DISCOS
MERCURY REV. Snowflake Midnight.
Big bang siniestro en la tercera fase.
Primera fase: lluvia psicodélica desquiciada. Segunda fase: melodía boomerang. Tercera fase: mundos electrónicos. En tiempos valetudinarios de crisis material, desplome financiero y dificultades vitales, Mercury Rev invierten en bolsa. No es de locos, es de valientes jabatos. “Snowflake Midnight” (2008) se ha llevado más palos que un caballo de carreras. A vosotros, avezados destructores sin sentimiento, os digo: no tenéis fe ni piedad. Qué fácil hubiera sido otro “Deserter´s Songs” (98) lleno de cuentos de hadas, caricias y promesas baratas. Pero no. Los buenos hacen lo que les viene en gana, nadan contracorriente e inventan nuevas y románticas formas de suicidarse. “The Secret Migration” (2005) anunciaba que era la hora cero. La supernova ha estallado en mil pedazos digitales, pariendo una rapsodia siniestra y agridulce, donde la canción ya no es canción, sino un experimento caótico en medio de un universo que es caos por definición. Tan efímero como copos de nieve en un mundo que arde. Los textos son oscuros, abruman y alumbran sentencias como “la vida es incierta y la gente es tan impredecible...”. Real como la vida misma, triste como la vida misma. No se trata de pesimismo, se trata de coherencia. Lo de menos es cómo suene. Ya lo dijo hace poco Jonathan Donahue: el mejor disco de la historia es el silencio. La reflexión más sabia que se ha escuchado en siglos.
www.mercuryrev.com
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