28 diciembre 2008

RETROSPECTIVAS

THE FEELIES. Crazy Rhythms.

El sonido trepidante de New Jersey.

Crónica en tiempo real: comienza a sonar “The Boy with the Perpetual Nervousness”, gotas caen mientras las guitarras suben el volumen. Ahí va una retrospectiva para acabar el 2008, año rácano en este tipo de menesteres por motivos desconocidos. Propósito para 2009: más retrospectivas, muchas más. “The boy next door is into better things”, concentración. Trepidante es la palabra que define a The Feelies y este debú. Ritmos locos (ya lo reza el título, no en vano) sustentados en el mano a mano de guitarras (Mercer y Million) y percusiones minimales. Suena “Fa Cé-La”, uno de sus himnos más escuetos, divertidos y directos. Y tan pronto como viene se va, y llega el intro superior de “Loveless Love”, canción que crece como la espuma en contenido y velocidad, evocando los mejores duelos guitarreros de Santana, Clapton o Knopfler. Y ahora que hablo de éste, ¿no hay algo en ella de “Sultans of Swing”?. Chsst, silencio, llega “Forces at Work”, emergiendo desde ultratumba como un zombi con ganas de marcha. Ecos de Devo, Television y The Modern Lovers, virtuosismo y desvergüenza a la vez, riffs de guitarra repetitivos y juguetones, una sumisa y ruda línea de bajo siguiendo el camino de los anteriores. Ya van seis minutos y queda el último; el tema más largo del disco. El frenesí no para; las acústicas suben al poder en “Original Love”, una gran composición con etiqueta de “canción de amor”, que vuelve a recordar a Jonathan Richman y un poco a Lou Reed. Y tras ella, el primer homenaje de unos músicos agradecidos con el legado de los grandes, admiradores y practicantes del mismo: “Everybody´s Got Something to Hide (Except Me and My Monkey)” de Lennon y McCartney. Sigue el ritmo loco, esta vez aderezado con congas y platillos. Suena el teléfono pero no puedo cogerlo; empieza con suspense “Moscow Nights”, y nuevamente esas guitarras que hacen pegar saltos en la silla y aporrear las letras al compás. Ésta es otra de las enormes, recordando a los mejores Violent Femmes. “Raised Eyebrows” echa el freno un pelín, con protagonismo de explosiones de bombo y travesuras de baqueta en su primera mitad, y con el recuerdo de un espejo de The Feelies en la actualidad: Yo la Tengo. Y llega la homónima “Crazy Rhythms”, seis minutos de ritmo epiléptico con combate de secciones al degüello; una demostración brutal de ingenio y frescura. Aquí terminaría el disco, pero mi edición está entre las que adhieren la versión de “Paint It Black” de los Rolling; una forma única de contentar a todos los nostálgicos de los sesenta, a los de flequillo y a los de tatuaje. La reproducción del clasicazo stoniano es exquisita y fiel, y echa el candado a un disco espectacular. Un disco que se cuenta entre los grandes de los ochenta y con razón.

www.thefeeliesweb.com

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