DISCOS
GRINDERMAN. Grinderman.
Anónimo australiano.
Nick Cave no para. Esta aventura podría entenderse como una estrategia juguetona de ocultación de su monstruoso ego, pero en realidad es un ejercicio de expresión libérrima. Si el disco hubiera llevado la clásica firma de las malas semillas no hubiera pasado nada, pues los subalternos son los de casi siempre: Warren Ellis, Jim Sclavunos y Martyn Casey. Pero la identidad del “hombre trituradora” (en honor a John Lee Hooker) le confiere un misterio subyugante y ayuda a una escucha que parte de cero y llega a infinito. Y ellos mismos insisten en defender un nuevo orden mediante la táctica del descarte.
“Grinderman” (2007) desempolva el lado más fosco y furibundo de Cave, el autodestructor de The Birthday Party, el que ponía los pelos de punta en “The Mercy Seat”, “Jack the Ripper” o “Loverman”. Se agradece; cuanto más terrorífico mejor. El resultado es un álbum donde saltan chispas, de cuerdas estranguladas y pedales destripados, repleto de vomitonas punk, estallidos eléctricos pavorosos y envoltorios abruptos. La teatralidad de “Get It On”, el caos de “No Pussy Blues”, la innata elegancia soul de “(I Don´t Need You) To Set Me Free”, la procacidad casi poética de “Go Tell the Women”, el tempo angustioso de “Grinderman”, el aire funesto irrespirable de “Electric Alice”... En fin, otro puñado de gloriosas canciones pensadas y trabajadas codo con codo en el seno de un equipo donde, pese a todo, el jefe sigue siendo el jefe. Y que Dios asista al que lo discuta.
Anónimo australiano.
Nick Cave no para. Esta aventura podría entenderse como una estrategia juguetona de ocultación de su monstruoso ego, pero en realidad es un ejercicio de expresión libérrima. Si el disco hubiera llevado la clásica firma de las malas semillas no hubiera pasado nada, pues los subalternos son los de casi siempre: Warren Ellis, Jim Sclavunos y Martyn Casey. Pero la identidad del “hombre trituradora” (en honor a John Lee Hooker) le confiere un misterio subyugante y ayuda a una escucha que parte de cero y llega a infinito. Y ellos mismos insisten en defender un nuevo orden mediante la táctica del descarte.
“Grinderman” (2007) desempolva el lado más fosco y furibundo de Cave, el autodestructor de The Birthday Party, el que ponía los pelos de punta en “The Mercy Seat”, “Jack the Ripper” o “Loverman”. Se agradece; cuanto más terrorífico mejor. El resultado es un álbum donde saltan chispas, de cuerdas estranguladas y pedales destripados, repleto de vomitonas punk, estallidos eléctricos pavorosos y envoltorios abruptos. La teatralidad de “Get It On”, el caos de “No Pussy Blues”, la innata elegancia soul de “(I Don´t Need You) To Set Me Free”, la procacidad casi poética de “Go Tell the Women”, el tempo angustioso de “Grinderman”, el aire funesto irrespirable de “Electric Alice”... En fin, otro puñado de gloriosas canciones pensadas y trabajadas codo con codo en el seno de un equipo donde, pese a todo, el jefe sigue siendo el jefe. Y que Dios asista al que lo discuta.
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