09 enero 2012

REPORTAJES

REVISIÓN 2011 (PARTE 2)

Los discos que se quedaron fuera.

ADAM COHEN. Like A Man.

Este sí que tiene que ver con Leonard, y mucho. El hijo del ilustrísimo ha tardado siete años en alumbrar una nueva referencia en solitario. “Like A Man” no tiene nada del otro mundo; es folk de andar por casa, mucha guitarra acústica condimentada con pellizcos de teclado y coros femeninos. Un poco de Nick Drake por acá, otro poco de Paul Simon por allá. Un disco sin riesgo ni sorpresas, con aroma a clásico, portador de todos los tópicos habidos y por haber sobre el amor en sus letras. Porque está claro que es un disco de amor, quizá demasiado infantil y edulcorado. Aunque también es un disco inocente, aceptable e incapaz de agredir a nadie. A los que se hagan la gran pregunta: no, Adam no sigue para nada los pasos de su progenitor.

BON IVER. Bon Iver.

Difícil lo tenía Justin Vernon después del loado y considerado debú con “For Emma, Forever Ago” (2007). Así que, para no estrellarse, decide girar y emprender un nuevo rumbo. Un rumbo parecido al elegido por Sam Beam (Iron & Wine). Un álbum en el que las líneas del folk se diluyen, sumergiéndose en atmósferas cargadas y ambiciosas, no exentas de una belleza que hay trabajarse a base de oído. La inicial “Perth” ya es toda una sorpresa, un acercamiento al post-rock de un tipo del que jamás habríamos esperando semejante cosa. Sin embargo, los mejores momentos son aquellos que, pese a verse amenazados constantemente por el diente de la vanguardia, consiguen conservar su esencia elemental: como las preciosas “Holocene”, “Michicant” y “Wash”. Y todo esto le vale una nominación a los Grammy, toma ya. Valiente entuerto en el que te han metido, amigo.

DOLOREAN. The Unfazed.

Dolorean son esa banda americana como tantas otras, como South San Gabriel, Richmond Fontaine, The Magnolia Electric Co., Lambchop o Pernice Brothers. Bandas que, influidas por la tradición sureña de su país, permanecen bajo la agradable sombra de un árbol sin hacer más ruido del necesario. Pero a veces esas bandas pueden ofrecerte una canción que cambia tu perspectiva para siempre. Ya pasó con otras y ahora pasa con ellos. Pasa con “Thinskinned”, “Hard Working Dogs”, “Fools Gold Ring” y “These Slopes Gave Me Hope”, canciones incluidas en el cuatro LP de los de Portland, aparentemente inofensivas pero de profundo calado espiritual. Es el canto del pájaro, cosecha en un campo fértil, historia y sabiduría. Es americana sin trampa ni cartón: pan de hace tres días para los duros de mollera, manjar exquisito para los amantes de lo justo y necesario.

FEIST. Metals.

Bravo por Leslie Feist. Cuando el éxito llama a la puerta principal, ella se escapa por la de servicio. Eso demuestra tener mucha personalidad. Tanta como tiene su nueva entrega, un reclamo para paladares exquisitos y una venganza contra la radiofórmula. En “Metals” la canadiense se arroja a los brazos del folk, el jazz, el soul y el country, aunque tampoco está mal disfrazarse de PJ Harvey, a la que emula a la perfección sin pretenderlo en las intrigantes “The Bad In Each Other”, “A Commotion” y “Undiscovered First”. La otra cara de la moneda son cortes intimistas, trémulos y elegantes que acarician como la seda. No hay nada menos comercial ni más hermoso que “Graveyard”, “Caught A Long Wind”, “The Circle Married The Line”, “Anti-Pioneer”, “Cicadas and Gulls” o “Comfort Me”. Disco enorme y nueva etapa.

JEFFREY LEWIS. A Turn In The Dream-Songs.

Jeffrey Lewis se merece justicia. Ya es hora de prestarle atención, de ponerlo en el sitio que le corresponde. Él pertenece a una casta muy especial, esa casta de músicos económicos y agridulces que con cuatro instrumentos, mucha imaginación y sinceridad consiguen ganarse las simpatías del oyente más minimalista y sensible. “A Turn In The Dream-Songs” es una buena razón, un gran salto hacia delante. Basta con escuchar la primera canción, “To Go And Return”, con esos deliciosos puntos de mandolina, violín y saxo, para sucumbir a la necesidad: inmejorable comienzo para un álbum lleno de familiaridad, de mensajes extraños y a la vez entrañables. A esta ceremonia se apunta todo quisqui: miembros de The Wave Pictures, The Vaselines, Au Revoir Simone o Dr. Dog colaboran en una obra simpática y hogareña, donde el folk (¿o mejor anti-folk?), el country y el pop conviven en grata armonía. Ahora o nunca.

JOE HENRY. Reverie.

La música le debe mucho a este hombre. Él es un eslabón perfecto entre culturas, mundos y generaciones. Su forma de exhumar a los genios del jazz y el blues, aquellos hombres y mujeres que sudaron tinta en clubes de mala muerte, ejemplifica el tópico de la inmortalidad. Bienvenidos seáis, Billie Holiday, Louis Armstrong, Ella Fitzgerald o Robert Johnson, a este banquete sin recato. “Reverie” es la continuación lógica tras los exquisitos “Civilians” (2007) y “Blood from Stars” (2009). El cuñado de Madonna no tiene nada nuevo que ofrecer, pues es concienzudo con su credo. ¿Y quién mejor que él es capaz de unificar blues, jazz y country en un objeto de una sola pieza?. “Odetta”, “Grand Street”, “Deathbed Version” y “Eyes Out of You” encabezan su ristra de invocaciones, resultando difícilmente superables. La deuda del hoy con el ayer queda bastante clara.

MICK HARVEY. Sketches from The Book of Dead.

Una reputación inmaculada avala al ex-Bad Seeds. Aparte de sus labores generosas para otros (gran aportación la suya a “Let England Shake” de PJ Harvey, uno de los mejores discos del recién cerrado año), el australiano guarda una buena tanda de cartas en la manga. Cartas que va lanzando al tapete poco a poco; cuatro años han pasado desde su último “Two of Diamonds” (2007). Este quizá no sea su mejor trabajo, pero sí el más ambicioso. Un disco dedicado íntegramente a ese ceñudo amigo que nos espera al final del camino: la muerte. Intimista y reflexivo en general, hace sucumbir en sus momentos más ásperos: como esas “October Boy”, “Frankie T & Frankie C” o “Famoust Last Words” que nos hacen recordar irremediablemente la gran banda a la cual perteneció, a la vera de ese genio del que una vez fue fiel escudero.

MOON DUO. Mazes.

Hace poco hablábamos de Wooden Shjips. Pues bien, Moon Duo es el otro proyecto de Erik “Ripley” Johnson junto a su compañera Sanae Yamada. El mismo perro pero con distinto collar. Más loops, psicodelia, hipnosis y cuelgue colectivo. “Mazes” es su primera colección completa de canciones, y con ellas consiguen un efecto ya familiar. Teclados humeantes y repetitivos que se prolongan hasta el infinito, sobre los que cabalgan guitarras reverberantes, densas y azarosas. En “Seer” o “In The Sun” apenas se aprecia la diferencia entre un nombre y el otro, aunque aquí la voz de Johnson aparece más nítida, regresando de aquella galaxia tan lejana. Y aunque el manto psicodélico nunca desaparezca, también hay finos acercamiento al power pop, garage y punk en las infecciosas “Mazes”, “Fallout”, “When You Cut” o “Run Around”. Otro viaje de muchos kilómetros y gratis.

THE WAR ON DRUGS. Slave Ambient.

Y para acabar, ¿el mejor disco de 2011?. Con permiso de PJ Harvey, Jesse Sykes, Anna Calvi, The Cave Singers y Kurt Vile, por supuesto. Y hablando de Kurt Vile, mentira parece que ya no sea el socio de Adam Granduciel, pues “Slave Ambient” rebosa de su impronta por los cuatro costados. Si “Wagonwheel Blues” (2008) era magnífico, este incluso lo supera. Se sigue sintiendo la presencia de Bob Dylan y Bruce Springsteen, sumergidos en baños de feedback, sonidos clásicos que flotan dentro de una cápsula espacial. Un apretón de manos entre el rock primitivo y las nuevas tecnologías, con un meridiano ejemplo en la rotunda “Your Love Is Calling My Name”. He aquí una obra suprema, vigorosa y visionaria, que puede devorarse de un bocado y sabe a gloria. Como los bucles de “Best Night”, la digestiva “Brothers”, el piano generoso y armónica final de “I Was There”, los ritmos atávicos de “Come To The City”, los paisajes acústicos pintados en “It´s Your Destiny”, el frenesí épico de “Baby Missiles” o la frescura sin maquillaje de “Blackwater”. Prueba y compara. O mejor no compares, pues no hay nada semejante en la actualidad.

3 comentarios:

Fede Sánchez dijo...

¿Conoces a NATHANIEL RATELIFF?


http://www.mediafire.com/?jvpue44ucqoib8b

Mary dijo...

No conozco a este tipo, Fede, pero ya lo tengo apuntado en mi lista de cosas por descubrir. He leido información sobre él y creo que me va a gustar. Gracias por las recomendaciones!!

Dídac dijo...

Hola!! excelente blog y buena selección!!

Os dejo mi blog...
http://travelerchords.blogspot.com/