PETER WOLF CRIER
Algo pasa con Peter Wolf Crier. Tienen hechuras serias de candidato a nuevo e insoportable grupo de moda, un sutil tufillo a Animal Collective en posición del loto, y algunos listos ya se han dado cuenta. Sin embargo hay algo en ellos, algo extraño, algo diferente, algo que entra fácil, que enamora aunque no a la primera. “Inter-Be” (2010) fue su primer trabajo, un disco automáticamente llevado por las bocas al terreno del nuevo folk o el folk rarito, pero ahí no se detiene la moto: detrás de sus composiciones sencillas pero bien pintadas soplan otros vientos. Y esto, que solo se adivinaba en su primer álbum, se hace absolutamente patente en el segundo “Garden of Arms” (2011), redonda y rotunda colección de canciones breves, directas y al grano recuperadas del rebufo de 2011. El folk forma filas con el pop casi psicodélico, el soul, el rock duro y un poco de música de baile, y cuando las filas se rompen y todo se mezcla es una auténtica delicia. Al final tienes que dar el visto bueno, quieras o no, hechizado por la magia oculta de “Beach”, “Settling It Off” o las explosivas y autoritarias “Krishnamurti” y “Hard Heart”. Que a “Inter-Be” tampoco le faltaban momentos mágicos, y a las especialísimas “Down Down Down”, “For Now” y “Demo 01” me remito.
Y todo esto lo firman dos tipos, solo dos, desde una tierra en la que hace tanto frío que no hay nada mejor que encerrarse en un sótano a grabar canciones: Minneapolis. Uno se llama Peter Pisano, y es el que compone, canta y toca la guitarra; otro se llama Brian Moen y es el que arregla, acompaña y pone el ritmo. No son nuevos, pues sus locas aventuras empiezan en otras bandas (The Wars of 1812, Amateur Love) a las que este proyecto en vías de éxito les costará seguramente caro.
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