12 junio 2023

CONCIERTOS

UNA NOCHE OSCURA EN GLASGOW, UNA NOCHE LUMINOSA EN EDIMBURGO

Kristeen Young + Vision Video + The March Violets. Glasgow. King Tut´s. 03-06-2023. 

Swiss Portrait + Triptides. Edimburgo. Sneaky Pete´s. 06-06-2023. 

No sé quién me metió en la cabeza la idea de escaparme a Glasgow. Quizá fue Bobby Gillespie, o quizá Stuart Braithwaite. Quizá fueron Alex Kapranos o Emma Pollock, o quizá fueran Douglas Stuart o Suzanne Woolcott. Era una idea que rondaba por la mente desde hace tiempo, reforzada por las lecturas y documentos que han pasado por nuestras manos recientemente. Pues bien, vayámonos a la City of Music (y de paso a su vecina Edimburgo). Y ya que acampamos por esos lares, empapémonos un poco del aire cultural que allí se respira, con su desfile de arte callejero, apuntes discográficos y acción musical en vivo. No, la música no está en todos los rincones, ni mucho menos. Hay que buscarla y/o imaginarla en lugares como George Square, Monorail Records, Barrowland, Sauchiehall Street, The 13th Note o el majestuoso Castle of Doom de Mogwai. Cada sitio tiene su historia, y uno de los que más historia tiene quizá sea el King Tut´s, local en St. Vincent Street por el que han desfilado docenas de las bandas que amamos. Dicen que allí firmaron su primer contrato discográfico Oasis, lo cual me importa un bledo, pero nada más entrar se respira una atmósfera especial. Desde las paredes nos saludan The Dead Kennedys, PJ Harvey, Manic Street Preachers, The Charlatans, Pulp o Teenage Fanclub, y en las escaleras que conducen al escenario hay una muestra cronológica de la historia de la sala y por ende del rock independiente, desde los años 90 hasta nuestros días. La cita allí es con el lado oscuro de la luna, es decir, una noche donde lo gótico y lo new wave se van a dar la mano en tiempo y espacio. Por tanto, no es de extrañar que se haya dado cita la fauna más dark de la ciudad. El público de Glasgow tiene fama de pirado y bullicioso, pero todo el mundo se comporta con mágico respeto y decoro, incluso con los artistas invitados, comúnmente llamados teloneros (tomemos nota, por favor). Y como invitados en esta noche de sábado tenemos a Kristeen Young y Vision Video. La primera, cantautora, teclista y performer, lleva años manifestándose en un estilo que podría llamarse ecléctico o experimental, buceando en los canales más incómodos del rock y la electrónica. Parece extraño que una mujer que ha trabajado con gente tan ilustre como David Bowie, Morrissey, Dave Grohl o Brian Molko ocupe el aperitivo en una velada de triple cartel, pero así es. Y como tiene un disco reciente en circulación, se esmera con algunas de esas nuevas canciones (destacando “Sara Get The Baby”, “The Beauty Shop” o “Sue Veneer”), creando un aluvión incontenible de registros sonoros, escénicos y vocales. A continuación se suben a las tablas Vision Video, que no son más que una recreación de los mejores clichés de la era ochentera, con un Dusty Gannon que nos cuenta que sirvió en Afganistán, que aquello no le gustó nada y que quiso reconducir su vida hacia el arte y la creación. Y aunque su música suene a una cantinela ya conocida (a The Cure, por ejemplo), a los fans del post-punk se nos secuestra fácilmente con temas como “Organized Murder” o “Comfort in The Grave”. Y si para colmo nos regalan una versión de “Transmission” de Joy Division, ya podemos contarnos entre los seres más felices sobre la faz de Escocia. La noche oscura glaswegiana culmina con The March Violets, banda con cuarenta años de historia (casi nada), surgida de los verdaderos efluvios que otros ahora homenajean, humildes moradores de la escuela goth rock. Lejos de dar la batalla por perdida, el trío sigue adelante, con nuevo álbum y nueva gira, con menos ímpetu pero no menos ganas, dejando postales de recuerdo (“Crow Baby”, “Radiant Boys”, “Walk into The Sun” o “Snake Dance”) y nuevas creaciones que no pierden su esencia tenebrosa y trascendental. Pues sí: aunque ya no sea lo que era, merece la pena probar la noche de Glasgow, vivir un poco de esa leyenda de garitos íntimos y solidaridad musical que tantos nos han contado.

Y también merece la pena probar el sabor de ese mismo brebaje en Edimburgo, donde también abundan los locales con música diaria en vivo. Uno de esos sitios se llama Sneaky Pete´s, está en Cowgate Street, antro pequeñísimo y acogedor con sonoridad inmaculada, que cuenta con el mérito de programar una ingente cantidad de conciertos interesantísimos al año. Allí nos congregamos treinta o cuarenta personas para pegarnos un atracón de rock psicodélico, y de paso, conocer a Swiss Portrait, proyecto del artista local Michael Kay Terence, que nos pide con timidez acercarnos más al escenario. En modo cuarteto, su música discurre por los caminos más suaves y luminosos del dream rock, con ciertas reminiscencias de Yo La Tengo o de esas bandas que tan bien saben marcar la chispa de los ritmos (Two Door Cinema Club o Bombay Bicycle Club, por citar alguna). El plato fuerte del cartel son los californianos Triptides, a los que hemos estudiado a conciencia, sabiendo que llevan más de diez años publicando discos y que todo se mueve en torno al multiinstrumentista Glenn Brigman. Todo en ellos es retro: su música, sus looks, sus ítems. Y como nos gusta lo retro, nos sumergimos de lleno en su universo de pop-rock con acidulante y en las canciones de su (brillantísimo) último LP “Starlight”. Temas como “Unwound”, “Latitudes” o “Broken Lens”, solemnemente replicadas en vivo, dejan testimonio de la pericia y veteranía de una banda que podría estar tocando en grandes escenarios de festivales sin problema. Pero no lo están, qué va. Están en Edimburgo actuando para un público mínimo porque quizá no hayan tenido la suerte de morder el pastel o las ganas de engordar. Como pasa con tantos fantásticos músicos y bandas que no salen en los foros ni en la Wikipedia, bregando entre las sombras en busca de un oído generoso que les dé la oportunidad que sin duda se merecen.