Britt Daniel es un superclase, dentro y fuera del escenario. También
es un compositor sublime. A su alrededor orbita una congregación de adláteres
sobresalientes, y todo ello deriva en un resultado irrebatible e imponente.
Enséñenme una opinión o reseña negativa sobre Spoon, una sola. Es
difícil encontrarla. Será porque estos tipos llevan más de veinte años haciendo
las cosas bien, con cabeza y corazón, manteniéndose en un eterno segundo plano
en el que no parecen sentirse incómodos. Bien es sabido que en el rock hay
héroes o anti-héroes. Nosotros idolatramos a los segundos, ese concepto
romántico de que el músico es un ser de carne y hueso, una persona corriente,
un compañero de camino. Britt y sus muchachos parecen serlo, y eso hace mucho
más interesante y convincente su propuesta. El pasado verano en el Mad Cool
ofrecieron un concierto perfecto y ahí fue donde prometí serles fiel con ánimo
de devoto peregrino. Si aquel concierto fue perfecto, el de anoche fue
pluscuamperfecto. Una demostración de pluralidad sonora y de elegancia en las
tablas. Sí, a nuestro amigo Daniel le sale la elegancia por las orejas, y no es
algo impostado y prevenido: es la seguridad de poder cantar lo que uno quiere y
compartirlo con los demás sin temor al juicio sumarísimo. Un rédito que solo se
consigue con los años y el trabajo. A Spoon les queda un largo recorrido
pero ya son un poquito de Historia con mayúscula.
“Hot Thoughts” (2017) puede que sea sin duda uno de los discos
de este año. Aunque los rockeros puristas vean con recelo contenido sus avances
electrónicos, no, este no es un disco electrónico ni mucho menos. Es
simplemente lo que toca, el eslabón que faltaba en la larga cadena de estilos
con los que Daniel coquetea en cada álbum e incluso a veces dentro de una misma
canción. Y aunque hay muchos teclados, los de un Alex Fischel que se ha
convertido en el virrey de la banda en los estudios y en los escenarios, ¿quién
puede ignorar ese pálpito bluesero de “Do I Have to Talk You Into It”,
el bajo aplastante de “Can I Sit Next to You” o el vírico riff de “Hot
Thoughts”? Sí que es cierto que Britt le va cogiendo el gusto a eso de
dejar la guitarra en modo reposo, que puede explayarse mucho mejor en sus
ejecuciones vocales (peculiar y gran voz la suya), en su aristocracia teatral y
en su cómplice trato con la audiencia. Y hablando de audiencia, no quiero dejar
pasar la siguiente reflexión, contrastada en todos y cada uno de los conciertos
de Spoon que he visto: quizá no sean demasiados (una Riviera a medio
aforo anoche) pero sus admiradores son de una fidelidad y entrega envidiables.
A la luz quedó en momentos como “The Underdog” o “Hot Thoughts”,
que fueron dos jubileos masivos inenarrables.
El caso es que, quitando algunos momentos altamente sintetizados (“Inside
Out”, “WhisperIlllistentohearit”,
“Pink Up” o esa densísima tregua que hacen llamar “Via Kannela”),
lo que primó anoche fue el rock. Y entendamos rock en el amplio sentido del término, junto al roll, al funk, al pop, al punk, etcétera. Porque ya lo dice el
estribillo de “The Beast and Dragon, Adored”: “I got to believe it come from rock and roll”. Pues eso: cada uno en su casa y el rock en
la de todos. La impoluta discografía de Spoon da alimento para cientos
de inmensos conciertos, siempre diversos, nunca monográficos. Ayer volvieron a
aferrarse a lo clásico, a temas como “I Turn My Camera On”, “Don´t
You Evah”, “Do You”, “Don´t Make Me a Target“ o “The
Underdog”, que más que tópicas ya son proverbiales, y que cada vez lucen con
más matiz y más vigor (qué importante es ese quinto elemento para su directo). Echaron
la vista aún más atrás para rescatar la estupenda “Everything Hits at Once”
(casi diecisiete años tiene ya la criatura) y volvieron a convertir “My Mathematical
Mind” en un titánico Goliat. La soltura de Britt quedó patente en la
versión en solitario de “I Summon You”, que tan buena es vestida como
desnuda. “Hot Thoughts” puede que sea la mejor canción del año, pero combinada
con “Rent I Pay” es una rúbrica real, una decorosa y para nada inmodesta
autoafirmación de categoría. Impecables tanto en grandes como en pequeñas
citas, Spoon son la apuesta sin riesgo y la verdad a voces. Gigantes del
rock sin cetro, pero con leyenda.
SET: “Do I Have to Talk You Into It”, “Inside
Out”, “I Turn My Camera On”, “WhisperIlllistentohearit”, “The
Beast and Dragon, Adored”, “Don´t You Evah”, “Do You”, “Via
Kannela”, “I Ain´t The One”, “Everything Hits at Once”, “Can
I Sit Next to You”, “My Mathematical Mind”, “Don´t Make Me a
Target”, “The Underdog”, “Got Nuffin”, “Black Like Me”//
“I Summon You”, “Pink Up”, “Hot Thoughts”, “Rent I Pay”.