03 octubre 2008

CONCIERTOS

R.E.M. Madrid. Las Ventas. 1-10-2008.

Tarde es mejor que nunca.

Para los que ya los han visto alguna vez, esta ocasión era solo una más. Para los que jamás los habíamos disfrutado en directo, era una ocasión especial, el retrato de una conquista imprescindible. Su música ha estado sonando toda la vida, siempre estuvieron ahí, entre los demás, entre sombras y modas, como unos grandes eternos e inolvidables. Han compuesto algunas de las mejores canciones de la historia. Son acreedores de un respeto que solo los veteranos se merecen. No podían defraudar y no lo hicieron.

Refulgente puesta en escena, sin alardes de megalomanía pero exquisita efectividad. Elegancia en grado sumo, con un Michael Stipe consagrado en maestro de la interpretación y la conexión. Energía a raudales, con Mike Mills y Peter Buck en estado de júbilo constante y la pericia que aportan la carretera y la práctica. Elevados a quinteto, Scott McCaughey (guitarras y piano) y Bill Rieflin (batería) fueron dos más dentro del monstruo. Y hablando de monstruo, “Monster” (94) ganó por la mano, rescatando “What´s the Frequency, Kenneth”, “Circus Envy”, “Strange Currencies” y la punzante “Let Me In”. Solo lo superó “Accelerate” (2008), naturalmente; en él han vuelto a ver la luz, un renacimiento en forma de decibelios, velocidad y grandes estribillos. Bordaron “Man Sized Wreath”, “Hollow Man” y “Horse to Water”. El set (total=28 temas) fue imprevisible y arriesgado, un gran angular enfocando toda una carrera desde los tiempos mozos hasta la actualidad. De episodios cronológicamente alejados como “These Days”, “Just a Touch” o la imponente “Orange Crush” a otros más recientes como “Walk Unafraid”, “She Just Wants to Be”, “Bad Day” o “Imitation of Life”. “Losing My Religion” siempre es parada obligatoria, emocionalmente intensa y causante de los más preciosos recuerdos, como si el tiempo no hubiera pasado. De momentos impactantes habría que mencionar “Drive” e “Ignoreland”, dos temas grandiosos de aquel grandioso “Automatic for the People” (92); o “The One I Love”, donde Michael optó por sumergirse por primera vez en el océano de una audiencia entusiasmada; o el explosivo fin de fiesta con We Are Scientists como partícipes, encadenando “It´s the End of the World As We Know It”, “Man on the Moon” y la sorpresa mayúscula del mega-clásico “I Wanna Be Your Dog” de Iggy & The Stooges.

Las Ventas no estuvo llena de gente, pero sí llena de remembranzas, celebración y cánticos a raudales, de expertos y de curiosos, de talludos y de mocetones. Conclusiones: 1) Hay algo en R.E.M. que otras bandas de su impacto mediático no tienen, y no se trata solo de hacer música: las mutuas colaboraciones con sus teloneros son un pequeño detalle que delata ausencia de ego. 2) También hay algo en Michael Stipe que otros frontman ni siquiera sueñan con tener; mucha distinción, mucha sabiduría y un honesto compromiso moral del que todos deberían (deberíamos) aprender. 3) Experiencia, oficio y lucidez: contados músicos son capaces de ofrecer dos conciertos diferentes en dos días consecutivos (échese un vistazo al setlist murciano).

La primera vez no será la última; más vale llegar tarde que nunca.

www.remhq.com

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que pena haberme perdido la canción del Cojo Mantecas!!!!