07 septiembre 2008

DISCOS

SIGUR RÓS. Med Sud Í Eyrum Vid Spilum Endalaust.

El sol sale por el Ártico.

Estos islandeses son una auténtica anomalía. Proceden de un más allá lejano, su música jamás ha sido fácil y, sin embargo, sus adeptos se cuentan por millones y despiertan una expectación que aturde. Nada ha sido de la noche a la mañana, sino en lenta progresión. Este álbum anuncia ser el definitivo, el que hará que se hable de Sigur Rós en términos de banda masiva y trascendente. Incomprensible, si tenemos en cuenta lo difícil que es repercutir diciendo las cosas en otro idioma que no sea el inglés. Aunque ellos ya han empezado a utilizarlo (el inglés), no se sabe con qué intención.

Es difícil superar dos obras tan apabullantes y turbadoras como “Ágaetis Byrjun” (99) y “Takk..” (2005). Este disco ni siquiera las roza de canto, y saca a relucir una evidencia: que los Sigur Rós gélidos, introspectivos e iconoclastas de antaño han sido sustituidos por otros mucho más ligeros y fáciles de digerir. Los dos primeros cortes lo dejan claro: “Gobbledigook” y “Inní Mér Syngur Vitleysíngur” son dos cucharadas de jarabe pop que a ratos sabe a The Flaming Lips. Pero la alegría de vivir se queda ahí justamente; el resto no es muy festivo (aunque una de las canciones se llame “Festival”, pura casualidad). Algunas evidencian un claro acercamiento al folk, como “Gódan Daginn” o la esquelética “Illgresi”, toda una oda de trovador solitario en la que apenas hay instrumentos. Algunas descubren otros acercamientos menos gratos: “Vid Spilum Endalaust” lanza sobre la mesa dos cartas, en una pone Coldplay y en la otra Arcade Fire (no, no lo hagáis, no os parezcáis a otros). La llamada “Festival” es de lo mejor del disco en sus dos inmensos actos: el primero, lleno de mística, con la voz de eunuco de Jónsi licuando la sangre como de costumbre; el segundo, lleno de épica, con exaltación de bombos, guitarras y violines. Lo demás es un trámite que solo pellizca en momentos puntuales, como ese sugerente sonido de olas que enlaza “Straumnes” con “All Alright” o ese maremágnum de coros y orquesta que corona la ciertamente aburrida “Ára Bátur”.

Más sinfonía, menos ruido. Más tangibles, menos quísticos. Cantar en inglés. Dejar que las canciones acaben antes. El sol ha derretido los glaciares. Ya no hay hielo, solo escarcha. Pero siguen siendo irrepetibles, un espécimen raro, una mutación bizarra. No me gustaría perderme el espectáculo de las lunas, los confeti y los trajes de Armaggedon. Y por cierto, ¿la portada tiene algo que ver con “Los Idiotas” de Lars Von Triers?. Seguro que no soy la primera que se hace esta pregunta.

www.sigur-ros.co.uk
www.sigurros.com
www.heimafilm.com

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola! Suelo leer tu blog, y ayer me encontre este video de Sigur Rós y pensé que tenía que pasarte el link:

http://www.playgroundmag.net/unmedia/667/sigur-ros-live-in-moma