DISCOS
JOAN AS POLICE WOMAN. Real Life.
Alma negra, corazón blanco.
A falta de platos calientes en 2007, siguen coleando perlas del año pasado. Después de un activo periplo como secundaria de lujo, Joan Wasser reivindica su talento en el brillante “Real Life” (2006). Su versatilidad (ya bien demostrada) como instrumentista se complementa con una voz sugerente, exquisita, sin límite de registro, al nivel de las más grandes. De Nina Simone a Aretha Franklin. Poco más de treinta minutos para decir las cosas a la cara, sin perder la sensualidad y buenas formas.
La historia de Joan es la historia de una rebelión tranquila. Y en esa búsqueda de un lugar en el mundo le acompaña la sombra alargada de tres nombres con los que compartió o comparte vida, trabajo e ideas. Primero: Rufus Wainwright. Testaferro y protector. Anduvo junto a él formando parte de su coral bizarra y abriendo algunos de sus shows. Y como todo se pega, incluso la hermosura a pesar del dicho, en temas como “Real Life” y “The Ride” late irremediablemente el encanto del susodicho. Segundo: Antony. Inspirador y amigo. Su presencia en la espectacular “I Defy” no es más que una contraprestación obligada por la contribución del violín de Wasser a la magia de los Johnsons. Nunca dos voces se hermanaron con tanto acierto. Tercero: Jeff Buckley. Compañero sentimental y lazo de unión con músicos diversos. El espíritu épico de la voz difunta deja de ser transparente para cobrar divinas formas en “Eternal Flame” y “Christobel”. Y la mente (susceptible y sobornable) se entretiene descubriendo interesantes coincidencias: “So Real”-“Real Life”-“Eternal Life”-“Eternal Flame”.
Un disco perfecto para devotos de los nombres anteriores, para amantes del soul y para coleccionistas de clásicos atemporales. Dignísima puesta de largo de una artista con futuro. El éxito es el presente. El anonimato ya es pasado.
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