DISCOS
GRAVENHURST. The Western Lands.
Estado de bienestar.
El médico me recomendó descanso. Por eso huí unos días, refugiándome en un cacho de tierra rodeado de mar, desconectando el móvil y escogiendo la mejor compañía moral posible: libros y música. Y entre toda esa música (más de cien discos, en serio) decidí escuchar a Gravenhurst. Quizá porque intuía que serían buena medicina para mi prescrito reposo. Justo.
Hay discos que te gustan porque sí; otros te gustan porque quieres que te gusten y haces lo indecible. Yo quería que este disco me gustara, porque Nick Talbot pertenece a una segunda división de grandes compositores que crece alimentada por su talento sin necesidad de comer de la mano del sistema, que funciona por amor al arte y no por amor a la pasta. “The Western Lands” (2007) es todo quietud, como ese remanso de agua que se expande frente a mí. Y todo pese a las nuevas aventuras electrificadas, a lo Sonic Youth, puestas de manifiesto en la logradísima “She Dances” y en “Hollow Man”, con su remolino de distorsión incluido. El disco empieza con una de esas melodías que se te pegan a la piel como un rayo de sol (“Saints”), herencia de la fragilidad de un Nick Drake que se asoma de vez en cuando al balcón. Después crece en intensidad, con las ya mencionadas “She Dances” y “Hollow Man”, se recuesta en una sombra con la medieval “Song Among the Pine”, amanece a un día velvetiano con “Trust” y pone banda sonora a una de vaqueros con “The Western Lands”. “Farewell, Farewell” (única versión) fotocopia la enciclopedia de recursos Yo La Tengo para dejar paso a “Hourglass”, otra de las enormes, con dos minutos finales para purgar delitos y faltas. “Grand Union Canal” vuelve a los sonidos de arenisca, recordando los momentos en que Calexico se ponen serios, y “The Collector” cierra con más distorsión controlada un disco donde, pese al ruido ocasional, todo transcurre sin sobresaltos. En fin, una terapia que relaja, aclara y cura con la efectividad liberadora de un suspiro. Verídico.
Estado de bienestar.
El médico me recomendó descanso. Por eso huí unos días, refugiándome en un cacho de tierra rodeado de mar, desconectando el móvil y escogiendo la mejor compañía moral posible: libros y música. Y entre toda esa música (más de cien discos, en serio) decidí escuchar a Gravenhurst. Quizá porque intuía que serían buena medicina para mi prescrito reposo. Justo.
Hay discos que te gustan porque sí; otros te gustan porque quieres que te gusten y haces lo indecible. Yo quería que este disco me gustara, porque Nick Talbot pertenece a una segunda división de grandes compositores que crece alimentada por su talento sin necesidad de comer de la mano del sistema, que funciona por amor al arte y no por amor a la pasta. “The Western Lands” (2007) es todo quietud, como ese remanso de agua que se expande frente a mí. Y todo pese a las nuevas aventuras electrificadas, a lo Sonic Youth, puestas de manifiesto en la logradísima “She Dances” y en “Hollow Man”, con su remolino de distorsión incluido. El disco empieza con una de esas melodías que se te pegan a la piel como un rayo de sol (“Saints”), herencia de la fragilidad de un Nick Drake que se asoma de vez en cuando al balcón. Después crece en intensidad, con las ya mencionadas “She Dances” y “Hollow Man”, se recuesta en una sombra con la medieval “Song Among the Pine”, amanece a un día velvetiano con “Trust” y pone banda sonora a una de vaqueros con “The Western Lands”. “Farewell, Farewell” (única versión) fotocopia la enciclopedia de recursos Yo La Tengo para dejar paso a “Hourglass”, otra de las enormes, con dos minutos finales para purgar delitos y faltas. “Grand Union Canal” vuelve a los sonidos de arenisca, recordando los momentos en que Calexico se ponen serios, y “The Collector” cierra con más distorsión controlada un disco donde, pese al ruido ocasional, todo transcurre sin sobresaltos. En fin, una terapia que relaja, aclara y cura con la efectividad liberadora de un suspiro. Verídico.
1 comentario:
Escuché una de sus canciones en el myspace, creo que era Hourglass, y me sorprendí porque parece haber pegado un cambio desde lo que había editado antes. Creo que lo publica Warp otra vez, lo cual también sorprende..
Publicar un comentario