20 enero 2006

REPORTAJES

RUFUS & MARTHA: GARGANTAS SUPERDOTADAS.

La matemática de los genes.

Son hermanos. Se parecen. No lo pueden ocultar. Sus caminos son paralelos, partiendo de un origen común, buscando destinos alternativos que acaban irremediablemente dándose la mano. Rufus y Martha Wainwright, ésos dos privilegiados.

El camino arranca en Nueva York y continúa en Montreal. La dedicación a la música folk de sus progenitores, Loudon Wainwright III y Kate McGarrigle, hace bueno un dicho que pocas veces falla: de tal palo, tal astilla. Vocación temprana, inspirada o teledirigida, incluídos como piezas de un puzzle de sangre subido a un escenario. Foto familiar. McGarrigle Sisters and Family los llevó a hacer sus pinitos infanto-juveniles junto a su madre y su tía Anna. Evidentemente, en tales circunstancias no hay marcha atrás.

La historia de Rufus ya abarca cuatro discos de estudio, colaboraciones diversas, cameos cinematográficos y un lugar indiscutible en una escena a veces no bien preparada para su idiosincrasia y parapeto escénico-vital. Con formación clásica y moderna, sus trabajos son un combinado atemporal irresistible cargado de referencias múltiples. El rock, el soul, la música de cámara, la opereta, el cabaret, el gospel, y también el teatro. Sus últimas entregas, los interconectados “Want One” (2003) y “Want Two” (2004), republicados juntos en 2005, reflejan la mezcla al máximo nivel. “Old Whore´s Diet”, la sublime canción que cierra el segundo de ellos, es como una addenda-resumen de todas sus influencias y obsesiones, en compañía de su gran amigo Antony (Antony & the Johnsons). Amigos, personajes. Contracorriente, controvertidos, incomprendidos.

Todos esos elementos convierten sus canciones en un espacio abierto y participativo, invirtiendo los solitarios esquemas de una voz que emociona, feroz e inquebrantable. Una voz y un planteamiento de historias profundas, reivindicativas e intelectuales que lo emparenta con Ron Sexsmith, con Mark Eitzel, con gente a la que recuerda pero a la que no se acaba de parecer. Un barco que navega sin tocar tierra firme.

La historia de Martha en solitario comienza en 2005, con la publicación de su debú homónimo, después de haber sido llave maestra de apoyo y acompañamiento para su hermano, en definitiva, para toda su familia. Un disco cálido y sensible, que acaricia los oidos con una base country-folk-rock pura e indiscutible. Canciones que hablan de la vida, la soledad, la tristeza, la superación, cosas cotidianamente bellas. “Take my hand across the crowd”. “I have no children, I have no husband, I have no reason to be alive” (“Far Away”). Otra voz inmensa y delicada, que sube, que baja, que amenaza con quebrarse, que agota sus recursos, que susurra (“These Flowers”, “This Life”), que estalla de pena incontenida (“Bloody Motherfucking Asshole”, “Ball and Chain”). En la onda de las más veneradas, Édit Piaf, Nancy Sinatra, Joan Baez, Joni Mitchell… Bienvenida y celebrada.

Dos hermanos, dos historias. Galopando en caballos distintos que beben del mismo abrevadero. Dos gargantas superdotadas capaces de emitir al mundo en frecuencias saturadas de emoción. La genética no falla. En ellos está la prueba.

1 comentario:

Anónimo dijo...

hi maryseta!

i see you´ve already written something about martha. actually i understand nothing because of my spanish you know... i don´t know why i´m writting you but i just wanted to say hello. maybe in some time i will understand your blogs because i will make a spanish course in salamanca for the job in nicaragua you know - i got it! i really don´t know why i´m telling you that, but.. i didn´t know what to do so i decided to write the girl i don´t know at all!

so... bye
..ahm fakeplastictree :)..it´s so strange