La historia de Sixto Rodríguez es una de las más tristes
y curiosas que una haya podido escuchar dentro del universo musical. Ya me la
habían contado, y el romanticismo implícito en el asunto me llevó sin remedio
al encuentro de “Searching for Sugarman” (2012), el magnífico y
oscarizado documental dirigido por el desconocido Malik Bendjelloul. Haberlo
visto justo el día de la muerte de Nelson Mandela no es más que una casualidad sin
más, por cierto.
Y bien, la historia es cierta. No es un mito ni un montaje, Rodriguez
es de carne y hueso. Su historia, insisto, es una historia triste e injusta,
como tantas otras, con cierto aire de cuento de hadas y final agridulce.
¿Engañado, estafado, dado por vencido? En la música hay gente que con una
mierda se hace de oro, y otros que
quedan ahogados en el olvido pese a su genialidad. Así de crudo pero
cierto. Y a este hijo de inmigrantes mejicanos le tocó ser de los segundos.
¿Por qué Bob Dylan, Nick Drake, John Denver o Harry
Nilsson sí y él no? Vete tú a saber. Rodriguez no vendió casi nada
en América, ¿y por qué? ¿Una vaga promoción? ¿Un deje prejuicioso? Hey, en
serio, ¿compraríamos en una tienda un disco de un cantautor que dice llamarse Rodriguez?
Si pienso en algún caso parecido solo se me ocurre el de Nick Garrie,
aunque con otras connotaciones. A Rodriguez le estuvieron robando el pan
y la gloria durante casi treinta años. Que se dice pronto. Quizá también le
robaron el sueño de dedicarse a algo más que a poner ladrillos. Pero hubo un
país que, en medio de una autocracia desoladora y sangrienta, supo adoptarlo
como símbolo de rebelión, casi por casualidad. Hablo de Sudáfrica, nación que
muchos no conocen por Mandela ni el apartheid, sino por uno que se
apellida Iniesta. En fin, que me desvío del tema: gracias a un puñado de
devotos de su música que dedicaron su tiempo a indagar e investigar, la verdad
salió a la luz.
“Cold Fact” (70) y “Coming from Reality” (71)
fueron los dos únicos discos de Sixto Rodriguez, dos discos a los que la
gente de aquel país del cono africano se aferró como el que se encomienda a
Dios. Y los investigadores-admiradores descubrieron que el hombre misterioso no
estaba muerto, no se había autoinmolado en el escenario ni se había volado la
cabeza, como se hizo creer. Estaba vivito y coleando, viviendo como un obrero
más en la desolada Detroit. Y ay de las nuevas tecnologías, a veces tan perras
y a veces tan benditas, que pudieron reunir a los buscadores con el buscado. ¿Y
a dónde fue a parar todo el dinero de sus ventas millonarias en aquella punta
del mundo? Alguien se lo metió en el bolsillo a sabiendas de que no era suyo y cerró
la tapadera. Sabemos quién (mejor quiénes) es ese alguien, pero yo no diré
nada: sacad vuestras propias conclusiones. Por suerte y aunque no lo creáis,
hay gente a la que el dinero le importa un pito. Y Sixto Rodriguez
parece ser esa hermosa clase de ser humano. Caso cerrado.
Y ahora escucho detenidamente sus dos discos y siento una
amargura difícil de explicar. La tristeza que fluye de sus canciones es el
pesar de la soledad y de la miseria. No se trata solo de un cantautor folk,
también supo aliarse con el blues y el soul de la vecina Motown. Mi amigo Elvis
Perkins ya me mandó un mensaje hace unos años, mucho antes de que más de la
mitad del mundo conociera esta historia, versionando en sus directos “Forget
It” (por cierto, Elvis, ¿qué es de tu vida? Te echamos de menos). Entonces
no supe captar la señal, pero ahora todo encaja, hemos resuelto un puzzle
imaginario.
Así que esta fábula, a fin de cuentas, me ha servido de mucho.
Me ha servido para conocer la bellísima música de este hombre y, a través de
ella, resolver un enigma emocional tan difícil de explicar como la amargura. Y
también me ha servido para darme cuenta
de lo siguiente: los sueños de los que somos conscientes no suelen hacerse
realidad; solo se manifiestan aquellos sueños que francamente ignoramos.
5 comentarios:
Impresionante historia, te dejo el enlace a la publicación que hice en su día. Saludos Mary!
http://amalgamaexpress.blogspot.com.es/2013/05/rodriguez-searching-for-sugar-man-el.html?m=1
Excelente tu publicación, amigo, acabo de leerla. Pues sí, he de reconocer que la historia de este hombre me ha conmovido, y no digamos sus canciones.
Ah, y gracias por incluir Curtains en tu amalgama de buenos blogs... un honor. Saludos!!!
Gracias a ti! Además he ido descubriendo cosas muy interesantes gracias a tu blog, y aún más disfrutaría si tuviese más tiempo; lo último, Electric Slave, leí tu publicación y lo compré a ciegas, sin haber escuchado antes a B Joe ¡todo un acierto!! Saludos !!!
Cada día escribes mejor y transmites más, un beso! (Estefanía)
Gracias!!!! Se hace lo que se puede. No siempre está una inspirada pero hay que aprovechar los momentos de lucidez, jaja. Me ha dado un alegrón tu comentariazo. Besos!!!
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