12 febrero 2019

CONCIERTOS: YO LA TENGO

Madrid. La Riviera. 11 de febrero de 2019.

 
¿Qué se puede escribir de una banda a la que has seguido durante años, a la que has disfrutado en vivo una docena de veces? ¿Qué se puede opinar de Yo La Tengo a estas alturas, en medio de su cuarta década de vida? Ya está todo dicho y verificado. Ya no es posible medir, examinar, sacar la lupa para aumentar y analizar. Aunque se aferren a formatos académicos o se enroquen en ensayos técnicos, Ira Kaplan, Georgia Hubley y James McNew siguen siendo un paradigma de frescura e imperfección. Absolutamente imprevisibles en sus elecciones de repertorio, generosos con sus múltiples periodos creativos, defensores de sus diversas caras y velocidades. Extremadamente medido el tempo del concierto en esta ocasión, dividiendo el show en dos partes diferenciadas, con un interludio que, quizá necesario para ellos, resultó mortífero para la audiencia. Primera parte mimosa para unos, narcótica para otros, Yo La Tengo trémulos y experimentales, introspectivos y parcos en revoluciones. De eso trata sin duda “There´s a Riot Going On” (2018). De eso tratan temas como “Forever” o “Ashes”, que se alían con reliquias insospechadas como “One PM Again”, o con las versiones ingrávidas de “Tom Courtenay” y “Big Day Coming”, despojadas de toda su fiereza hasta convertirse en gatitos recién nacidos. Exquisitos para unos, aburridos para otros, ¿quién sabe? En la variedad está el gusto.

La segunda parte comenzaba igualmente serena al son de “Polynesia #1”, pero bastaron los primeros compases de “False Alarm” para arrancar, calentar y, al fin, resucitar. Estos son los Yo La Tengo que amamos, que recordamos cuando hay que hacer memoria. Este es el Ira loco y frenético, que destripa teclados y guitarras. Miran hacia atrás y rescatan una visión vigorizada de “Barnaby, Hardly Working”, amén de unas imperativas y agradecidas “Deeper Into Movies” y “Double Dare”. Y también, una vez más, se acuerdan de “Autumn Sweater” y su magistral bastidor rítmico. “The Weakest Part” y “Shades Of Blue” retornan a la mansedumbre, y “I Heard You Looking”, como en algunas otras ocasiones, pone un colofón de sangre, esquizofrenia y ruido sin fin.
 
Los bises postreros brindaron las versiones que de ellos siempre se esperan, más obvias y reconocibles que otras veces: el “Somebody´s Baby” de Jackson Browne y el “What Can I Say” de NRBQ, separadas por la calidez fuera de juego de “Our Way To Fall”. Casi tres horas con Yo La Tengo. Un regalo inusitado para sus incondicionales, que siguen siendo muchos y selectos.