26 abril 2008

DISCOS

TINDERSTICKS. The Hungry Saw.

El síndrome de Estocolmo.

A los lectores intrigados: este blog se llama “Curtains” en homenaje a esa gran obra de los Tindersticks; era la música que sonaba sin parar en el momento crucial de poner en marcha el pasatiempo. Y aclarado el asunto, cabe hablar de la nueva etapa de los de Nottingham, reducidos a trío tras la deserción de Hinchliffe, Macaulay y Colwill. Después de meterse en algún que otro charco con “Waiting for the Moon” (2003) y de irregulares aventuras solistas, Stuart Staples, David Boulter y Neil Fraser han decidido desafiar al olvido, y he aquí el resultado. Lejos de un retorno grandilocuente, “The Hungry Saw” (2008) es un paso silencioso, como si las suelas se hubieran desgastado tras pisar con tanto brío en el pasado. Por momentos se repiten; “The Flicker of a Little Girl”, “The Hungry Saw” y “Boobar” tienen su inequívoco alter ego en algún rincón de la discografía anterior. Una novedad: no hay voz femenina que haga sombra a la de Staples en todo el disco. Una recuperación: los instrumentales, con tres joyas de corte europeo como “Intro”, “E Type” y “The Organist Entertains”. Pese a la modestia con que reaparecen y a la relajación innovadora, aún tienen la capacidad innata de acomplejar, como ocurre en “Yesterday Tomorrows”, “All the Love” y “The Turns We Took”. Y ni que decir tiene que su concierto en el Primavera Sound 2008 será un rito de obligatorio cumplimiento. Sin el violín de Dickon nada es lo mismo, pero el caballero de la triste voz y figura siempre contará con el beneplácito de una servidora. Otro caso del clásico síndrome de Estocolmo.

www.tindersticks.co.uk

13 abril 2008

DISCOS

THE BRIAN JONESTOWN MASSACRE. My Bloody Underground.

Baja fidelidad, alta fidelidad.

Acontecimientos casuales recientemente solapados: la visión algo a destiempo del documental “Dig!!!” y este nuevo disco de The Brian Jonestown Massacre. La película de marras ofrece el retrato pormenorizado de Anton Newcombe y desvela las claves del submundo desordenado y retro que se esconde en cada uno de sus discos. Una banda fluctuante, levitante sobre la sombra de un tipo genial, caótico y antisistema, capaz de elevar a la máxima potencia el prototipo de la estupidez y la degradación humana. ¿Un hippy contemporáneo?. ¿Una oveja descarriada?. ¿Un obseso compulsivo?. Si Anton Newcombe y The Brian Jonestown Massacre sobreviven, está probado que los milagros existen.

My Bloody Underground” (2008) es un nuevo corte de mangas al mundillo de las discográficas, el hi-fi y la MTV. Un compendio de composiciones disonantes y repetitivas, de bajísima calidad sonora pero altísimo regusto a clásico. Vuelven a aparecer los mantras (“Droping Bombs on the Whitehouse”, “Who´s Fucking Pissed in my Well”), la distorsión shoegazing (“Who Cares Why”, “Auto-Matic-Faggot for the People”), las rayaduras clínicas (“Ljosmyndir”, “Black Hole Symphony”) y sobre todo, el loco amor por el rock de los setenta en toda vertiente (“Infinate Wisdom Tooth/My Last Night in Bed with You”, “Yeah-Yeah”, “Golden Frost”). Entre Ravi Shankar, los Rolling y la Velvet, el tsunami se come el monte. Los que de verdad saben de música ya hablan de fetiche, de pieza de museo, de monstruo independiente, y elevan a Newcombe al estatus de nuevo anti-héroe americano. Un desorden existencial y mental de lo más fructífero.

www.brianjonestownmassacre.com

11 abril 2008

AGENDA

AGENDA TARDIA DE ABRIL

El adiós de una gran banda.

Aunque con retraso sobre la fecha habitual de posteo, aquí está la agenda de conciertos de abril. Pero antes, el eco de una triste noticia: el adiós de Manta Ray. La foto del mes iba a ser la de Nick Cave & the Bad Seeds (la gran gira del mes), pero es justo recordar a los que han sido el orgullo de la música nacional en los últimos años. José Luis García, Nacho Álvarez, Xabel Vegas y Frank Rudow rompen la paradoja del momento y se van, en medio de la marea actual de regresos descontrolados. Por suerte no es a casa a cruzarse de brazos. Merecen con creces no ser olvidados.

Hoy, día 11 de abril, hay tres conciertos destacados: THE HIVES, en Bilbao, Santana 27; THE KILLS, en Madrid, Heineken; IAN BROWN, en Madrid, Joy Eslava.

Otros conciertos del mes:

MICAH P. HINSON- 12 abril. Sevilla. Sala Q.
14 abril. Madrid. Heineken.
16 abril. Bilbao. Rock Star.
17 abril. Durango. Plateurena.
19 abril. Santiago de Compostela. Capitol.
20 abril. Vigo. La Fábrica de Chocolate.
23 abril. Valencia. Heineken Greenspace.

ZOOT WOMAN- 17 abril. Madrid. Heineken.
18 abril. Barcelona. Be Cool.
19 abril. Santa Pola (Alicante). Camelot.

BLACK LIPS- 18 abril. Barcelona. La (2).
19 abril. Madrid. Sala Caracol.
23 abril. Vigo. La Fábrica de Chocolate.

EEF BARZELAY- 23 abril. Huesca. Centro Cultural del Matadero.
26 abril. Palma de Mallorca. Teatro Lloseta.
27 abril. Madrid. La Caja de Música.
29 abril. Cádiz. Aulario La Bomba.
30 abril. Huelva. Cantero Cuadrado.

NICK CAVE & THE BAD SEEDS- 24 abril. San Sebastián. Polideportivo Anoeta.
25 abril. Badalona. Pabellón Olímpico.

THE GUTTER TWINS- 26 abril. Barcelona. Razzmatazz.
27 abril. Madrid. Heineken.
28 abril. Bilbao. Café Antzokia.

Foto: allmusic.com

01 abril 2008

DISCOS

BAUHAUS. Go Away White.

Vida en las tinieblas.

Ya ha llovido desde “Burning from the Inside” (83); un cuarto de siglo sin grabar un solo largo de estudio. Otros que se apuntan al carro del revival. Peter Murphy nunca estuvo muerto, solo su encarnación icónica de Bela Lugosi. “Go Away White” (2008) los devuelve al candelero; una nueva resurrección tras la fugaz del 98 y la circunstancial del 2005. ¿Tenemos Bauhaus para rato?. Ojalá. Resulta gratificante escuchar renacimientos como éste. Reptando entre las sombras, su sonido no difiere un pelo del añejo. Lacerante y confabulador hasta el ecuador, sombrío y críptico a partir de ahí, “Go Away White” es un magnífico decálogo del arte gótico, rebosante de momentos emocionalmente intensos. Poderío hercúleo que germina a raudales en “Endless Summer of the Damned”, “Adrenalin” o “International Bullet Proof Talent”. Atmósfera siniestra y disipadora en “Saved”, “Mirror Remains” o la escalofriante “The Dog´s a Vapour”, cuyos últimos dos minutos merecen oración aparte. Sin ambages ni trampas, Bauhaus han vuelto haciendo ni más ni menos que lo que saben (o sabían). Y eso ya es más que mucho.

www.bauhausmusik.com