SLOAN + THE SOUNDTRACK OF OUR LIVES. Madrid. Aqualung. 24-1-2006.
Calorcete escandinavo.
The Soundtrack of Our Lives tienen caché. Lo avalan sus discos y lo avala su extensa gira por nuestro país. También lo avalan sus teloneros. Los veteranos Sloan abrieron la velada madrileña rememorando su curtida trayectoria a través de sus hits más conocidos y pegadizos. “The Good in Everyone”, “Money City Maniacs” y “The Other Man” fueron instantes brillantes de un directo en el que lo mejor es la presencia de Chris Murphy y sus incómodas gafas de culo vaso, ya sea al bajo, ya sea a la batería. Su forma de exhibirse con las baquetas convirtió “People of the Sky” y “All Used Up” en dos pelotazos pseudo-heavies. Descoordinados, pero entretenidos.
Los primeros humos de teclado con que los suecos hicieron su aparición presagiaban una noche de psicodelia babilónica, pero “Broken Imaginary Time” fue mero espejismo trascendental. Con tantas y tan variopintas canciones, escogieron un repertorio acertado y efectivo, picoteando de todos sus álbumes ordenadamente. Acentuando su vena rock, pero introduciendo esos momentos stand-by en mitad de canción (con arengas y filosofía incluídas) que los hacen inimitables y genuinos. Sonaron las que se querían escuchar y algunas otras que ganan puntos en vivo: “Infra Riot”, “Sister Surround”, “Lone Summer Dream”, “Confrontation Camp”, “Dow Jones Syndrome”, “Believe I´ve Found”, “Pass Through Fear”, “Galaxy Gramophone”, “Instant Repeater´99”, “Mother One Track Mind” o la interminable “21st Century Rip Off”. Pero las reinas del baile fueron “Bigtime”, perfecta para el jolgorio salvaje, y la escalofriante versión del “I´m Sick of You” de Iggy & the Stooges que Ebbot Lundberg se sacó de la manga de su túnica XXL.
El desenlace final a punto estuvo de ponerlos en entredicho. “Nevermore” derivó en rayada hippy, con el orondo Ebbot paseando sus chichas entre el público, repartiendo abrazos y pensamientos de predicador sectario. El espectáculo estaba en el foso; pero las caras del resto sobre el escenario fueron una alternativa digna de ver y en la que pocos repararon.
Genio y figura. Mr. Lundberg, todo un crack. The Soundtrack of Our Lives, toda una banda de rock´n´roll.
Calorcete escandinavo.
The Soundtrack of Our Lives tienen caché. Lo avalan sus discos y lo avala su extensa gira por nuestro país. También lo avalan sus teloneros. Los veteranos Sloan abrieron la velada madrileña rememorando su curtida trayectoria a través de sus hits más conocidos y pegadizos. “The Good in Everyone”, “Money City Maniacs” y “The Other Man” fueron instantes brillantes de un directo en el que lo mejor es la presencia de Chris Murphy y sus incómodas gafas de culo vaso, ya sea al bajo, ya sea a la batería. Su forma de exhibirse con las baquetas convirtió “People of the Sky” y “All Used Up” en dos pelotazos pseudo-heavies. Descoordinados, pero entretenidos.
Los primeros humos de teclado con que los suecos hicieron su aparición presagiaban una noche de psicodelia babilónica, pero “Broken Imaginary Time” fue mero espejismo trascendental. Con tantas y tan variopintas canciones, escogieron un repertorio acertado y efectivo, picoteando de todos sus álbumes ordenadamente. Acentuando su vena rock, pero introduciendo esos momentos stand-by en mitad de canción (con arengas y filosofía incluídas) que los hacen inimitables y genuinos. Sonaron las que se querían escuchar y algunas otras que ganan puntos en vivo: “Infra Riot”, “Sister Surround”, “Lone Summer Dream”, “Confrontation Camp”, “Dow Jones Syndrome”, “Believe I´ve Found”, “Pass Through Fear”, “Galaxy Gramophone”, “Instant Repeater´99”, “Mother One Track Mind” o la interminable “21st Century Rip Off”. Pero las reinas del baile fueron “Bigtime”, perfecta para el jolgorio salvaje, y la escalofriante versión del “I´m Sick of You” de Iggy & the Stooges que Ebbot Lundberg se sacó de la manga de su túnica XXL.
El desenlace final a punto estuvo de ponerlos en entredicho. “Nevermore” derivó en rayada hippy, con el orondo Ebbot paseando sus chichas entre el público, repartiendo abrazos y pensamientos de predicador sectario. El espectáculo estaba en el foso; pero las caras del resto sobre el escenario fueron una alternativa digna de ver y en la que pocos repararon.
Genio y figura. Mr. Lundberg, todo un crack. The Soundtrack of Our Lives, toda una banda de rock´n´roll.
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