09 junio 2011

DISCOS

JESSE SYKES & THE SWEET HEREAFTER. Marble Son.

Música de verdad.

Que paren el mundo que yo me apeo: con este disco bajo el brazo. Qué hermosura, qué grandeza, qué dolor. Pero dolor de placer. Es salvajemente bueno. El ahora o nunca, el gran salto de la mujer con la voz más gastada e intrigante de nuestra generación. Ella es Jesse Sykes y esta es su carta certificada de amor al rock. Porque sí, en “Marble Son” (2011) hay más rock de lo esperado, explosiones eléctricas que llenan de flores las tumbas de los mitos, riffs antológicos, roja sangre hirviendo. También hay folk, ese folk cadencioso dibujado en bellísimas canciones que embalsaman el oído y acarician la piel. Ella y ellos han sabido como nadie atrapar el viejo espíritu, entonando salvas a Neil Young y Jefferson Airplane. Un disco con poderes fácticos, inconmensurable de principio a fin.

Y es que su principio seduce de inmediato; la rompiente ruidosa de “Hushed By Devotion”, épica presentación de ocho minutos que combina el marasmo de sus estrofas susurrantes un poco a lo Slowdive en “Pygmalion” (95) con temblores guitarreros de quitar el habla. Pieza que establece la presunción de disco glorioso. El resto no hace más que confirmarlo. Sutilezas como “Marble Son”, “Come To Mary”, "Servant of Your Vision", “Be It Me Or Be It Done” y “Birds of Passerine” condensan el aire y dejan cicatrices de puro gusto. La vena ultrarockera se desata en temas como “Ceiling High” (Neil a tope), “Pleasuring The Divine” (Jefferson 100%) o “Your Own Kind”, con ese culminante punteo final cercenando la carne con saña. Una mención especial para los mil paisajes de niebla, mística y relax recreados en la poderosa “Instrumental”, en la que evidentemente no escucharás ni una sola palabra: ni falta que hace, las guitarras platican por sí solas y su discurso es universal.

58 minutos de pura magia, envolventes y sacros. “Marble Son” es de momento mi disco del año. Está lleno de música. Pero de música de la de verdad. Todas las puestas de sol en las bahías, todo el aceite vertido en las carreteras, todo el polvo levantado por los huracanes, toda el agua de las ciénagas del delta. Todo está aquí dentro, sí señor. Solo hay que descubrirlo. ¿Por qué vosotros, tristes mortales, os resistís a descubrirlo?.

http://www.jessesykes.com/

1 comentario:

Fede Sánchez dijo...

El anterior "Like, Love, Lust and The Open Halls of The Soul" ya iba por esos derroteros y con este me estás poniendos los dientes largos.