DISCOS
MGMT. Congratulations.
Atracón de psicodelia y glam rock.
Si Marc Bolan levantara la cabeza… Pues a buen seguro que este disco le enternecería, por las múltiples conexiones que de él rezuman. Conexiones directas con sus T-Rex y con el glam rock en general. Conexiones también con el ilustre Brian Eno, que para más inri ha sido honrado con el séptimo corte, portador de su propio nombre. Están claras cuales son las fuentes de las que abrevan Ben Goldwasser y Andrew VanWyngarden: los setenta, la música disco, la psicodelia y el rock de maquillaje y pose. Ya lo demostraron en aquel “Oracular Spectacular” (2008) que los catapultó al estrellato con temas tan resultones como “Time to Pretend” y tan negados como “Electric Feel”. Del sonido de este nuevo “Congratulations” (2010), parido de las sacras manos de Peter “Sonic Boom” Kember, se extrae una conclusión: que lejos de aceptar la adopción mediática del mainstream, están dispuestos a asumir sus riesgos. Su nuevo disco no es precisamente un dechado de estribillos pegadizos, melodías enjauladas o hits inmediatos. Es más bien un ramalazo de creación experimental a la antigua usanza, y prueba de ello son los diez minutos de “Siberian Breaks”, estructurados en diferentes movimientos que tan pronto evocan a Crosby, Stills & Nash, los Byrds más psicodélicos o el pop sueco más naif. El cinematográfico instrumental “Lady Dada´s Nightmare” también los convierte en presuntos antihéroes, fortaleciendo la conexión con Brian Eno una vez más. Contra todo pronóstico, la imaginación creativa los ha llevado a no perder comba, sino a ganar respeto. Aunque muchos se empeñen en venderlos en una caja de bombones con un lazo de celofán. Ah, por cierto, volviendo a Brian Eno, ya va siendo hora de hacerle un hueco en este blog. Próximamente.
www.whoismgmt.com
Atracón de psicodelia y glam rock.
Si Marc Bolan levantara la cabeza… Pues a buen seguro que este disco le enternecería, por las múltiples conexiones que de él rezuman. Conexiones directas con sus T-Rex y con el glam rock en general. Conexiones también con el ilustre Brian Eno, que para más inri ha sido honrado con el séptimo corte, portador de su propio nombre. Están claras cuales son las fuentes de las que abrevan Ben Goldwasser y Andrew VanWyngarden: los setenta, la música disco, la psicodelia y el rock de maquillaje y pose. Ya lo demostraron en aquel “Oracular Spectacular” (2008) que los catapultó al estrellato con temas tan resultones como “Time to Pretend” y tan negados como “Electric Feel”. Del sonido de este nuevo “Congratulations” (2010), parido de las sacras manos de Peter “Sonic Boom” Kember, se extrae una conclusión: que lejos de aceptar la adopción mediática del mainstream, están dispuestos a asumir sus riesgos. Su nuevo disco no es precisamente un dechado de estribillos pegadizos, melodías enjauladas o hits inmediatos. Es más bien un ramalazo de creación experimental a la antigua usanza, y prueba de ello son los diez minutos de “Siberian Breaks”, estructurados en diferentes movimientos que tan pronto evocan a Crosby, Stills & Nash, los Byrds más psicodélicos o el pop sueco más naif. El cinematográfico instrumental “Lady Dada´s Nightmare” también los convierte en presuntos antihéroes, fortaleciendo la conexión con Brian Eno una vez más. Contra todo pronóstico, la imaginación creativa los ha llevado a no perder comba, sino a ganar respeto. Aunque muchos se empeñen en venderlos en una caja de bombones con un lazo de celofán. Ah, por cierto, volviendo a Brian Eno, ya va siendo hora de hacerle un hueco en este blog. Próximamente.
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3 comentarios:
Si tengo que serte sinciero, el disco no me gustó para nada. Pero si tu lo dices tendré que darle otra pasada a ver que tal me entra esta vez.
Me gusta la gente que toma decisiones arriesgadas, aunque tampoco tengo nada en contra de mainstream por definición.
Hombre, tampoco es que sea el disco del año, pero tiene algún que otro momento interesante. Lo que realmente me sorprende es que hayan agotado las entradas de La Riviera 3 meses antes del concierto... no creo que sean para tanto.
A mí este disco me ha gustado bastante más que el primero, sí que lo veo uno de los candidatos a disco del año (y Siberian Breaks a canción del año). Más que nada por la originalidad de estructuras y acordes, más que por el sonido general que me parece un cruce entre el Parklife de Blur y el Hunky Dory de Bowie.
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