DISCOS
ARCADE FIRE. Neon Bible.
Literatura, épica, religión y música.
Cuando ya se ha dicho todo sobre un disco, cualquier nueva opinión no viene a cuento. Tema caducado. Por suerte Arcade Fire dan para escribir enciclopedias de tomos y tomos. Estética “gran depresión”, cultura de la metamorfosis y romanticismo heroico. No son del montón. ¿La mejor banda del mundo?. Es mucho decir. Pero tienen algo que no abunda, y el secreto ya es una verdad a voces. Su (esperadísimo) nuevo trabajo se cimienta en cuatro pilares de la sabiduría y el comportamiento humano.
Dicen que John Kennedy Toole decidió querer morir para no seguir siendo un don nadie. Y dejó inteligentísimas obras, como “La Biblia de Neón” o “La Conjura de los Necios” cuyo éxito ya no pudo saborear. Casualmente el primer disco de los canadienses respondía al título de “Funeral” (2004). Casualmente el segundo se llama “Neon Bible” (2007). Pero entre uno y otros no hay más relación que unas pocas palabras, porque Arcade Fire nacieron siendo mayores de edad y la gloria ha entrado por su puerta incluso antes de abrirla.
La épica es el territorio comanche de los inconformistas, luchadores y ambiciosos enfermizos, y Win Butler sin duda defiende el perímetro con solvencia. Por eso “Neon Bible” está lleno de pasión, de instrumentos, de capas y capas de sonido, de denuncias y alegorías, de oscuridad y maldiciones. La voz del susodicho suena más convincente que nunca, y la de su media naranja, la Chassagne, interpreta el canto de la sirena mejor que las siervas de Neptuno.
Y si de épica y ambiciones va el tema, comprar una iglesia no es más que la excentricidad necesaria y suficiente. Y convertirla en una fábrica de sonidos paganos es el hito único de desvirtuar la educación cuadriculada y el fanatismo. Un órgano (o dos o tres) pueden convertir canciones como “Intervention” y “My Body Is a Cage” en himnos tan soberanos y respetables como cualquier salmo de las escrituras.
Queda la música. Todo el mundo aprecia la estela de Bowie rondando entre los versos de “Black Mirror”, pero también la de U2 en “Keep the Car Running”, la de Leonard Cohen en “Ocean of Noise” o la de Elvis y Johnny Cash en “(Antichrist Television Blues)”. Amplitud de miras. Aunque hay una carencia dentro del cuerno de la abundancia, sí; falta esa canción para salir corriendo, para volverse loco, como aquella “Neighborhood #3 (Power Out)” o aquella “Rebellion (Lies)”. “Neon Bible” es una puesta de largo, un juramento de votos, pero falta una pizca del humor, la anarquía y los errores de cálculo de “Funeral”. Aún así, las emociones que desatan la bipolar “Black Waves/Bad Vibrations”, “Windowsill” o “No Cars Go” (recuperada de su primer EP, con un peinado y maquillaje nuevos y espectaculares) bien justifican cinco párrafos para hablar del asunto del año, el grupo del año, el disco del año y, probablemente, el concierto del año (en el Summercase). Se verá.
www.arcadefire.com
ARCADE FIRE. Neon Bible.
Literatura, épica, religión y música.
Cuando ya se ha dicho todo sobre un disco, cualquier nueva opinión no viene a cuento. Tema caducado. Por suerte Arcade Fire dan para escribir enciclopedias de tomos y tomos. Estética “gran depresión”, cultura de la metamorfosis y romanticismo heroico. No son del montón. ¿La mejor banda del mundo?. Es mucho decir. Pero tienen algo que no abunda, y el secreto ya es una verdad a voces. Su (esperadísimo) nuevo trabajo se cimienta en cuatro pilares de la sabiduría y el comportamiento humano.
Dicen que John Kennedy Toole decidió querer morir para no seguir siendo un don nadie. Y dejó inteligentísimas obras, como “La Biblia de Neón” o “La Conjura de los Necios” cuyo éxito ya no pudo saborear. Casualmente el primer disco de los canadienses respondía al título de “Funeral” (2004). Casualmente el segundo se llama “Neon Bible” (2007). Pero entre uno y otros no hay más relación que unas pocas palabras, porque Arcade Fire nacieron siendo mayores de edad y la gloria ha entrado por su puerta incluso antes de abrirla.
La épica es el territorio comanche de los inconformistas, luchadores y ambiciosos enfermizos, y Win Butler sin duda defiende el perímetro con solvencia. Por eso “Neon Bible” está lleno de pasión, de instrumentos, de capas y capas de sonido, de denuncias y alegorías, de oscuridad y maldiciones. La voz del susodicho suena más convincente que nunca, y la de su media naranja, la Chassagne, interpreta el canto de la sirena mejor que las siervas de Neptuno.
Y si de épica y ambiciones va el tema, comprar una iglesia no es más que la excentricidad necesaria y suficiente. Y convertirla en una fábrica de sonidos paganos es el hito único de desvirtuar la educación cuadriculada y el fanatismo. Un órgano (o dos o tres) pueden convertir canciones como “Intervention” y “My Body Is a Cage” en himnos tan soberanos y respetables como cualquier salmo de las escrituras.
Queda la música. Todo el mundo aprecia la estela de Bowie rondando entre los versos de “Black Mirror”, pero también la de U2 en “Keep the Car Running”, la de Leonard Cohen en “Ocean of Noise” o la de Elvis y Johnny Cash en “(Antichrist Television Blues)”. Amplitud de miras. Aunque hay una carencia dentro del cuerno de la abundancia, sí; falta esa canción para salir corriendo, para volverse loco, como aquella “Neighborhood #3 (Power Out)” o aquella “Rebellion (Lies)”. “Neon Bible” es una puesta de largo, un juramento de votos, pero falta una pizca del humor, la anarquía y los errores de cálculo de “Funeral”. Aún así, las emociones que desatan la bipolar “Black Waves/Bad Vibrations”, “Windowsill” o “No Cars Go” (recuperada de su primer EP, con un peinado y maquillaje nuevos y espectaculares) bien justifican cinco párrafos para hablar del asunto del año, el grupo del año, el disco del año y, probablemente, el concierto del año (en el Summercase). Se verá.
www.arcadefire.com
2 comentarios:
Hola Mary!
Vaya que buena recomendación. Ya me imagino lo bueno que debe haber salido del horno este esperado disco, sobre todo teniendo excelentes antecedentes como su EP "The Arcade Fire" del 2005.
Muy buena descripción.
Abrazo
Oscar
Hola Mariseta!
Por fin he podido acceder a tu blog y, como lo premetido es deuda...pues allá que voy con este mini comentario de aficionada a la música más de otro género que lo que se escucha en las emisoras de radio (Bustamante y cia.) porque una no está muy "ducha" en esto de la música. Mientras mis oidos no sufran martirio escuchando la música...es que todo va de "puta madre" como ocurre cada vez que escucho a este "peazo de grupo".
Como ya sabes de sobra, "The Arcade Fire" es probablemente uno de mis grupos favoritos y cada vez más.Son la leche!
Este último me encanta, ya sé que a tí te gusta más el anterior pero este tampoco tiene desperdicio ni mucho menos.
Las canciones que más me gustan son la balada "Ocean of noise", una que es un poco "sentimentaloide", y también "Intervención", esa que empieza con el sonido de un órgano de Iglesia. Madre mía! la primera vez que la escuche pensaba que estaba metida en la misa del domingo pero no! que gozada!, y alivio!, por lo de la misa, eran ellos!
Bueno, nenica, que me gusta mucho tu super comentario.
Un besazo
Llanos
Joer! son geniales!
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