Y qué
mejor manera de culminar el 30 aniversario de la formación de Nick Cave
& The Bad Seeds que revisando uno de los discos escondidos dentro de su
prolífica discografía, triple y maravilloso disco de caras B, rarezas y
versiones alternativas publicado en 2005. Un disco que no solo aglutina temas
marginales, sino el trabajo de casi todas las malas semillas. Los acólitos de
Cave aparecen así todos juntitos (técnicamente, solo faltaría la impronta de Ed
Kuepper y George Vjestica),
hermanados en un álbum retrospectivo histórico que viene de perlas para
ilustrar el homenaje que nos ocupa.
“B-Sides
and Rarities” (2005) no es para nada el típico álbum oportunista; es un
tesoro que no debe faltar en la discoteca de los asiduos a Cave, una ecléctica
colección sin un solo instante desperdiciable. Divido en tres partes y
concebido cronológicamente, incluye las caras B de todos los singles de la
banda hasta “Abattoir Blues/The Lyre of Orpheus” (2004), composiciones
singulares para cine o televisión, tomas falsas de temas míticos, versiones
sustanciosas y colaboraciones diversas.
Así, en
él se pueden encontrar las versiones acústicas de temas tan legendarios como “Deanna”,
“The Mercy Seat”, “City of Refuge” y “Jack The Ripper”,
así como tomas alternativas de “Red Right Hand”, “Where The Wild
Roses Grow”, “O´Malley´s Bar” y “Black Hair”. De sobra es
conocido el buen gusto de Cave a la hora de revisar temas ajenos (“Kicking
Against The Pricks” es un ejemplo significativo y global en formato álbum),
y aquí se pueden paladear composiciones de Roy Orbison (“Running
Scared”), Leadbelly (“Black Betty”), Leonard Cohen (“Tower
of Song”), Neil Young (“Helpless”) o J.B. Lenoir (“I
Feel So Good”), por no hablar de la prodigiosa versión de “What a Wonderful
World” en compañía de Shane MacGowan.
Pero
este disco es un documento curioso también para los estudiosos de la obra del
autor, pues en él se pueden palpar los escarceos de Cave hacia los límites,
hacia el purismo de los géneros que con tanta pericia sabe combinar. Por
ejemplo, la bizarra improvisación “That´s What Jazz Is To Me” lo lleva
al precipicio del free jazz, el instrumental “Cocks´n´Asses” lo
sitúa en las puertas del avant garde, mientras “Rye Whiskey”, “There´s
No Night Out in The Jail” y “Knoxville Girl” lo conducen al redil
folclórico del western. Por su parte, “God´s Hotel” es blues en
vena y “Good Good Day” es pop en estado efervescente.
Pero aparte de versiones, revisiones y experimentos,
la colección incluye toda una ristra de canciones brillantes y valiosísimas
relegadas injustamente a la categoría de cara B. “(I´ll Love You) Till The
End of The World”, “Blue Bird”, “What Can I Give You?”, “The
Ballad of Robert Moore and Betty Coltrane”, “Little Empty Boat”, “Come
Into My Sleep”, “Baby, I Got You Bad”, “Opium Tea”, “Sheep
May Safety Graze”, “Shoot Me Down”, “Swing Low”, “She´s
Leaving You” o “Under This Moon” podrían formar todas juntas otro
disco de Nick Cave & The Bad Seeds igual de bueno que el mejor.
Y con
tanta canción (56 en total) es fácil encontrar curiosidades de todo tipo. Como
por ejemplo dos temas que no pasan desapercibidos, pues la escucha revela algo
diferente, algo que no cuadra del todo. El primero sería “The Willow Garden”;
no, no es Nick Cave el que canta, es Conway Savage (y muy bien,
por cierto) adornado por el genuino, inconfundible y celestial violín de Warren
Ellis. El otro corte tiene mucho que ver con Ellis también; se trata de “Time
Jesum Transeuntum et Non Riverentum”, bellísima composición de Dirty Three
con la colaboración de Cave para la banda sonora de “Expediente X”, otra
exhibición superlativa con el arco de Warren, el brillante y estrambótico
Paganini del siglo XXI.
En
definitiva, un disco que no es uno sino tres, el diamante definitivo de la joya
de la corona, un bocado exquisito para seguidores finos y un magnánimo regalo
para amantes incondicionales.
5 comentarios:
Enseguida me pongo a investigarlo! Desconocía la existencia de estas caras B y rarezas. Si es que da gusto pasar por aquí, merci encore...
Que gran trabajo de investigacion sobre las semillas. Bravo, you´re the one! Conque el Paganini del siglo XXI... ay madre, como se nota que eres fan del Warren.
En efecto, soy la fan número 1 del barbas. Es EL MÚSICO con mayúsculas. Una música así solo puede salir de la cabeza de un genio. Warren for president.
A mi la versión de Helpless de Neil Young me parece de las más grandiosas que he oido.
Un saludo.
Bienvenido por aquí, Savoy, ya hace un tiempo que sigo tu blog y me encanta.
Pues sí, es una gran versión. Neil y Nick, mis dos grandes unidos por un tema. De lujo.
Saludos!
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