DISCOS
M.WARD. Hold Time.
Pastoral americana.
En el mundo del rock está bien claro quién es quién. Están los músicos y los payasos. Están los “sudasangre” y los vividores. Están los auténticos y los impostores. Matt Ward está entre los primeros en todas las dualidades posibles. Y “Hold Time” (2009) no hace más que confirmar sus prerrogativas, que ya no son simplemente las de un aceptable singer-songwriter, un muchachuelo del norte con ganas de haber nacido en el sur. En “Hold Time” convoca a las almas del acabóse americano y todas acuden a su llamada: Woody Guthrie, Buddy Holly, Little Richard, Johnny Cash, Gram Parsons, Roy Orbison, Howe Gelb… Sí, hombre, ¿por qué no meter a Howe Gelb en este saco de impepinables?. Al fin y al cabo ya es una leyenda, y M.Ward se mueve en la pomada gracias a él (y a sus dotes; puede haber éxito sin padrino, pero no sin dotes). De las buenas enseñanzas siempre queda poso; como el dueto con Lucinda Williams en “Oh Lonesome Me”, que tanto recuerda al tutor y su pasado mano a mano con otra Williams, Victoria. Pero el pupilo ya es mayor de edad, viaja solo y es tan capaz de versionar con absoluto tacto (“Rave On” o la ya mencionada “Oh Lonesome Me”) como de componer variopintas piezas nacidas para la gloria (“For Begginers”, “Hold Time” o “Stars of Leo”). Un nómada con una mochila llena de historia, trotando por los caminos, buscando el sonido de la verdadera voz de América.
www.mwardmusic.com
Pastoral americana.
En el mundo del rock está bien claro quién es quién. Están los músicos y los payasos. Están los “sudasangre” y los vividores. Están los auténticos y los impostores. Matt Ward está entre los primeros en todas las dualidades posibles. Y “Hold Time” (2009) no hace más que confirmar sus prerrogativas, que ya no son simplemente las de un aceptable singer-songwriter, un muchachuelo del norte con ganas de haber nacido en el sur. En “Hold Time” convoca a las almas del acabóse americano y todas acuden a su llamada: Woody Guthrie, Buddy Holly, Little Richard, Johnny Cash, Gram Parsons, Roy Orbison, Howe Gelb… Sí, hombre, ¿por qué no meter a Howe Gelb en este saco de impepinables?. Al fin y al cabo ya es una leyenda, y M.Ward se mueve en la pomada gracias a él (y a sus dotes; puede haber éxito sin padrino, pero no sin dotes). De las buenas enseñanzas siempre queda poso; como el dueto con Lucinda Williams en “Oh Lonesome Me”, que tanto recuerda al tutor y su pasado mano a mano con otra Williams, Victoria. Pero el pupilo ya es mayor de edad, viaja solo y es tan capaz de versionar con absoluto tacto (“Rave On” o la ya mencionada “Oh Lonesome Me”) como de componer variopintas piezas nacidas para la gloria (“For Begginers”, “Hold Time” o “Stars of Leo”). Un nómada con una mochila llena de historia, trotando por los caminos, buscando el sonido de la verdadera voz de América.
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