” (2009). Desde la humildad de su sencillez el disco seduce, ilumina como un foco cegador, anestesia los sentidos en clave de pop, folk y soul. Con canciones tan penetrantes y turbadoras como “I Saw The Dead” o “Pieces”, llamadas para la gloria pero tímidamente recluidas en trincheras.

Después me entero de la verdad. De que Villagers se han convertido en la enésima esperanza británica haciendo un tipo de música tradicionalmente desdeñado. De que han sido nominados al Mercury Prize. De que han sido fichados por el sello discográfico de moda. De que al oligopolio cultural se le llena la boca hablando del tema y bla, bla, bla. Pues bien, todo me da igual. Porque la magia que brota en cada nota y la poesía que irradia cada palabra son mucho más poderosas que lo que opine, afirme o sugiera cualquier cazador de presas fáciles. Para mí Villagers seguirá siendo ese jovenzuelo que una noche se acercó a mi oido y me contó cómo es el mundo, usando exactamente mi mismo lenguaje.

www.myspace.com/wearevillagers

09 febrero 2011

DISCOS

DESTROYER. Kaputt.

La hora de la nostalgia.

Vale, otro que se apunta al carro. Dan Bejar también se arroja a los brazos de la nostalgia, agregándose a la moda del cambio de tercio. Por si no tuviéramos bastante con el irresistible debú de Twin Shadow, toma otra taza de años ochenta, de revival synth pop y ecos románticos. Pasado por la lavadora, secado al sol y bruñido con esmero. El chamán ya no se llama Bob Dylan, el oráculo cambia de color y señala hacia Roxy Music, Aztec Camera, Lloyd Cole o incluso Pet Shop Boys. Y dicho todo lo anterior, ¿para qué decir más?. No hay más vuelta de hoja: música engalanada de seda, terciopelo y satén.

Sintetizadores, cajas de ritmo, oboes, saxos y sensuales corales femeninas se convierten en amigos de un Bejar al que desconocíamos un glamour tan exuberante. Glamour que se manifiesta hasta en una voz de nuevo uso, cercana a las de Paddy McAloon o Bernard Sumner. “Chinatown”, “Kaputt” o “Song for America” resucitan con nuevo aliento un género inventado y reinventado, y en “Poor In Love” asoman ecos de los James más legendarios. Sin embargo, tanta perfección aturde con el paso de los minutos, haciendo de la constancia un valor en este caso a la baja. La embarullada y excesivamente arty “Bay of Pigs” pone fin a un disco con demasiados pocos defectos. Y es que a veces algún que otro defecto se agradece.

www.destroyersongs.com

02 febrero 2011

DESCUBRIENDO A...

DAN MICHAELSON & THE COASTGUARDS

He de reconocerlo: llevo dos semanas enamorada de una canción. Se llama “If Not For You” y la firma este tipo. La tengo en la cabeza todo el día, la pincho una y otra vez, la siento clavarse en mis huesos y apretujarme el corazón. En estos singulares tiempos musicales de usar y tirar, celebro con los brazos abiertos que algo me haya tocado el alma de esta forma. Y ahora, hablemos de él, o de ellos, porque se lo han ganado.

Dan Michaelson puede que sea más conocido como vocalista y guitarrista de los londinenses Absentée. Y este es su personalísimo y abrumador proyecto paralelo. Una aventura que no afronta solo, sino con el apoyo de músicos de otras bandas geográficamente hermanas como The Magic Numbers, The Rumble Strips o The Broken Family Band. Y ahora me pregunto: ¿qué está pasando en la Gran Bretaña?. Últimamente no hago más que encontrarme músicos que, bajo la bandera sagrada de la Union Jack, dirigen sus miradas más allá del horizonte. Significativo.

Con dos discos bajo el brazo -“Saltwater” (2009) y “Shakes” (2010)- Dan Michaelson & The Coastguards se impregnan de reminiscencias country. Vale, otra dosis de country folk para el cuerpo. No hay nada mejor para atemperar los nervios. Escuchando a este hombre de voz cavernosa es imposible no acordarse de tantos otros. De Kurt Wagner cuando oigo “Something Awful/Dancing” o “Forever”. De Howe Gelb cuando suenan “Oh, Hetty” o “The Wait Is Over”. De Bill Callahan cuando lo hacen “Bust” o la susodicha “If Not For You”. Gracias, bendita canción, por mostrarme un camino más agradable y darme una mínima esperanza. Y gracias, Fede, por descubrirme el pastel.

www.danmichaelsonandthecoastguards.co.uk

01 febrero 2011

DISCOS

GANG OF FOUR. Content.

Segunda juventud.

Cuando en 2005 Gang of Four anunciaron su regreso –diez años después-, los estudiosos y puristas se volvieron locos. Desde entonces los de Leeds han sudado lo suyo sobre escenarios de medio mundo, pero viviendo de las rentas. Los capitales de esas rentas (gloriosos zambombazos como “Damaged Goods”, “Not Great Men”, “He´d Send The Army” o “At Home He´s A Tourist”) se reagruparon en una misma cuenta, “Return The Gift” (2005). Pues bien, han tenido que pasar otras cuantas primaveras para conocerles nuevo material. Nueva formación, con Jon King y Andy Gill como supervivientes, y con Thomas McNeice y Mark Heaney tomando las riendas de una sección rítmica que en sus tiempos hizo historia. De sus manos nace este “Content” (2011), que ya no suena como lo hacían sus combativos argumentos antaño. Los Gang of Four de hoy consiguen un sonido que no los diferencia un ápice de sus bandas herederas, esas que todos conocemos y que les deben la vida. En este punto, reflexión: ¿era necesario este disco?. Debate abierto.

Aunque no sea un trabajo menor (pese a su desalentador comienzo con “She Said `You Made A Thing of Me´”), algo se echa en falta. Y está claro lo que es: aquellas líneas de bajo gamberras y contundentes que tiraban de espaldas. Solo en “You Don´t Have To Be Mad” alcanzan las entrañas, quedando superfluamente engullidas en el resto por las guitarras esquizoides de Gill. El oído goza de algunos momentos interesantes, como los acercamientos –probablemente involuntarios- a David Byrne en “I Can´t Forget Your Lonely Face” o “I Can See From Far Away”, o ese gesto a Kraftwerk y el post-rock –quizá también involuntario- en una “It Was Never Gonna Turn Out Too Good” radicalmente diferente a lo demás. Aunque lo mejor llega de la mano de “Who Am I?”, enérgico supertemazo de estribillo fácil que hace bullir la sangre en las venas. En conclusión: “Content” saca a Gang of Four del agujero oportunista, encauza su ansiedad creativa, les brinda una segunda juventud y satisface las demandas de los fans. Pero donde estén las rentas…

www.gangoffour.co.uk