31 enero 2017

DISCOS EN RESCATE...

La música que sonó durante el stand by (3º parte)

Y en 2016 también hubo algunos agradables descubrimientos. He aquí los más notables.

ANGEL OLSEN “My Woman”

Tras colaborar con pesos pesados como Bonnie “Prince” Billy, Wilco o Cass McCombs, esta guapa mujer confirma su carrera con un disco que se ha colado entre lo más destacado del año pasado por derecho propio. Quizá por su catálogo exquisito de voces o por su versatilidad para abordar diferentes tempos y energías, “My Woman” es un álbum de etapas. Abre con sintetizadores (“Intern”), sigue con rock (fantástica “Shut Up Kiss Me”) y hacia el ecuador se sumerge en una intensa quietud folk y soul (espectacular “Woman”). No es su primer álbum (hay tres trabajos anteriores) pero sí la catapulta a un merecido titular.

EMMA RUTH RUNDLE “Marked for Death”

No todo es alegría. En el mundo del rock hay apartaderos tétricos, sinuosos y tristes. Las grandes bandas del grunge, el post-rock y el shoegaze en los noventa pusieron de moda la tribulaciones más oscuras del alma humana. Ella actúa en ese escenario y el título del álbum habla por sí solo. Canciones que anuncian si no un fin del mundo, sí un mundo cascado e irreparable. Su espléndida y límpida voz contrasta con la agonía de su mensaje sonoro. Y las detonaciones eléctricas subrayan esa rabia reprimida que hay que soltar para no morir de hastío. Ya nos lo revelaron los poemas de Baudelaire: también existe luz en las sombras.

KEVIN MORBY “Singing Saw”

Y si amo a Cass McCombs, ¿cómo no voy a amar a este tipo? Como que dos más dos son cuatro. Kevin Morby se suma a la ola de jóvenes músicos borrachos de nostalgia, como el mencionado Cass, M.Ward o Elvis Perkins. Su tercer disco requiere plena atención, el estudio de cada fraseo y cada nota. Un fluir de temas con aroma clásico, simples pero íntimos, y llenos de arreglos soterrados que los ensanchan como toques de pincel maestro. Trompetas, un piano, unas cuerdas, una coral, un saxofón. ¿Por qué será que el recuerdo de Dylan late desaforado en “Drunk and On a Star” o “Black Flowers”? ¿Por qué será que “Ferris Wheel” suena a una versión alternativa de “Blowin´In The Wind”? Quizá porque el ex bajista de Woods se declara fiel admirador del vigente Premio Nobel. Y los amores platónicos condicionan nuestro destino.

KNIFEWORLD “Bottled Out of Eden”

A la hora de definir a esta tropa británica la gente suele mencionar nombres como REM o The Smiths. Todo se queda corto. Hace falta un índice de muchas páginas para ilustrar las influencias presentes en su música. De difícil encasillamiento, libérrimos, funambulistas e impredecibles. Piensas que a continuación vendrá un fa sostenido o una repetición, pero… ay ingenuo de ti, todo son sorpresas desde el minuto uno de esa frenética y gigantesca “High/Aflame”. Este disco, efectivamente, no ha salido del Edén, sino de una fiesta loca de jazz, punk, psicodelia, calipso y rock progresivo, una de esas bacanales que solo son capaces de orquestar los inigualables Phish. Bingo: he aquí unos dignísimos y fehacientes discípulos de Phish.

SUGAR CANDY MOUNTAIN “666”

No puedo evitar pirrarme por estos grupos, artistas de ahora que parecen resucitados de los sesenta. Sugar Candy Mountain son de esos; suenan como si hubieran estado crionizados largas décadas. “666” revive el ABC de la psicodelia, el rock lisérgico de aquellos Electric Prunes, el pop de los Beach Boys o de aquellos Beatles o Byrds que se dejaron seducir por los alucinógenos (a la ilustrativa “Time” me remito). Y qué destreza para dibujar la melodía eléctrica más adictiva (“Window”, “Tired”, “Eye on You”, "Summer of Our Discontent") o el estribillo más categórico (“666”, "Who I Am"). Sí, la música original se acabó hace tiempo, pero aún existen magníficas posibilidades de exprimir las herencias. 

1 comentario:

Fede Sánchez dijo...

Angel Olsen vino como telonera de Bonny Prince Billy hace un par de años, solo con guitarra si la memoria no me falla.
Afortunadamente este año tendremos la ocasión de verla en el Primavera Sound. Uno de los fijos en un cartel un tanto flojo para mi gusto.