AGENDA
NOS VAMOS AL "PRIMA".
Un festival de bandera.
Suscribo el dicho últimamente tan popular: al Primavera Sound no le afecta la crisis. Para esta edición de 2009, la novena de su historia y quinta en el Fórum, la casa ha volado por la ventana. Un cartel espectacular, coronado con una guinda de nombre y curriculum propios: Neil Young. El canadiense es sin duda el reclamo número uno de un festival que sigue encabezando la resistencia, absolutamente fiel a sus principios. Estará en el escenario Estrella Damm el sábado, brindando dos horas y media de fervor, posiblemente paralizando el Fórum y Barcelona entera. Sin embargo, la oferta de buena música no se detiene ahí; sumando nombres, el Primavera Sound se convierte otro año más en el más acertado, excitante y arriesgado acontecimiento del año. Pocos competidores se le arriman a los talones a nivel nacional e internacional, excepción para el mítico All Tomorrow Parties, aliado inevitable desde hace tres temporadas. Siempre ha sido de agradecer; pero dados los tiempos que corren, la gratitud se multiplica y la proximidad del evento se vive como si fuera el último y único festival de una vida. La receta de este año vuelve a unir nombres ilustres y veteranos, perpetuos o recientemente reunidos, con un amplio abanico de nuevas bandas que dan un sabor menos amargo al futuro. En cuanto a géneros musicales, la variedad queda nuevamente salvaguardada: revoluciones, pop sofisticado, clásicos, electrónica de magistratura, country-rock y un pellizco de hip-hop, amén de engendros inclasificables y sin límites de creatividad. Este es un amplio resumen de lo que se avecina los días 28, 29 y 30 de mayo.
EN LOS ALTARES: De los muchos grandes nombres del cartel (mención aparte para su gran cabeza), Sonic Youth, Yo la Tengo y My Bloody Valentine son los indiscutibles. Esos a los que no hay que perderse so pena de arrepentimiento. En los dos primeros casos, la experiencia contrasta su efectividad en directo, y pese a no tener material reciente conocido, siempre es un placer retomar sus gloriosos históricos, leyenda viva del rock independiente en ambos casos. Con My Bloody Valentine más vale pájaro en mano: habrá que disfrutarlos el jueves al aire libre, aunque su show exclusivo del viernes en el Auditorio prometa seismos y tímpanos destrozados.
INMORTALES SPACEMEN 3: Jason Pierce no es el único que mantiene caliente el legado de los hombres del espacio. Peter Kember hace lo propio desde su proyecto personal, Spectrum. Ambos estarán presentes en esta edición, y las canciones de Spacemen 3 seguro que coparán algunos de sus minutos más apoteósicos. ¿Sonarán “Revolution” o “Take Me to the Other Side”?. Casi se da por hecho. ¿Serán capaces de asistirse y aparecer juntos en escena?. Harto improbable, pero podría ser la bomba del festival.
LUCHANDO CONTRA LA BESTIA: Oneida no se lo merecen. El diseño horario ha determinado su pugna desigual contra el invencible. Su concierto en el escenario Vice coincidirá de lleno con el de Neil Young, para indiferencia de muchos y pena de algunos. La discografía de los de Brooklyn es tan sublime, misteriosa y variante, augura un directo tan epatante que los convierte, sin duda, en una renuncia dolorosísima.
VOLVER: el Primavera Sound vuelve a erigirse en padrino de reuniones emotivas, grupos que volaron por los aires, recompuestos para la ocasión. Tal es el caso de The Jayhawks, que regresan con todas sus piezas: teloneros de lujo para Neil Young. Igualmente ocurre con Throwing Muses, icono de la escena bostoniana en los noventa, en barbecho intermitente y regenerados para debutar en nuestro país, parece ser que con Tanya Donelly. A Certain Ratio se subieron hace poco al autobús del revival, sin ánimo de vivir de las rentas y con nuevo trabajo (“Mind Made Up”); si abarcarán toda su historia o solo una parte es un misterio que convierte a su concierto en sorpresa. Y en el caso de The Vaselines y Th´Faith Healers, nunca se consiguió tanto con tan poco: sus materiales ochenteros son reliquias mínimas, pero tan excitantes que bien valen una misa.
GRANDES CABALLEROS: Es obvio que las damas pierden en número en esta edición del Primavera Sound, aunque algunas son de armas tomar: Natasha Khan, Marnie Stern, Alela Diane, Elisa Ambrogio o las Vivian Girls. Entre los caballeros, Andrew Bird, Jarvis Cocker, Joe Henry y Jeremy Jay anuncian el despliegue de sus variopintos encantos y talentos sobre los escenarios. También llaman la atención el regreso de Jason Lytle en solitario (alguna de Grandaddy se aceptaría de buenísimo grado), la refrescante extravagancia de Chad VanGaalen, la letanía folk de The Tallest Man on Earth (el Dylan sueco, según las lenguas) y la sinceridad a flor de piel del veterano y solvente Damien Jurado.
MADE IN SPAIN: La oferta de grupos nacionales en el cartel cada vez es más modesta, pero altamente selectiva. Tokyo Sex Destruction, Los Punsetes, Extraperlo, Rosvita, La Bien Querida, Veracruz, The Secret Society, Cuzo, Klaus & Kinski o Joe Crepúsculo y los Destructores compondrán una muestra de la música intramuros. Algo pírrica, sí, pero digna.
RAROS, RAROS, RAROS: Liars, Deerhunter o Gang Gang Dance ya son duchos en la materia de horrorizar o encantar con propuestas muy personales y nada fáciles. A su vera se desarrollan nuevas bandas que darán que hablar, cuyos discos perfilan formatos imposibles de adaptar al directo: habrá que ver qué son capaces de hacer Women (el todo vale), Wavves (la melodía enterrada en ruido), Wooden Shijps (la psicodelia elevada al cubo) o Mahjongg (puro surrealismo, sin más).
BAILAD, MALDITOS: La electrónica tampoco podía faltar en esta edición. A los consagrados nombres de Aphex Twin, Squarepusher o Simian Mobile Disco, se unen interesantes propuestas como las de Ebony Bones, Lemonade, The Bug, Skatebärd o el pirado Dan Deacon. Eso sí, habrá que ver cómo están los cuerpos a ciertas horas.
EL PUNTO DEL AÑO: En casi todas las ediciones, el festival programa algún grupo y/o artista que despista, difiere o simplemente globaliza. Ya ocurrió en el pasado con Lluis Llach, Enrique Morente o Motörhead. Este año la figura disonante es Michael Nyman, que junto a la Michael Nyman Band convertirá el Auditori en un escenario de otra galaxia, en otra dimensión y para todos los públicos. Ojo al dato: el señor Nyman es mucho más que el hombre que compuso la banda sonora de “El Piano”.
EL FUTURO EN POTENCIA: El Primavera Sound (con ayuda de Pitchfork.com, cómo no) se ha llevado este año al bote algunas de las bandas noveles más prometedoras de la escena actual. Recomendaciones: el noise descarado de los chinos Carsick Cars, las bocanadas de ruido de Crystal Antlers, el pop grandilocuente de Shearwater, el rock oscurantista de Crystal Stilts, la psicodelia viajera de Sleepy Sun y el folk amigable de Plants & Animals y Bowerbirds. Los cuatro últimos estarán también actuando en el Parque Joan Miró, al abrigo de los árboles, el sábado y el domingo.
Esto es lo que hay. Demasiado para tan poco tiempo. Por supuesto, habrá que seleccionar, alimentarse bien y dejarse la piel en tres días de música non stop. Esto no va a ser como el SOS.
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