24 octubre 2010

REPORTAJES

EDWYN COLLINS: VOLVER A EMPEZAR

La vida nueva.

A propósito de su nuevo LP, “Losing Sleep” (2010), la dura y laudable historia de Edwyn Collins ha vuelto a las portadas y páginas principales de muchas publicaciones. No es para menos. Su progreso es todo un ejemplo, una hermosa lección que nos enseña lo que es la vida y nos muestra una característica valiosísima del ser humano: la lucha por aferrarse a ella. En 2005, el escocés sufrió una doble hemorragia cerebral que le dejó al borde de la muerte. Consiguió apartase del filo, pero pagando un alto precio. Las secuelas de aquella fatal suerte han dejado mella en el artista. No sabíamos hasta qué punto hasta que lo vimos subirse a un escenario, el de Boadilla del Monte en 2008. Con visibles dificultades para caminar, moverse y hablar, Edwyn se sentó frente al micro, la música empezó a sonar a su alrededor, y de su boca renacieron, como fruto de un milagro, todas las palabras que una vez brotaron de su corazón, de su mente lúcida y sin defecto. Perfectamente hiladas, sin fisuras y plenas. Aquel concierto fue algo más que un simple set de festival a media tarde. Fue un misterio de la naturaleza. Nuestras almas se encogieron y nuestras manos sangraron en cada aplauso, especialmente en el aplauso final tras una “A Girl Like You” que supo a auténtica victoria, a celebración.

Edwyn Collins siempre tuvo su presencia. Quizá nunca fuera el favorito, pero sí un artista necesario. Ya con Orange Juice firmó algunos de los discos de pop más nítidos de la década de los ochenta. Ahí están “You Can´t Hide Your Love Forever” (82), “Rip It Up” (82) y “The Orange Juice” (84), plagados de grandes estribillos. La continuidad de aquel pequeño legado llegó con sus trabajos en solitario. Quizá fue “Gorgeous George” (94) el que lo puso con mayor fuerza en el mapa, y esa canción con sabor a clásico de todos los tiempos, esa “A Girl Like You” que exudaba (y exuda, siempre es un placer escucharla) elegancia por los cuatro costados. Con ella Edwyn se coronó como verdadero genio del pop, mitad gentleman, mitad canalla. En ese disco empezaron a vislumbrarse sus otros vicios musicales, sus influencias negras, sus inquietudes experimentales. Aunque quizá el giro más acusado se produjo con “I´m Not Following You” (97), un mareante catálogo autoeditado de estilos con cabida para el folk, el soul, el garage, el avant garde, el swing o la música disco. Secuencia creativa que seguiría en cierta manera con “Doctor Syntax” (2002), sin tantas buenas canciones pero con aceptables intenciones.

El modesto “Home Again” (2007), penúltimo largo del escocés, vio la luz justo antes de su inminente regreso a la palestra. Sin embargo, esas canciones eran anteriores al ocaso. Fueron grabadas justo antes de la dolencia, y esperaron para exhibirse al mundo por respeto a su autor. Se convirtieron en el puente entre el ayer y el hoy, el antes y el ahora, entre un Edwyn Collins y otro. Y después de la catástrofe y el miedo, del dolor y la lidia, ese otro Edwyn Collins vuelve a trabajar. Y parece como si nada de nada hubiera sucedido. Porque “Losing Sleep” (2010) está lleno de la misma vida, de los mismos sueños, de ese don imperecedero para poner el acorde justo junto a la palabra adecuada, trazando una melodía que acompaña, que engancha, que estimula. Para su retorno, Collins se ha visto arropado por (nuevos y viejos) buenos amigos: el habitual Roddy Frame, Johnny Marr, Alex Kapranos y miembros de The Drums y The Magic Numbers. El maestro nos da otro ejemplo más, en forma de disco atemporal, cercano y muy, muy edificante.

Todo son buenas noticias. En noviembre estará otra vez sobre nuestros escenarios, como parte del cartel del Primavera Club. Por desgracia no podremos ir a aplaudirle de nuevo, pero aquí y ahora queda nuestra más sincera enhorabuena, nuestro gozo y nuestra más profunda admiración. Bravo, Edwyn.

Diez canciones imprescindibles:

- A Girl Like You
- The Campaign for Real Rock
- Falling and Laughing
- Keep on Burning
- Johnny Teardrop
- Adidas World
- The Magic Piper (of Love)
- What Presence?
- One Track Mind
- Losing Sleep

www.edwyncollins.com

23 octubre 2010

RETROSPECTIVAS

BRIAN ENO. Here Come The Warm Jets.

Joyas de los setenta (4ª parte).

Lo prometido es deuda. MGMT pronuncian en su último trabajo el nombre de Brian Eno bien alto. No es para menos. Cuando se estudian los setenta siempre se habla de David Bowie, de Led Zeppelin o de Pink Floyd. Pero él también tuvo su papel relevante en la evolución musical y estética de la época. Más aún, Brian Eno ha sido una figura imprescindible en la evolución de los conceptos musicales universales, indagando y experimentando sin imponerse ninguna meta. Y así, con el tiempo, ha conseguido que ese nombre se pronuncie con respeto, casi con devoción, que todos quieran presumir de conocerlo, de haber trabajado con él, de haber aprendido apenas una minúscula parte de lo que él sabe. Aunque sus facetas de productor y colaborador hayan sido las más reconocidas, sus primeros trabajos gozaban del mismo esplendor que los de su contemporáneo más loado, el gran Bowie. “Here Come The Warm Jets” (73) fue su primera aventura, tras haber dejado una huella efímera pero imborrable dentro de otro gran baluarte setentero: Roxy Music. Dicen que Bryan Ferry no podía soportar su presencia, el peligro de ser engullido por la personalidad de su nuevo fichaje, y por eso le dio puerta. Mejor para el despechado. De ahí surgieron obras fastuosas. Tras el disco objeto de esta reseña siguieron otros tantos inclasificables, como “Taking Tiger Mountain (By Strategy)” (74), “Another Green World” (75) o “Before And After Science: Ten Pictures” (77), hilos perentorios de la gran tela de araña que es su creación.

En su primer álbum Eno se acompañó de grandes secundarios, entre ellos parte de la corte de Roxy Music (salvo Ferry, evidentemente) o de King Crimson. No es un disco más, una grabación convencional de músicos concentrados entre cuatro paredes acondicionadas: leyendo sobre su proceso de gestación uno se imagina una previa de “The Rocky Horror Picture Show”. Una casi ópera rock con momentos glam estándar (“Needle in the Camel´s Eye”, “The Paw Paw Negro Blowtorch”), pero también con conexiones blues (“Black Frank”), guiños macabros (“Driving Me Backwards”) o litúrgicos (“Some of Them Are Old”), piezas de pop insuperable (“Cindy Tells Me”, “Dead Finks Don´t Talk”) o grandiosos ambientes de repetición (“On Some Faraway Beach”, “Here Come The Warm Jets”). Los textos teatralmente recitados, la suspensión claustrofóbica y el toque experimental de “Baby´s On Fire” la convierten sin duda en la joya del debú.

Abarcar con el conocimiento el mundo entero de Brian Eno es tarea imposible. Para abrir boca, quizá éste sea el disco perfecto. Las ganas de seguir indagando crecerán por sí solas.

www.eno-web.co.uk

20 octubre 2010

DISCOS

THE WALKMEN. Lisbon.

Madurez contrastada.

You & Me” (2008) puso el listón por las nubes. De aquel disco se hablaba como el de la auténtica madurez de los neoyorquinos. La sofisticación y la introspección han ganado terreno contra el sacrificio de esa inmediatez de garage y rock lapidario que impregnaba sus primeros largos. Muchos echan de menos a los The Walkmen de, por ejemplo, aquella imponderable “The Rat” que fundía las bombillas en “Bows & Arrows” (2004). No obstante, la suya es una transición admirable. Los muros se han demolido para dejar paso a un ambiente diáfano, que no desnudo. Porque hay arreglos de todo tipo (espectaculares las trompetas de “Stranded”), pequeños embellecedores que dan a la canción un brillo satinado, complementando las texturas inquietantes marca de fábrica. No pueden esconder sus inclinaciones hacia el soul, porque en la citada “Stranded” y en “Torch Song” son una realidad. Y también demuestran que el virtuosismo no está reñido con un buen estribillo: en “Angela Surf City” y “Victory” los bordan. Tampoco con un riff de guitarra refrescante y pegadizo: ahí están los de “Woe Is Me” o “Juveniles”. Han madurado, sí, pero no han perdido un ápice de su estilo personal e intransferible. Como estela imborrable de la última escucha queda el eco submarino de “While I Shovel The Snow” al calor de un vozarrón que, como siempre, deja marcas.

www.marcata.net/walkmen

17 octubre 2010

CANCIONERO

THE CLASH. Rock The Casbah.

Siguiente indispensable en el cancionero: “Rock the Casbah”. Ya era hora de que The Clash tuvieran también su momento. Y el momento se centra en una de sus canciones postreras pero más bailables y bailadas. A propósito de una historia de represión contra la música de baile. Qué buenos momentos nos ha hecho pasar este tema en los bares. Su estribillo ya es un clásico asimilable a diversión y resistencia. La canción abanderaba el nada despreciable “Combat Rock” (82). La mente en guardia. El cuerpo en movimiento.

ROCK THE CASBAH

Now the King told the boogie men “you have to let that raga drop”
The oil down the desert way has been shakin' to the top
The Sheik he drove his Cadillac, he went a cruisin' down the ville
The Muezzin was a standing on the radiator grille

The Sharif don't like it
Rockin' the Casbah
Rockin' the Casbah

By order of the Prophet we ban that boogie sound
Degenerate the faithful with that crazy Casbah sound
But the Bedouin they brought out the electric camel drum
The local guitar picker got his guitar picking thumb
As soon as the Sharif had cleared the square
They began to wail

Now over at the temple, oh, they really pack 'em in
The in crowd say it's cool to dig this chanting thing
But as the wind changed direction then the temple band took five
The crowd caught a whiff of that crazy Casbah jive

The King called up his jet fighters, he said you better earn your pay
Drop your bombs between the Minarets down the Casbah way
As soon as the Sharif was chauffeured outta there
The jet pilots tuned to the cockpit radio blare
As soon as the Sharif was outta their hair
The jet pilots wailed

15 octubre 2010

DISCOS

MGMT. Congratulations.

Atracón de psicodelia y glam rock.

Si Marc Bolan levantara la cabeza… Pues a buen seguro que este disco le enternecería, por las múltiples conexiones que de él rezuman. Conexiones directas con sus T-Rex y con el glam rock en general. Conexiones también con el ilustre Brian Eno, que para más inri ha sido honrado con el séptimo corte, portador de su propio nombre. Están claras cuales son las fuentes de las que abrevan Ben Goldwasser y Andrew VanWyngarden: los setenta, la música disco, la psicodelia y el rock de maquillaje y pose. Ya lo demostraron en aquel “Oracular Spectacular” (2008) que los catapultó al estrellato con temas tan resultones como “Time to Pretend” y tan negados como “Electric Feel”. Del sonido de este nuevo “Congratulations” (2010), parido de las sacras manos de Peter “Sonic Boom” Kember, se extrae una conclusión: que lejos de aceptar la adopción mediática del mainstream, están dispuestos a asumir sus riesgos. Su nuevo disco no es precisamente un dechado de estribillos pegadizos, melodías enjauladas o hits inmediatos. Es más bien un ramalazo de creación experimental a la antigua usanza, y prueba de ello son los diez minutos de “Siberian Breaks”, estructurados en diferentes movimientos que tan pronto evocan a Crosby, Stills & Nash, los Byrds más psicodélicos o el pop sueco más naif. El cinematográfico instrumental “Lady Dada´s Nightmare” también los convierte en presuntos antihéroes, fortaleciendo la conexión con Brian Eno una vez más. Contra todo pronóstico, la imaginación creativa los ha llevado a no perder comba, sino a ganar respeto. Aunque muchos se empeñen en venderlos en una caja de bombones con un lazo de celofán. Ah, por cierto, volviendo a Brian Eno, ya va siendo hora de hacerle un hueco en este blog. Próximamente.

www.whoismgmt.com

07 octubre 2010

DISCOS

GRINDERMAN. Grinderman 2.

Elixir de juventud.

Si hubiera que hablar de un artista absolutamente adicto al trabajo, ése podría ser Nick Cave. Bien con The Bad Seeds, en sus dotes de novelista o como compositor de bandas sonoras junto a su lugarteniente Warren Ellis. O bien dentro de este plan paralelo, que en su origen sugería ser flor de un disco, al que se otorga finalmente una continuidad acertada. En su segundo asalto, Grinderman vuelve a mostrar a las claras su intención: invocar una nueva juventud, lejos de perfeccionismo y ataduras. Así pues, el sonido Grinderman no es el sonido Nick Cave & The Bad Seeds (“Palaces of Montezuma” sería un puente sibilino entre ambos). Es un sonido insubordinado, espontáneo y guarro, de guitarras cada vez más afiladas, desordenadas y asesinas, aunque el ingeniero sea el de siempre (Nick Launay). Incluso la forma de cantar del australiano prolífico se antoja diferente, con plena libertad para practicar el aullido (“Mickey Mouse and the Goodbye Man”), probar el falsete (“Kitchenette”) o poner el motor vocal al ralentí (“What I Know”). Aunque los teclados vibrantes del primer trabajo hayan desaparecido, las canciones siguen su hoja de ruta, la del azar, con sucesiones de caos y orden, ruido y calma, llegando a puerto con frenazo brusco sin derrapaje. Y de nuevo se vuelve a apreciar el trabajo en equipo: cada ritmo, cada zarpazo de graves, cada efecto de pedal suicida revela la identidad avasalladora de Sclavunos, Casey y Ellis. Quizá no sea el mejor disco de su vida, pero sí el más autónomo y despojado de expectativas. El tío Nick rara vez falla.

www.grinderman.com

05 octubre 2010

CANCIONERO

SIMON & GARFUNKEL. America.

Lloverá y lloverá hasta que tenga en mi bolsillo todas las canciones del mundo. Y ni siquiera sé si caben en él, pero aún así lo sigo llenando”. La segunda pieza del cancionero es un maravilloso canto a la aventura. Una de esas mágicas liturgias folk creadas por el ilustre dúo. Compuesta por Paul Simon (como casi todas) y ubicada en el álbum “Bookends” (68), “America” representa la auténtica esencia (lírica y musical) de Simon & Garfunkel. ¿Y por qué “America”?. ¿Por qué no “Mrs. Robinson”, “Bridge Over Trobled Water”, “The Boxer” o “The Sound of Silence”?. Porque ésta nos hizo llorar y las demás no. Metámonos en la piel de uno de los viajeros y dejémonos llevar. Por las oscuras carreteras de America o de cualquier parte.

AMERICA

"Let us be lovers we'll marry our fortunes together"
"I've got some real estate here in my bag"
So we bought a pack of cigarettes and Mrs. Wagner pies
And we walked off to look for America

"Kathy," I said as we boarded a Greyhound in Pittsburgh
"Michigan seems like a dream to me now"
It took me four days to hitchhike from Saginaw
I've gone to look for America

Laughing on the bus
Playing games with the faces
She said the man in the gabardine suit was a spy
I said "Be careful his bowtie is really a camera"

"Toss me a cigarette, I think there's one in my raincoat"
"We smoked the last one an hour ago"
So I looked at the scenery, she read her magazine
And the moon rose over an open field

"Kathy, I'm lost," I said, though I knew she was sleeping
I'm empty and aching and I don't know why
Counting the cars on the New Jersey Turnpike
They've all gone to look for America

All gone to look for America

03 octubre 2010

DISCOS

WOVEN HAND. The Threshing Floor.

Predicar sin castigar.

Eternamente fiel a sus principios y dos años después del revelador “Ten Stones” (2008), David Eugene Edwards vuelve a poner la mano en el fuego, la voz en las entrañas. Nace un nuevo disco de su proyecto (¿Wovenhand o Woven Hand?) como nace una nueva mañana, llena de luz y también de interrogantes vitales. Los primeros acordes (“Sinking Hands”) ya hacen pupa. Y aunque la afectación y el paroxismo ritual se difuminan al final, en la muy arrebatada “Denver City”, “The Threshing Floor” (2010) es otra obra descarnada, íntima, misteriosa y casi gótica. Una especie de Lumière particular este tipo; sus canciones tienen el poder extraño de crear imágenes en la cabeza. Y una no piensa en la Biblia, la cruz y los infiernos, como otros. Una imagina vampiros, apaches y caballos, pozos, hoces y cañones. Los efluvios orientales reverberan en “The Threshing Floor” y “A Holy Measure” como el trance primitivo se apodera de “Terres Hautes”, sin obviar ese delicioso paréntesis de alivio, el impasse de recogimiento de “His Rest” y “Singing Grass”. A veces puede parecer que el discurso se hace ingrato, que las secuencias se repiten, que todo es más de lo mismo. Pero no. Pocos pueden presumir de hacer música con tanta personalidad. Robando el interés de los oídos paganos como un ladrón de guante blanco.

www.wovenhand.com

02 octubre 2010

AGENDA

CONCIERTOS OTOÑO 2010.

Caliente último trimestre.

Qué difícil se hace últimamente seguir el ritmo de los eventos musicales. A veces hay que formatearse y reinstalar ficheros para salvar el sistema. En las más recientes semanas, las fechas confirmadas por artistas y bandas para los venideros meses están brotando como setas. Y ello da lugar a situaciones comprometidas, con grupos igual de apetitosos tocando el mismo día en la misma ciudad. De todas formas, mejor que sobre que no que falte. Este floreciente listado de visitas merece aunque sea una agenda puntual, un pequeño comentario. Puede que la gira más esperada de la temporada sea la de Arcade Fire (en la foto), pero hay cosas mucho más cómodas, enriquecedoras e interesantes. Ahí va una selección para los próximos meses. ¿Quién se apunta a alguno?.

DAMIEN JURADO. Barcelona. Be Cool. 1 octubre.
Granada. Teatro Alhambra. 2 octubre.
Sevilla. Malandar. 3 octubre.
Valencia. Colegio Luis Vives. 4 octubre.
Zaragoza. Lata de Bombillas. 5 octubre.
Madrid. Teatro Lara. 6 octubre.
Ciudad Real. Museo de la Merced. 7 octubre.
San Sebastián. Donostiaklub. 8 octubre.
Orense. Café Pop Torgal. 9 octubre.
Santander. Sala Bonifaz. 10 octubre.

MASSIVE ATTACK. Badalona. Pavelló Olimpic. 7 octubre.
Madrid. Vistalegre. 8 octubre.

THE SWELL SEASON. Barcelona. Auditori. 15 octubre.
Zaragoza. Oasis. 16 octubre.
Madrid. Teatro Calderón. 18 octubre.
San Sebastián. Teatro Victoria Eugenia. 19 octubre.

SLEEPY SUN. Barcelona. Razzmatazz. 3 noviembre.
Madrid. Moby Dick. 5 noviembre.

!!!. Madrid. La Riviera. 8 noviembre.
Barcelona. Saint Jordi Club. 12 noviembre.

BLACK REBEL MOTORCYCLE CLUB. Madrid. La Riviera. 10 noviembre.
Barcelona. Apolo. 11 noviembre.

THE CORAL. Madrid. Caracol. 10 noviembre.
Barcelona. Razzmatazz. 11 noviembre

CENTRO-MATIC. Vitoria. Universidad. 3 noviembre.
San Sebastián. Lugaritz. 3 noviembre.
Mallorca. Teatro Lloseta. 6 noviembre.
Granada. Planta Baja. 7 noviembre.
Valencia. Colegio Luis Vives. 8 noviembre.
Algeciras. Politécnica. 9 noviembre.
Sevilla. Malandar. 10 noviembre.
Madrid. Moby Dick. 11 noviembre.
Zaragoza. Lata de Bombillas. 14 noviembre.

THE WALKMEN. Barcelona. BeCool. 11 noviembre.
Madrid. Randall Music Live. 12 noviembre.

INTERPOL. Madrid. Vistalegre. 13 noviembre.
Barcelona. Saint Jordi Club. 14 noviembre.

PRIMAL SCREAM. Madrid. La Riviera. 19 noviembre.
Barcelona. Razzmatazz. 20 noviembre.

ARCADE FIRE. Madrid. Palacio de los Deportes. 20 noviembre.
Barcelona. Palau Sant Jordi. 21 noviembre.

DRIVE-BY TRUCKERS. Barcelona. Razzmatazz. 23 noviembre.
Madrid. Heineken. 24 noviembre.
Bilbao. Café Antzokia. 25 noviembre.

THE DIVINE COMEDY. Barcelona. Casino L´Aliança. 23 noviembre.
Zaragoza. Oasis. 24 noviembre.
Aranda de Duero. Auditorio Caja Burgos. 25 noviembre.
Madrid. Joy Eslava. 2 diciembre.
Murcia. Auditorio Victor Villegas. 3 diciembre.

OWEN PALLETT. Madrid. Heineken. 9 diciembre.
Bilbao. Santana 27. 10 diciembre.

WOVENHAND. Bilbao. Café Antzokia. 4 diciembre.
Valladolid. Asklepios. 8 diciembre.
Madrid. Caracol. 9 diciembre.
Barcelona. La (2). 10 diciembre.

Otros que se pasearán por nuestras ciudades hasta fin de año son: TIM ROBBINS & THE ROGUES GALLERY BAND, ANDREW BIRD, THE PSYCHEDELIC FURS, MYSTERY JETS, THE FUZZTONES, CASIOTONE FOR THE PAINFULLY ALONE, LCD SOUNDSYSTEM, YANN TIERSEN, JONATHAN RICHMAN, JOHN HIATT AND THE COMBO, TINDERSTICKS, CRYSTAL CASTLES, DANKO JONES, VAMPIRE WEEKEND, THE DRUMS, THE ZOMBIES, THESE NEW PURITANS, GREG DULLI, IMELDA MAY, ISOBEL CAMPBELL & MARK LANEGAN, THE YARDBIRDS, MGMT. Y los que seguirán lloviendo.