09 febrero 2008

RETROSPECTIVAS


SUGAR. Copper Blue / File Under: Easy Listening.

La canción 10.

La reciente publicación de “District Line” (2008), retorno de Bob Mould en solitario, ha llevado a rescatar del baúl de los recuerdos su ocupación de los 90: Sugar. Increíbles recuerdos, claro: la transición universitaria, una época de cambio mental y despertares en la que la sensibilidad musical empezó a florecer y las referencias en cartera a acrecentarse. En este punto me atrevo a homenajear a Francisco y Pepelu: todo fue gracias a ellos, a su generosidad y sapiencia (¿por dónde andáis, chicos?). Este proyecto, reafirmación en primera persona de Bob Mould (tras su estimable aportación a Hüsker Dü) en compañía de David Barbe y Malcolm Travis, fue un paréntesis en el tiempo del rock, tan intenso como breve. Apenas dos LPs, un EP y una colección de caras B que dejaron su huella particular. A “Copper Blue” (92) se le puede hacer un monumento en la plaza de cualquier pueblo. La New Musical Express (que a menudo la caga pero a veces acierta) ya lo ensalzó como álbum del año de Cobi y Curro. Razón no les faltaba, pues el disco es una inmensa oda a la canción perfecta. El arranque es fulgurante, con cuatro pesos pesados como “The Act We Act”, “A Good Idea”, “Changes” y “Helpless”. El ritmo es frenético e imparable, las guitarras se entretejen en marañas colosales y la voz de Mould se desdobla en mensajes repetitivos que se incrustan en el cerebro. Algunos temas van creciendo como la espuma (la mencionada “Changes” o “The Slim”) alcanzando cotas épicas. En otros emerge una mayor sensibilidad pop, como en la risueña “If I Can´t Change Your Mind” (todo un hit) o en la espléndida “Hoover Dam”, convertida en su canción más elaborada por obra y gracia de teclados y violines.

Y tan grande fue “Copper Blue” que tuvo un apéndice dignísimo en el EP “Beaster” (93), saco de temazos sin cabida en el debú. No hace falta refrescar el oído ni la memoria: la inquietante “Judas Cradle” y la hipnótica “Come Around” siguen vivas en la discoteca neuronal.

File Under: Easy Listening” (94) es menos impactante, pero no está exento de interés. Y precisamente contiene una de las mejores (por no decir la mejor, la redonda, la absoluta) canciones del trío: “Panama City Motel”. “Gift”, “What You Want It to Be” o “Gee Angel” mantienen esa fuerza imbatible del primer disco, pero “Believe What You´re Saying” denota agotamiento y “Explode and Make Up” huele a presunta despedida. En esta entrega David Barbe puso su grano de arena con un tema de cosecha e interpretación propia (“Company Book”), pero al poco decidió rendirse, convirtiendo lo presunto en firme.

La ofrenda de Sugar es solo un párrafo de pocas líneas en la enciclopedia del rock americano. Una herencia minúscula pero intachable. Un recuerdo fugaz pero imborrable. Por cierto, “District Line” también es bueno con ganas.

www.granarymusic.com

2 comentarios:

luis dijo...

No coincido contigo en poner a "Beaster" como un mero apéndice, para mi es, quizás quitando "Cooper Blue" el disco mas importante de Sugar, y una de las piezas mas oscuras del rock de los 90

Un saludo

Anónimo dijo...

Saludos, Luis:

En primer lugar, gracias por tus visitas y comentarios. Es una alegría saber que este pasatiempo va llegando a más gente, aparte de los amigos de siempre. Estuve dandome una vuelta por Computer Age, gran página, pero no sé por qué no puedo dejar comentarios en ella (error al enviar).

Lo de "Beaster" como apéndice lo digo porque, según he leído, en él se recogieron las canciones de la grabación de "Copper Blue" que "sobraron". Pero éso no significa degradarlo, porque como tú, estoy de acuerdo en que es enorme.

Lo dicho, gracias!!.