29 enero 2011

RETROSPECTIVAS

JOHN CALE. Vintage Violence/Paris 1919.

Joyas de los setenta (7ª parte).

Hace unos meses, en una de sus sorprendentes tandas anunciadoras, el Primavera Sound revelaba para su próxima edición un acontecimiento especial: la presencia de John Cale, con banda y orquesta, interpretando su álbum “Paris 1919” (73). Ello llevó a fijar la mirada en este disco, malposeído y abandonado. Y no solo en él, sino en la discografía más temprana del galés, su afirmación como compositor e intérprete tras su fugaz pero determinante paso por The Velvet Underground. Y en esa tarea de revisión apareció, dejando una huella alentadora, otro disco: “Vintage Violence” (70). Y llegaba la duda: ¿retrospectiva de este o retrospectiva de aquel?. Duelo de balanza entre ambos, resuelto de la forma más diplomática: retrospectiva compartida y punto pelota.

Porque es difícil decantarse por uno u otro. Lo que le falta al uno lo posee el otro, aunque los dos estén sobrados de casi todo. Dos obras maestras, llenas de canciones legendarias, que nos acercan el lado más pop, sinfónico y amable de Cale. Su estreno en solitario con “Vintage Violence” (70) dibujaba a un músico sensible hasta el extremo, tan dotado para la canción popular como Randy Newman o John Lennon. Romanticismo y exquisitez suman fuerzas en una colección familiar y estimulante, con temas que, como “Amsterdam”, “Ghost Story” o “Big White Cloud”, llegan a romper el corazón. También se pueden encontrar pequeños toques country en temas como “Gideon´s Bible” o “Please”, y un caramelo pop adorable e irresistible llamado “Cleo”.

Por su parte, “Paris 1919” (73) posiblemente haya sido su disco de mayor reconocimiento, y quizá por ello el elegido para resucitar en los escenarios cuarenta años después. Producido con pulcritud extrema, envolvente en su textura aterciopelada, contenida y constante, lleno de referencias históricas y literarias. Un pulso elemental entre los dos bastiones de expresividad de su autor: el pop y las piezas clásicas. Comunión que se evidencia en las maravillosas “Hanky Panky Nohow”, “The Endless Plain of Fortune” y “Paris 1919”. Un disco que sirve de analgésica continuidad al primero, aunque entre ambos mediaran los académicos “Church of Antrax” (71) -en colaboración con Terry Riley- y “The Academy in Peril” (72).

El universo de John Cale se nutre de idas y venidas, experimentos revolucionarios, virajes sorprendentes, y siempre sin perder de vista la realidad de cada momento vivido. Sin duda, su obra merece una oportunidad. Y qué mejor forma de empezar que con estas dos joyas, subyugantes y antológicas.

www.john-cale.com

27 enero 2011

DISCOS

IRON & WINE. Kiss Each Other Clean.

Un viajero en casa ajena.

Para los que amábamos al Sam Beam campestre, modosito y melancólico, este disco supone un pequeño shock. O mejor, para no exagerar, una sorpresa. Porque aunque ya mirara hacia nuevos horizontes en aquel intachable “The Shepherd´s Dog” (2007), la transición no ha sido radical sino progresiva. Y la transfiguración se materializa completa en este “Kiss Each Other Clean” (2011), el colofón indeleble de un aperturismo hasta ahora latente pero no evidente. Un nuevo enfoque a su música, mundanal y aventurero hasta decir basta. Apuntes de funk, dub, jazz y sonidos africanos insertados por doquier en canciones que a veces se convierten en parajes sonoros insondables (“Monkeys Uptown” y “Rabbit Will Run” sirven como muestra).

El folk se está echando una siesta, pero no ha muerto. Porque sigue quedando algo de aquel músico silvestre e introspectivo, sedimentos de otra época que florecen en “Tree By The River”, “Half Moon” o las bellísimas “Godless Brother In Love” y “Glad Man Singing”. Da igual, porque la opción a fin de cuentas es el cambio. Un cambio que no siempre resulta cómodo: a ratos apunta hacia una sudada victoria, a ratos se ahoga en el puro manierismo. Aún así, la paciencia y el empeño son dos buenos aliados. Para terminar de comprender este viaje, y poder seguir amándolo.

www.ironandwine.com

24 enero 2011

DESCUBRIENDO A...

LANGHORNE SLIM

Seguimos descubriendo grandes y poco conocidos talentos. En este caso, la oportunidad es para este treintañero de Pennsylvania, afincado en Brooklyn, nacido como Sean Scolnick y artísticamente bautizado al uso de los pioneros (Langhorne es el nombre de su ciudad natal). Su primera grabación (demos aparte) se remonta a 2004 (el EP “Electric Love Letter”). Después llegaron tres largos imponentes que lo han situado en boca de los medios especializados, en la agenda de eventos como los festivales de folk de Newport y Filadelfia, y que lo han llevado a girar con monstruos como Violent Femmes, Jeffrey Lewis, Josh Ritter o Drive-By Truckers.

Bebedor insaciable de sonidos con raíces y deudor de un amplio elenco de clásicos, su música se mueve sin miedo por territorios sagrados: alt country, blues y americana. Canciones que no entienden de artificios o experimentos, construidas con aire, fuego y agua. Sin complicaciones y al grano: muchas apenas rebasan los tres minutos, con textos que no pretenden trascender la historia de las letras. Claro y directo, puro y simple. Americano hasta las trancas y muy, muy recomendable.

www.langhorneslim.com

18 enero 2011

DISCOS

TAPES´N´TAPES. Outside.

Eficacia y eficiencia.

Alegrémonos, hermanos, porque quizá haya una luz al final de ese túnel llamado año nuevo. Llámalo luz, llámalo música. Los próximos meses se avecinan cargados de lanzamientos cuanto menos ilusionantes. Vamos con la primera alegría del 2011. Tras aquel interesante “The Loon” (2006) y un pasable “Walk It Off” (2008), Tapes´n´Tapes han vuelto haciendo básicamente lo que saben: seguir abriendo las ventanas del post-punk, metiéndose en el disfraz de Wire, Pixies, Television o Violent Femmes con un gusto exquisito. A la sombra de otros compañeros generacionales mucho más loados y mediáticos, los de Minneapolis pueden caminar con la cabeza alta: han vuelto a subirse al tren de la canción certera. Absorbiendo sonidos influyentes como esponjas, en este “Outside” (2011) aglutinan una colección de temas variopinta y coherente a la vez. Ritmos tropicales (“One In The World”), esencias de pop agridulce (“SWM”, “Midnight Long”), caricias a la Motown (“People You Know”), flashes psicodélicos (“Outro”) y hasta un entrañable experimento electrónico (“On And On”). Todo ello respetando su postulado rock, sin renegar de las enseñanzas del padrino Black Francis, perfectamente aprehendidas y vertidas en las absorbentes “Freak Out” (acertado single) y “Hiddee Ho”. Un disco que cumple sus objetivos con perfecta administración de los recursos. Lección de economía.

www.tapesntapes.com

17 enero 2011

DESCUBRIENDO A...

THE BLACK SWANS

Nunca subestimes el poder de un simple clic. Así se hicieron carne The Black Swans, fruto de un cliqueo accidental y equivocado. Bendito error. De repente empezó a sonar “Language Tenor” y algo se removió dentro: imágenes de paisajes nevados creadas de la nada para engordar la curiosidad.

Los cisnes negros vienen de Columbus (Ohio) y no son nuevos. Debutaban allá por 2004, aunque han sido sus dos últimos largos los que han sonado entre las sábanas y la oscuridad en estos días: el bucólico “Change” (2007) y el sobrenatural “Words Are Stupid” (2010). Folk, country y slowcore. Sus influencias confesadas (Townes Van Zandt, Tim Hardin, Bert Jansch o Warren Zevon) casan con un estilo que los sitúa a la vera de Tindersticks. Hasta la voz de Jerry DeCicca se asemeja (salvando las distancias) a la del gran Stuart Staples. No alcanzan la superlatividad de los de Nottingham, pero la buscan. Igualmente elegantes aunque mucho más siniestros.

El mencionado Jerry DeCicca perdía tristemente en 2008 a su compañero fundador y violinista, Noel Sayre. Así, “Words Are Stupid” (menos violines, más crudeza sonora) se antoja el anuncio de una nueva temporada, que tendrá su próximo episodio probablemente en este 2011, bajo el título “Don´t Blame The Stars”. Porque como decía Churchill, esto no es el principio del final, solo el fin del principio.

www.theblackswans.com

11 enero 2011

RETROSPECTIVAS

SYD BARRETT. Barrett.

Joyas de los setenta (6ª parte).

Hace un par de meses se conmemoraba el cuarenta aniversario de la publicación de este disco. Con celebraciones de todo calibre, sobre todo en el Reino Unido. Eso demuestra la notoria influencia que la figura de Roger Keith Barrett dejó en su efímero paso por la vida pública. ¿Qué artista es merecedor de tanto agasajo y recordatorio con una obra tan minúscula y concentrada?. También pasó con Ian Curtis o Nick Drake, por poner otros ejemplos. Desde luego, existen los mitos. Y Syd Barrett lo es. Pink Floyd nunca fueron lo mismo tras su deserción forzosa. Ni mejores ni peores, solamente diferentes. “The Piper at The Gates of Dawn” (67) muestra a unos Pink Floyd que no volvieron a repetirse en toda su trayectoria. Y en este “Barrett” (70), grabado en los míticos estudios Abbey Road, se inmortaliza el potencial de un compositor grandioso, indestructible y vulnerable a la vez.

Más centrado y menos experimental que su anterior y muy cercano en el tiempo “The Madcap Laughs” (70), este disco recoge el no va más de un músico que dejó de serlo de repente. Canciones como “Baby Lemonade” y “Gigolo Aunt” muestran una claridad de ideas que se presuponía muerta, o al menos moribunda, en la mente etérea, convulsa y contaminada del genio. Otros temas, como “Rats”, “Maisie” o la acongojante “Wolfpack”, exhiben la excentricidad del Barrett explorador, el hombre engullido por el torbellino químico, refugiado en oscuridad y ahogado en soledad. Confusas sensaciones que él sentía, y que se encargaba de transmitir con su quebradiza voz, recitando sobre un finísimo hilo a punto de romperse.

Y esa es la impresión que causa este disco: temor, inseguridad, mortalidad. El caos como peligro inminente. La duda como animal de compañía. Nubes y claros. La noche y el día. El sí y el no. Algunas veces no cuesta nada comprender a la gente como Barrett. Por suerte o por desgracia, hay Syd Barretts por todas partes. Aunque no todos son capaces de enfocar su colapso hacia los territorios del arte, como hizo el de Cambridge. De su sufrimiento (quizá autoinfligido) nació una obra que emociona, que duele. Obra magnífica y regia, donde las luces y las sombras conviven en un sueño a punto de desvanecerse.

www.sydbarrett.com

10 enero 2011

DESCUBRIENDO A...

NO AND THE MAYBES

Para empezar el año con energía renovada, qué mejor idea que estrenar una nueva sección para el blog, demasiado estancado en el sota, caballo y rey de siempre. En este apartado iremos mencionando a aquellos artistas (noveles y no tan noveles) que se vayan colando en nuestra vida (musical) dándole un mínimo sentido. Son todos aquellos grupos con los que uno se encuentra por una cibercasualidad, ojo clínico festivalero, caprichos del Spotify, recomendaciones de amigos blogueros y otras fuentes de sabiduría.

La primera reseña es para los daneses No And The Maybes, un grupo de Copenhague formado en 2007 por Mikkel Bagge Lange (voz, teclados, percusión), Anders Wiedemann (voz, guitarra) y Troels Tarp (voz, guitarra). Su primer y homónimo álbum fue el último disco escuchado en 2010 (sí, exactamente el 31 de diciembre a las 12 del mediodía), por obra y gracia de los admirables mundos de Fede. Música simpática, libérrima y de cómoda escucha, con un ensamblaje perfecto entre electro pop y psicodelia de los sesenta. Soleados como The Beach Boys, histriónicos como Devo o recalcitrantes como Blur. Una propuesta refrescante e iconoclasta, abanderada por grandes himnos juveniles como “Monday” y “Petra Petrified”.

www.noandthemaybes.com

09 enero 2011

AGENDA

CONCIERTOS PARA UN MALNACIDO 2011.

Citas del primer trimestre.

Aquí está el 2011. Cumpliendo todas las amenazas. Prohibido fumar en lugares cerrados. Fuera cheque bebé. Fuera ayudas al desempleo. Fuera desgravaciones para vivienda. Subida de energías y carburantes. Endurecimiento de la jornada laboral. Posibles nuevos recortes salariales. Pero nuestros políticos aún se permiten la broma de debatir una nueva ley que, presuntamente, garantizará la libertad y los derechos civiles de todos los españoles. ¿Qué tomadura de pelo es ésta?. Pues sí, el 2011 se avecina duro, y a estas alturas soy incapaz siquiera de imaginar cuánto. Mejor explotar las cosas que aún (de momento) nos dejan hacer, y echar un vistazo a los conciertos que tendremos próximamente en nuestra geografía. Que no me extrañaría que algún día alguien dijera que el rock es machista, insostenible o nocivo para la salud.

Aunque las fechas postnavideñas son dadas a confirmar muchas giras, he aquí un avance para todos los gustos.

FEEDER – Madrid. Caracol. 27 enero.
Barcelona. Bikini. 28 enero.
Bilbao. Kafe Antzokia. 29 enero.

JOANNA NEWSOM + ALASDAIR ROBERTS – Barcelona. Palau de la Música. 20 enero.
Vigo. Centro Caixa Nova. 22 enero.
Madrid. Teatro Lara. 27 enero.

THIN LIZZY + SUPERSUCKERS – Madrid. Joy Eslava. 28 enero.
Baracaldo. Rock Star. 29 enero.
Barcelona. Apolo. 30 enero.

GOODSPEED! YOU BLACK EMPEROR – Barcelona. Apolo. 29 enero.
Madrid. La Riviera. 31 enero.

HEAVY TRASH – Barcelona. La (2). 1 febrero.
Madrid. El Sol. 3 febrero.

BAND OF HORSES – Madrid. Heineken. 8 febrero. (AGOTADAS: maldita sea)
Barcelona. Apolo. 9 febrero.

JUNIP (en la foto) + WOOD PIGEON – Bilbao. Azkena. 9 febrero.
Madrid. Teatro Lara. 10 febrero.
Barcelona. Razzmatazz. 11 febrero.

HURTS – Barcelona. Apolo. 12 febrero.
Madrid. Joy Eslava. 13 febrero.

MARK KOZELEK – Madrid. Teatro Lara. 15 febrero.

HERCULES AND LOVE AFFAIR – Madrid. Joy Eslava. 17 febrero.
Barcelona. Bikini. 19 febrero.

WIRE – Madrid. Moby Dick. 17 febrero.
Barcelona. La (2). 18 febrero.

DEAN WAREHAM (plays GALAXIE 500) – Madrid. Teatro Lara. 24 febrero.

LES SAVY FAV – Madrid. Rock Kitchen. 4 marzo.
Barcelona. Bikini. 5 marzo.

JOAN AS POLICE WOMAN – Barcelona. Apolo. 9 marzo.
Valencia. El Loco. 10 marzo.
Madrid. Joy Eslava. 11 marzo.

WHITE LIES – Barcelona. Apolo. 15 marzo.
Madrid. Heineken. 16 marzo.

THE GO! TEAM – Valencia. Mirror. 30 marzo.
Madrid. Joy Eslava. 31 marzo.
Barcelona. Razzmatazz. 1 abril.

Por su parte, el grueso de los festivales gordos también ha empezado a mover ficha desde muy tempranas fechas. He aquí algunas de las confirmaciones anunciadas por los dos gordos entre gordos.

PRIMAVERA SOUND 2011: Animal Collective, Ariel Pink´s Haunted Graffitti, Belle and Sebastian, Broadcast, Comet Gain, Emeralds, Fleet Foxes, Gang Gang Dance, Grinderman, Half Japanese, John Cale & Band, Julian Lynch, Mercury Rev, Mogwai, Papas Fritas, Pulp, Salem, Suicide, Swans, The Fiery Furnaces, The Flaming Lips, The National, The Walkmen, Twin Shadow, etc.

FIB 2011: Arcade Fire, Arctic Monkeys, Beirut, Elbow, Friendly Fires, Portishead, Primal Scream, The Strokes, etc.

Seguiremos informando. Si nos dejan.

07 enero 2011

CANCIONERO

STEALERS WHEEL. Stuck In The Middle.

El año 2011 nos ha recibido con la noticia de una pérdida irreversible: la del escocés Gerry Rafferty, autor (en este caso, co-autor junto a Joe Egan) de canciones tan notables como este clásico entre clásicos. Stealers Wheel fue una de las bandas de militancia de este brillante compositor de la década de los setenta, y su álbum “Stealers Wheel” (73) uno de esos discos injustamente escondidos entre las sombras de otras referencias mucho más comerciales y pomposas. Brindemos un homenaje póstumo recuperando esta gema. Una letra que podría expresar el sentimiento de una noche cualquiera en cualquiera de nuestros bares (autocráticamente liberados de humo).

STUCK IN THE MIDDLE

Well I don't know why I came here tonight
I got the feeling that something ain't right
I'm so scared in case I fall off my chair
And I'm wondering how I'll get down the stairs
Clowns to the left of me, jokers to the right
Here I am, stuck in the middle with you.

Yes I'm stuck in the middle with you
And I'm wondering what it is I should do
It's so hard to keep the smile from my face
Losing control, yeah I'm all over the place
Clowns to the left of me, jokers to the right
Here I am, stuck in the middle with you.

Well you started out with nothing
And you're proud that you're a self-made man
And your friends they all come crawlin'
Slap you on the back and say 'Please, please.'

Trying to make some sense of it all
But I can see that it makes no sense at all
Is it cool to go to sleep on the floor
Well I don't think I can take anymore
Clowns to the left of me, jokers to the right
Here I am, stuck in the middle with you.

05 enero 2011

REPORTAJES

2010: DESPEDIDA Y CIERRE.

Recapitulando los discos del año (parte 2).

Y aquí está la segunda parte de los discos que en 2010 pasaron por nuestras orejas. Alguno se queda en el aire, pero el tiempo y las ganas no dan para más. Se recuerda: esto no es una lista con lo mejor del año, de esas que han aflorado en las últimas semanas como setas tras un día lluvioso. Solo es una forma de concentración y archivo. La oportunidad de revisar la música atrapada en los últimos doce meses. Simplemente eso.

BAND OF HORSES. Infinite Arms.
Vuelta a las andadas. Como ya hicieran con “Everything All The Time” (2006) y “Cease To Begin” (2007), la banda de Seattle realiza otra brillante maniobra en su manejo del prisma de los tiempos. Otro disco de inspiración setentera pero perfectamente encuadrado en el presente. Generoso en canciones nuevas pero familiares, sencillas pero intensas, concretas pero evocadoras, todas ellas bien conducidas por la calurosa voz de Bren Bridwell. Agrada su parte más íntima y bucólica (“Factory”, “Infinite Arms”, “Evening Kitchen”), pero también la más indie y suntuosa (“Laredo”, “Dilly”, “Nortwest Apartment”). Un disco que no pasará a la historia ni copará ninguna lista, pero al que merece la pena dedicar una escucha más.

BROKEN SOCIAL SCENE. Forgiveness Rock Record.
Tras largo tiempo enfrascados en proyectos personales de diferente atractivo, Kevin Drew, Brendan Canning y compañía se reunían de nuevo para traernos este “Forgiveness Rock Record” (2010). No nos engañemos: solo es un disco de rock en momentos puntuales. Otra demostración de estilismo sónico, atmósferas sobrecargadas, batiburrillo de instrumentos y mezcolanza de géneros. Comienza fuerte (“World Sick”, “Texico Bitches” o “Forced to Love” son tremendas) para sumirse en una depresión profunda, con salvedades como la deliciosamente triste “Sweetest Kill”, el hercúleo instrumental “Meet Me In The Basement” o la rockerísima “Water in Hell”.

DR. DOG. Shame, Shame.
A Dr. Dog los conocimos de boca de Jeff Tweedy: el líder de Wilco confesaba tenerlos entre sus bandas favoritas. Y escuchando su música la cosa cuadra: notables similitudes con Wilco en su vertiente más country, evidente en cortes como “Station”, “Someday” o “Jackie Wants a Black Eye”. Y no son precisamente estos los mejores temas del disco; el honor se lo llevan “Shadow People”, “Unbearable Why” o “Shame, Shame”. Álbum lúcido y divertido en su conjunto, atestado de momentos risueños y saltarines. Los de Philadelphia no son solo un nombre más dentro de la retahíla de nuevos grupos con sonido americano. Pueden abrazar otras formas (blues, easy listening, pop), transformándose en lo que quieran. Incluso en The Beach Boys.

EFTERKLANG. Magic Chairs.
Por curiosidad o por piedad, por el incesante cacareo mediático a su favor o quizá por su relación con Peter Broderick y su hermana Heather, dedicar atención a estos daneses se convertía en tarea obligada en 2010. Normal que ciertos sectores de opinión los enaltezcan con tanto ahínco, pues “Magic Chairs” (2010) se cuelga todas las etiquetas de moda: afro indie, nu folk, math rock y un poco de electro. Y aunque envolver el pastel con pianos y violines sea a priori una idea pelotuda, al final el tic modernista doblega la solemnidad de un frenesí clásico que solo está de paso. Un propósito arriesgado y puede que original, pero sin dirección. Demasiado de todo y mucho de nada.

GIANT SAND. Blurry Blue Mountain.
Howe Gelb es otro de esos tipos que hacen de la música su sustento cotidiano. Dos discos en un año: tras la mundanal colaboración con Raimundo Amador y su “band of gypsies” en “Alegría” (2010), llegaba este nuevo trabajo (¿y van..) de Giant Sand. Sin salirse de sus marcas, Gelb vuelve a refinar las líneas del blues, el jazz y el country and western. Y siempre fiel a ese sonido hueco e inconfundible, fabricado a base de contrabajo, escobillas y guitarras punteadas con la agilidad de un mago. Su excelencia alcanza momentos de película en “Monk´s Mountain”, “Ride The Rail”, “Better Man Than Me” o la explosiva “Thin Line Man”. Un disco enorme. Para escuchar tumbado en el sofá, con el sombrero de ala ancha sobre la cabeza.

JOHN GRANT. Queen of Denmark.
¿No es un crimen haber descubierto tan tarde lo bien que canta este tipo?. Que ya lo hacía de maravilla al frente de los pastorales The Czards. “Queen of Denmark” (2010), además de su estreno en solitario, es un salvoconducto vital, el testimonio de la liberación encontrada tras haberlas pasado canutas. Una muestra de pop gallardo y acrisolado, con pequeños flashes operísticos, rapsódicos y vodevilescos, grabado al amparo de sus amigos (¿y salvadores?) Midlake. Difícil resistirse a la cegadora luz que emana de “TC And Honeybear”, “Marz” o “Chicken Bones”. Por no hablar de la conmoción que supone la elegíaca “Queen of Denmark” al final del disco. Una noble forma de expulsar demonios.

LAURA MARLING. I Speak Because I Can.

La jovencísima Laura Marling, igual que su colega Johnny Flynn, pertenece a una nueva casta de músicos británicos: hornada de veinteañeros borrachos del sonido americano. Detrás de un título tan fulminante se esconde una colección de diez canciones valiosísimas, 100% pureza folk. Instrumentos acústicos de cuerda acompañan una voz femenina que convence al más pintado, con letras que merecen una profunda reflexión. La corpulencia de la inicial “Devil´s Spoke” se diluye a continuación en temas mucho más ligeros, aunque a “Rambling Man”, “Alpha Shallows” y “Darkness Descends” tampoco les falta enjundia. Como Joni Mitchell o Judy Collins en su día. O como Alela Diane o las hermanas Söderberg (First Aid Kit) en la actualidad.

MASSIVE ATTACK. Heligoland.
Qué duro e interminable ha sido el parto de este disco. Tras siete años de espera Robert del Naja y Daddy G presentan su nuevo álbum en medio de opiniones encontradas. “Heligoland” (2010) es un auténtico desfile de celebridades, pero totalmente aséptico. A las aportaciones habituales de Horace Andy y Martina Topley-Bird se unen las de Tunde Adebimpe (TV On The Radio), Hope Sandoval, Guy Garvey (Elbow) o Damon Albarn. Ni por esas. Solo “Pray for Rain” y “Girl I Love You” mantienen algo de la esencia e identidad de los Massive Attack que nos conquistaron años ha. Aunque la era del trip hop pasó, era difícil pero no imposible: Portishead lo consiguieron.

PETER BRODERICK. How They Are.
La primera toma de contacto con el prolífico y virtuoso Peter Broderick no ha podido ser más anecdótica a la par que espeluznante. Disco de tránsito y grabación casera, “How They Are” (2010) no necesita más de siete movimientos para convencer. Conjugando sus facetas popular y académica con incuestionable acierto, Broderick regala misterios a capella (“Sideline”), pasajes de folk intimista (“Guilt´s Tune”, “Hello to Nils”) y solos pianísticos que ponen la carne de gallina (“Human Eyeballs on Toast”, “When I´m Gone”, “Pulling The Rain”). Si Nick Drake levantara la cabeza, lo adoptaría. Pequeña gran obra. Pequeño gran músico.

PHOSPHORESCENT. Here´s To Taking It Easy.
Y aquí tenemos a otro músico fascinado por lo añejo. Bajo el influjo de Gram Parsons o The Band, Matthew Houck ha alumbrado un inmaculado tratado de country rock contemporáneo. Un disco con sabor a campos de maíz, a brisa sureña y camisas de franela, que disipa cualquier duda genérica en su contundente obertura, “It´s Hard To Be Humble (When You´re From Alabama)”. Canciones que, sin excentricidad ni heroicidad impostadas, exhortan una pureza y sencillez en hora bajas. Como ejemplos notables, “Nothing Was Stolen (Love Me Foolishly)” y “I Don´t Care If There´s Cursing” merecen un monumento en el corazón de Nashville, con permiso del hipnótico y embriagador mantra de “Hej, Me I´m Light”. Superior.

SUFJAN STEVENS. The Age of Adz.
La cosa ha quedado clara: Sufjan es un artista sin reglas. Sus intenciones faraónicas de levantar la gran pirámide devienen en un disco de resultado incómodo, un malhadado roce con los Radiohead de “Kid A”, el Beck de “Odelay” o las pintorescas nanas de Owen Pallett. Y es que puede que lo de cortar y pegar, loopear y samplear no sea lo suyo. Con sus anteriores entregas quedó claro que lo suyo es el folk, aunque ahora se empeñe en emponzoñarlo con experimentos visionarios. En un río tan revuelto es difícil pescar: solo hay género fresco en “Futile Devices” y “Vesuvius”. El resto es un reto solo apto para muy aventureros.

THE BESNARD LAKES. The Besnard Lakes Are The Roaring Night.
La espectacularidad con que comienza este disco (las dos partes de “Like The Ocean, Like The Innocence”) alimenta el sueño de la gran obra progresiva de este siglo, siguiendo la estela venerable de Yes o Pink Floyd. Pero la ilusión decae a la mitad de “Chicago Train” y se esfuma definitivamente en “Albatross”. Un quiero y no puedo, pese a la elaborada producción y la originalidad vocal de Jace Lasek y Olga Goreas. Mucho mejor aquel “The Besnard Lakes Are The Dark House” (2007), menos bombástico pero más audible. Aún así, han conseguido hilvanar un hito, posiblemente la canción del año: “And This Is What We Call Progress” es abrasiva, aplastante y adictiva hasta decir basta.

THE FALL. Your Future Our Clutter.
Es evidente que a estas alturas The Fall ya tienen poco que ofrecer. Y sin embargo, Mark E. Smith se resiste a arrojar la toalla. Hace bien. Porque aunque sus discos (contados por decenas) contengan repeticiones de actos ya vividos, siempre está esa canción que arranca los motores, conecta los circuitos y pone la materia en órbita. “O.F.Y.C. Showcase”, “Mexico Wax Solvent”, “Hot Cake” o “Chino” parecen concebidas para resucitar a los muertos; son el núcleo duro de un álbum modesto dentro de su potestad, pero lleno de energía punkarra y combativa. Algo muy necesario en estos jodidos tiempos de conformismo.

THE NATIONAL. High Violet.
Paso a paso, haciendo solo el ruido necesario, The National se han ganado un nombre en la escena del rock indie actual. “Alligator” (2005) y “The Boxer” (2007) ya apuntaban que lo suyo es acercar la oscuridad al oído de cualquiera. En su último trabajo consiguen consolidar su personal muro de sonido, latente en temas como “Terrible Love” o “Little Faith”. La hierática voz de Matt Berninger aporta todavía más negrura a canciones con vocación de resucitar la new wave; “Anyone´s Ghost”, “Afraid of Everyone” o “Conversation 16” están a las puertas de conseguirlo. Y atención a los ritmos de batería que sostienen muchos de los cortes, especialmente rutilantes en “Lemonworld” y la mencionada “Afraid of Everyone”. Nada que objetar.

THE VASELINES. Sex With An X.
Que Eugene Kelly y Frances McKee están estupendos ya quedó claro en el Primavera Sound 2009. Solo les faltaba volver a la senda creativa y engordar ese legado, escaso pero efervescente, que los ha convertido en una banda de culto. Llegó el momento. Y qué momento tan ideal: su nuevo disco rebosa ironía, salud e inspiración. Rebosa letras traviesas sobre el amor, la religión, la vejez y los clichés sociales. Rebosa energía power pop y melodías guitarreras febriles. Rebosa estribillos contagiosos. “Ruined”, “The Devil´s Inside Me”, “Overweight But Over You”, “Poison Pen” o “Whitechapel” quedan a la altura de sus mejores éxitos, aquellos que encandilaron a Kurt Cobain. Que la rueda siga girando.

TWIN SHADOW. Forget.
Tras el alias Twin Shadow se esconde la figura de George Lewis Jr., un dominicano afincado en Brooklyn con la cabeza en los años ochenta. Su debú, producido por Chris Taylor (Grizzly Bear), es un sucinto y ejemplar homenaje al synth-pop, con canciones que, como “Tyrant Destroyer”, “Yellow Balloon” o “Slow”, embrujan y enganchan. Un disco que salva las fechas de caducidad con elegancia, haciéndole acreedor de comparaciones que sonrojarían a cualquiera. La sombra de David Bowie es alargadísima en la apetitosa “When We´re Dancing”, pero no la única: Depeche Mode, The Human League, David Byrne, Roxy Music o Ultravox también pululan por ahí. Una alegría para nostálgicos.