31 octubre 2008

DISCOS

FLEET FOXES. Fleet Foxes.

Paz, hermanos.

Vienen de San Francisco, vieron la luz en los 60, son unos hippies greñudos y barbudos que estuvieron en Woodstock. No, es mentira (salvo por lo de las greñas y barbas). En realidad vienen de Seattle y acaban de publicar un debú que rememora la década de la paz y el amor y a todos aquéllos que cantaron por la causa. La ELO, Crosby, Still & Nash, John Sebastian, Grateful Dead, The Mamas & the Papas, America, Gram Parsons, The Youngbloods, Love… Todos son espíritus presentes en este “Fleet Foxes” (2008), candidato serio a disco más sincero del año. La ópera prima de los zorros veloces no tiene desperdicio; está plagada de melodías positivas, de mágicas corales, de acústicas con sabor añejo. La voz de Robin Pecknold (maldito geniecillo, todas las composiciones son suyas) convence tanto en la desnudez extrema (“Tiger Mountain Peasant Song”, “Meadowlark”) como bien acompañada en esos entrañables himnos para canturrear con los amigos alrededor de una fogata (“White Winter Hymnal”, “Quiet Houses”). Un precioso álbum que entra por todos los sentidos, dejando la mente clara, el corazón caliente y la boca con sabor a miel. Terapéutico descubrimiento.

www.myspace.com/fleetfoxes

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